Salta este problema de las inundaciones y según el reporte actual del Gobierno del estado, hay 2 mil 500 familias con 9 mil 106 personas damnificadas y 8 mil ciudadanos incomunicados o que habitan en comunidades con afectaciones calificadas como graves, las fotos aéreas donde aparecen la ciudad de Tuxpan, Acaponeta y Tecuala bajo el agua, no dejan lugar a dudas de que esto es una tragedia; la gente ha perdido todo, la ropa, muebles, calzado, alimentos, animales, el daño a las viviendas, vehículos, caminos, carreteras y la agricultura ni se diga, es la más afectada.

Sobre esto, son varias cosas las que hay que decir. Primero, como sucede en cualquier desgracia, donde se ve el dolor y el sufrimiento humano, a la gente por instinto natural le nace la solidaridad, la generosidad y es así como a pocos días después de haber sucedido el fenómeno meteorológico, la sociedad civil se empieza a organizar por sí misma para juntar alimentos, ropa, agua, etcétera, y llevarlos a las familias en desgracia.

Segundo, la participación de las diferentes autoridades de gobierno, sobre todo la estatal y federal; en el caso de la estatal ya se vio que, cuando menos se dijo públicamente, se ayudará a todas las familias afectadas con despensas, agua purificada, cobijas y  se levantará un censo para ayudar a los afectados; y en el caso de los agricultores se les ayudará con el seguro catastrófico para que todos aquellos que perdieron sus cosechas puedan tener una recuperación de lo invertido.

En cuanto a las autoridades federales, como se recordará, este gobierno de la 4T fue el que desapareció el Fonden, que era el fondo del que salían los recursos económicos para enfrentar las emergencias por ciclones, huracanes, sismos o cualquier otro fenómeno natural, que al ser consecuencia de los efectos de la naturaleza no se podían presupuestar. La idea del Fonden era que, al presentarse estos fenómenos, de forma rápida se liberaran los recursos para rehabilitar servicios públicos e infraestructura y ayudar a poblaciones afectadas.

Como sabemos se desapareció el fondo porque a decir del presidente AMLO, era un barril sin fondo, se prestaba para la corrupción; seguramente que sí había actos de corrupción, pero ello no significaba que el fideicomiso fuera malo, era una ayuda para estos daños provocados por la naturaleza. ¿Por qué no corregir la operación del Fonden, por qué no limpiar lo malo, lo dañado y dejar lo bueno? Ahora aquí están las consecuencias de actuar sin pensar las cosas, no hay recursos para enfrentar estos problemas. Una característica del gobierno actual es que  para ellos todo lo pasado está mal y debe ser desaparecido. Lo mismo pasó con el Seguro Popular, se nos dijo lo mismo de la corrupción y lo desaparecieron, se nos prometió que con el INSABI estaríamos mejor, con una Seguridad Social como en Suecia o Finlandia, pero ahora con la pandemia ni funcionó, brilló por su ausencia. En salud estamos peor ahora que antes. Errores que, sin duda alguna, quienes pagan por ellos son los más pobres.

Ahora nos encontramos ante el problema de que no hay recursos, el gobernador del estado Miguel Ángel Navarro Quintero ya dijo que solicitará al presidente de México declare a Nayarit zona de desastre natural y que se liberen recursos para ayudar a la población, igualmente se pronunciaron los diputados federales por Nayarit en la Cámara de Diputados, pero hasta ahorita no ha habido ninguna respuesta (hasta donde yo sé) del presidente, sólo el delegado de Bienestar en Nayarit dijo que se realizará un censo casa por casa para ayudar a los más afectados.

Esa respuesta federal ya la vimos en Tabasco, y por lo que se vio, aunque el presidente diga que se atiende a los afectados, lo cierto es que muchas familias quedaron sin apoyos, no quedaron en el censo, y lo principal, ¿cómo evitar que sigan las inundaciones en Tabasco? a eso no se le quiso entrar. O sea, discursos y más discursos para simular que se atienden los problemas, y el presidente en estos casos de emergencia brilla por su ausencia. 

Tercero, el problema en Nayarit al igual que en Tabasco es histórico y requiere que el Gobierno federal en coordinación con el estatal, estudien a fondo la problemática de las inundaciones, apoyados en la ciencia (porque ya sabemos que el presidente es refractario a ésta) para que hagan una propuesta seria, basada en estudios científicos de cómo evitar o mitigar los efectos de las bajadas de aguas hacia las poblaciones de la zona norte de Nayarit, y, sin dolor a invertir el dinero necesario para garantizar que el proyecto se lleve a la práctica, -porque ya vimos que por regatear el dinero, no se hacen las cosas bien, como sucedió con el puente ubicado en la carretera Peñas-Tuxpan que con estas aguas colapsó, a menos de tres años de haberse construido-. Eso se llama taparle el ojo al macho, fingen hacer las cosas bien cuando en realidad se están haciendo mal, no van al fondo del problema. 

Los antorchistas somos gente que desde hace muchos años estamos luchando y velando porque el progreso llegue a los más pobres, el dolor ajeno no nos es indiferente, siempre estaremos defendiendo las causas de los más desvalidos, por eso ante las inundaciones de la zona norte de Nayarit, exigimos que el gobierno federal intervenga y apoye con recursos suficientes a todas las familias afectadas y se dé una respuesta que realmente evite o atenúe los daños por causas naturales.