No cabe duda de que antes nos podíamos burlar y criticar las tonterías que hacía el expresidente Enrique Peña Nieto, y nadie se enojaba porque en ese sentido estábamos unidos como mexicanos, pero ahora te burlas o criticas el gobierno de Andrés Manuel López Obrador o de él mismo, y todos sus seguidores se van en contra de quien se atreva a realizar semejante barbaridad.
En lo que va de la administración de la Cuarta Transformación, han sucedido varias cosas que han manchado, drásticamente, el mandato de Andrés Manuel López Obrador, pero hay cosas en común con lo que sucedió a Peña Nieto, lo más reciente es lo de la joven Debanhi quien trágicamente fue víctima de feminicidio y, aunque las autoridades de Nuevo León dictaminaron que fue un accidente, en el peritaje forense solicitado por la familia de la víctima quedó descartada la hipótesis del accidente y revela que fue asesinada y sufrió violencia sexual antes de morir, esto da entender que plantaron el cuerpo en la cisterna después de varios días buscándola.
Esto me recuerda al caso Paulette que a pesar de que no fue en el sexenio de Peña Nieto, en la presidencia, fue algo que marcó su carrera política y que todo México recuerda porque el cadáver de la niña, después de días de búsqueda, fue encontrado bajo el colchón de su propia cama donde pasaron varios hechos, como entrevistas, revisión por autoridades correspondientes más de 5 veces y nadie se dio cuenta del cuerpo; todos concluyeron que se había plantado el cuerpo. En ambos casos se sospecha que se encubre a alguien importante y que por eso no puede salir a la luz la verdad.
Otro caso similar, con críticas para ambos mandatarios, es el asunto de la Casa Blanca, en Lomas de Chapultepec, valuada en 86 millones de pesos, y que era propiedad de Enrique Peña Nieto, algo que AMLO, en su momento criticó.
El año pasado pasó algo similar, pues José Ramón López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha ocupado, con su pareja Carolyn Adams, dos residencias al norte de Houston, cada una con valor comercial cercano al millón de dólares, de acuerdo con una investigación de Latinus, cuando se supone que él no tiene trabajo, entonces de dónde salió para vivir en estas residencias, esto a pesar de las declaraciones que ya se hicieron, son marcas de corrupción en los gobiernos.
Y esto solo son casos muy relevantes, pero, si nos vamos a estadísticas, podemos ver que ambos son muy malos, aunque a mi parecer las cosas con Andrés Manuel López Obrador están peores; aquí un ejemplo, en 2012, cuando entró Peña Nieto, el 45.5 por ciento de habitantes del país estaba en pobreza, y en 2014 aumentó a 46.2 por ciento, un total de 7 por ciento, según datos del Coneval.
Ahora bien, con AMLO, entre 2018 y 2020, la población en situación de pobreza aumentó en 7.3 por ciento, al pasar de 51.9 a 55.7 millones de habitantes, en 2014 a 2 años del mandato de Peña Nieto el PIB ascendió 2.8 y con AMLO, en 2020, en el mismo tiempo de mandato el PIB disminuyó – 0.2 por ciento.
Con estos datos podemos ver que ambas administraciones no han hecho nada para resolver el principal problema de México que es la pobreza, y que la corrupción sigue a la vista de todos a pesar de que el slogan de AMLO era que acabaría con ella, lo que me queda por decir es que es la misma mala política y que si México quiere tener un verdadero cambio es necesario que el pueblo gobierne porque es el único que se va a preocupar por las necesidades del pueblo.
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