Estamos en vísperas de las fiestas patrias del 16 de septiembre, con lo que se conmemora la independencia de México, suceso que fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas y con lo que se puso fin al dominio español a una parte de los territorios de Nueva España.
La guerra por la independencia mexicana tuvo su antecedente en la invasión de Francia a España en 1808 y se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821; fueron once largos y sangrientos años en los que se dio esta lucha y hecho del que en este 2015 conmemoramos el 194 aniversario.
En aquellos años las condiciones de vida de la sociedad no eran nada favorables para los mexicanos quienes se debatían en una pobreza general, que castigaba a la inmensa mayoría de personas sometidos a la esclavitud por parte de los descendientes de los conquistadores españoles quienes hicieron gran fortuna gracias al trabajo gratuito de los indígenas que despojados de sus tierras -su única fuente de sustento- sufrieron la esclavitud durante más de 300 años, tomando en cuenta que los españoles llegaron a estas tierras en 1519 y fue el 13 de agosto de 1521 cuando la ciudad de México-Tenochtitlan cayó en poder de los conquistadores comandados por Hernán Cortés.
La figura más destacada de este movimiento de emancipación fue don Miguel Hidalgo y Costilla. El padre Hidalgo logró reunir un ejército de cerca de 100 mil soldados mal vestidos, mal comidos y muy mal armados; este ejército tuvo algunas victorias importantes, pero los insurgentes -así se les conoció- fueron derrotados y el ejército del que hablamos se desbandó. Hidalgo fue hecho prisionero junto con otros líderes realistas el 21 de marzo en las Norias del Baján, cerca de Monclova en el estado de Coahuila, fue traicionado por Ignacio Elizondo y fue fusilado el 30 de julio de 1811, así se truncó la vida del más destacado héroe de la independencia de México.
Este hecho es de hace casi 200 años, desde luego, la lucha la continuaron otros insurgentes como José María Morelos y Pavón de quien se dice fue un gran estratega militar, pero fue hasta el año 1821 cuando Agustín de Iturbide, quien logró conjuntar las fuerzas independencia en el ejército trigarante quien finalmente logró la firma del acta de independencia de España, el costo, además de económico se contabilizó en la muerte de 600 mil mexicanos.
Como se dijo han pasado casi dos siglos y a pesar de que México sufrió otros procesos como la revolución mexicana de 1910, la reforma, etc., hasta ahora se siguen cometiendo tantas injusticias contra el pueblo mexicano sometido a una especie de esclavitud moderna donde domina la miseria y el desarrollo, progreso y bienestar es tan solo una quimera, pues la desigualdad azota a cerca de 80 millones de mexicanos que esperan que los gobiernos democráticos cumplan su papel y distribuyan la riqueza social de una forma más justa y equitativa que favorezca a las familias empobrecidas del campo y la ciudad.
El pueblo de México ha estado esperanzado a que con la democracia se logre la anhelada igualdad de oportunidades para él y sus familias; si hablamos de democracia, la primera elección democrática que se llevó a cabo en el México independiente, resultaron electos, como presidente Guadalupe Victoria y como vicepresidente Nicolás Bravo. Guadalupe Victoria concluyó su periodo de gobierno sin problema alguno mismo que comprendió de 1824-1828. Esto significa que los mexicanos llevamos 191 años practicando la democracia partidista, son cerca de 200 años que los mexicanos buscamos que por la vía democrática se promuevan el esperado desarrollo, progreso y la igualdad de oportunidades para todos.
Los mexicanos, la inmensa mayoría de nosotros, no nos asustamos si un día se nos propone que todos trabajemos, estaríamos de acuerdo en ocupar las manos y mentes ociosas en trabajar y devengar un salario remunerador con lo que podamos dar alimentos, vestido, salud y calzado a nuestras familias.
Así lo ha planteado desde su nacimiento el Movimiento Antorchista Nacional, hace ya 41 años y en éstas décadas de existencia Antorcha es la única organización que sigue la lucha contra la pobreza, sin extraviar ese objetivo porque es el anhelo de cerca de millón y medio de mexicanos organizados en el territorio nacional, no se trata de una obsesión de su dirigencia sino de la demanda real de justicia social de un numeroso ejército de pobres, que al igual que los soldados con que inició la independencia de México buscan un mejor reparto de la riqueza social generada por todos.
La historia de México y el mundo ha demostrado que las grandes conquistas de los pueblos oprimidos sólo es posible si las masas populares se disponen a luchar por la conquistar la libertad y Antorcha lo está haciendo y dentro de los marcos legales y a través de las instituciones creadas para estos fines.
A más de cuatro décadas, partidos y organizaciones van y vienen y la organización de los pobres de México no pierde el rumbo, sino que se acrecienta a pesar de los obstáculos que las clases poderosas ponen a través de sus representantes en los gobiernos para frenar el avance y desarrollo reclamado.
Todos los años han sido de lucha continua y tenaz por exigir mejores condiciones de vida para sus agremiados y para todo el pueblo mexicano; pero en este 2015 se han encontrado con la cerrazón por parte de las máximas autoridades ante demandas de relativa fácil resolución: escuela de tiempo completo en Michoacán y alto a la protección de la CNTE por parte de la Secretaría de Educación estatal ; solución al conflicto agrario en Yosoñama Oaxaca que afecta a los indígenas despojados de sus tierras -los dueños originales de las riquezas naturales-; el esclarecimiento del secuestro y asesinato de don Manuel Serrano Vallejo hace más de dos años en el estado de México -víctima de la venganza política de Armando Corona - y la entrega de recursos para atender el déficit de vivienda calculado en 9 millones de viviendas, por lo que se deduce el número de personas que no tienen dónde vivan sus familias.
Los afectados por estas injusticias, allí permanecemos, firmes exigiendo por las vías legales y con los métodos de lucha totalmente pacíficos y en las instituciones creadas para ello; desarrollo, paz y justicia social, estas son las peticiones de más de 1 millón y medio de mexicanos pobres organizados en Antorcha.
Los antorchistas, con el orgullo y emoción que sienten todos los mexicanos, rememoramos y festejamos las fiestas patrias del próximo 16 de septiembre, pero nos duelen las injusticias cometidas contra los indefensos y estamos contra la apatía y el desprecio de las autoridades federales que no tienen intención de resolver los problemas que planteamos; no dejaremos de exigir escuelas de calidad para nuestros hijos, ni tampoco que la Procuraduría General del a República (PGR), castigue a los culpables del secuestro y asesinato de don Manuel Serrano Vallejo, su muerte nos duele, como nos duelen también las vidas de los indígenas de Yosoñama en Oaxaca, víctimas del despojo de sus tierras a manos de caciques de la región.
Los antorchistas tenemos la satisfacción de estar luchando por una patria más justa para todos los mexicanos, como fue el noble legado de don Miguel hidalgo y Costilla, el padre de la patria.
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