Desde el inicio del actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador se han implementado programas de reparto de dinero a la población comprendida por adultos mayores, jóvenes que no estudian ni trabajan, jóvenes de preparatoria y secundaria, y nada más. Estos programas han sido difundidos y promovidos hasta el cansancio por parte del presidente de la República y su ejército de “servidores de la nación”, que día a día acuden a las casas de ciertas personas, supuestamente “empadronadas” con anterioridad, y les ofrecen o los anotan en dichos programas. De esta manera; el ejército de “servidores de Obrador” aseguran, mediante el uso de los recursos públicos de todos los mexicanos, el porcentaje de población mínimo para ganar nuevamente las elecciones, y manipular, coaccionar, obligar, etc., mediante dichos programas, a las familias necesitadas de los mismos, para que voten por el partido en el poder, so pena de perder el beneficio adquirido.
Los programas de la Secretaría del Bienestar están pensados realmente para eso, para ganar las próximas elecciones. Aunque el mismo presidente asegure que de esa manera se acabará con la pobreza de los mexicanos, uno más de sus engaños al pueblo pobre. En los tiempos que corren, a pocos días de las elecciones más grandes en México, los “servidores de la nación”, y todo el personal contratado por Morena, han estado “adelantando”, los apoyos económicos que no se podrán entregar durante la veda electoral. Una perfecta maniobra para comprar el voto antes de iniciar, y asegurarle al pequeño porcentaje de la población que los recibe, su total interés en que voten por los candidatos surgidos de dicho partido. Es por eso que por todos lados se observan filas y filas, de jóvenes, adultos mayores y ninis, recibiendo sus “apoyos”, para asegurarlos el día de las elecciones. En pocas palabras, hacen campaña a la vista de todos.
Los mexicanos estamos a punto de decidir, tal vez por última vez en la historia, el futuro de nuestro país, de la economía y desarrollo social, y al parecer, el gobierno de la 4T, a pesar de todos sus errores, porque los tiene y demasiados, más que otros partidos en el poder, no está dispuesto a soltar el hueso, a pesar de que la realidad misma le ha azotado en la cara lo erróneo de sus planteamientos del combate a la corrupción y las transferencias monetarias, para acabar con la pobreza, a pesar de eso, insisten en seguir con la misma táctica y seguir sumiendo al pueblo en la marginación, en la pobreza, en la inseguridad, etc., hemos sido testigos de la política criminal de Andrés Manuel y Morena, con respecto a la pandemia del coronavirus, la cantidad de mexicanos muertos por la falta de una política de salud que combata realmente el problema. Los datos estadísticos y medios de comunicación hablan de más de medio millón de infectados, la realidad ha de ser muy superior, y el número de muertos ya nos colocaron en el tercer lugar, a nivel mundial, de personas fallecidas por la pandemia. Esto es realmente espantoso.
El pueblo de México, los campesinos, amas de casa, obreros, estudiantes, adultos mayores, etc., debemos entender que, de seguir por la misma ruta, más y más compatriotas, familiares nuestros, vecinos, amigos, conocidos, etc., seguirán muriendo, o irremediablemente, cayendo en la pobreza. Los programas de dádivas monetarias a los sectores antes mencionados, no combaten la pobreza, el supuesto combate a la corrupción no está dando ningún resultado favorable para los que menos tienen. ¿Qué es realmente lo que necesitamos los mexicanos? Nos urge un gobierno que, en vez de repartir el dinero, que entre todos generamos, en programas que no tienen otro objeto más que mitigar el desprestigio de Morena, realice obras de infraestructura necesarias en los municipios y poblaciones más marginadas, construcción de escuelas, hospitales, unidades deportivas, carreteras, aguas potables, drenajes, apoyos al campo, electrificaciones, programas de vivienda digna, apoyo al comercio interior en el país, y en todos los municipios. Se necesita un gobierno que utilice los recursos del pueblo en el desarrollo del pueblo mismo. Los antorchistas hemos planteado una y mil veces, que para sacar a México del atraso se requiere, implementar como mínimo, cuatro ejes de acción: 1) que paguen más impuestos los que ganan más; 2) que esos impuestos se distribuyan en programas y obras en las zonas más marginadas, en escuelas, caminos, puentes, hospitales, etc.; 3) que se generen empleos suficiente para todas aquellas personas en edad de trabajar, que México sea un país donde sus habitantes tengan asegurado un trabajo formal, con los diversos beneficios que marca la ley para toda aquella persona productiva, y; 4) que el empleo otorgado sea bien remunerado, o sea, que se le pague lo suficiente al obrero (a), para que pueda adquirir los productos de la canasta básica, así como ofrecerle a su familia, mediante el salario ganado, protección en salud, esparcimiento, seguridad, etc.
Los puntos planteados por el Movimiento Antorchista Nacional son perfectamente realizables, y es tarea de todos los hombres y mujeres de este país, hacer todo el esfuerzo por llegar a implementar el proyecto de nación que plantea la organización. De seguir con el sistema de transferencias monetarias (compra de votos a la vista de todos), y entrega de cemento o dinero (compra de votos en lo oscurito), este país no va a cambiar, al contrario, estamos condenando a nuestros compatriotas y a nuestro país, al subdesarrollo, a una crisis que lo único que va a generar son más pobres, y estallidos sociales antes o después de la pandemia, ya lo avisaron las organizaciones a nivel mundial, ya lo dijo la ONU, y lo están diciendo cientos de estudiosos de la economía, la sociedad, y sobre todo, ya lo ha estado diciendo, desde antes de entrar en la pandemia, el Secretario General del Movimiento Antorchista, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, una de las mentes más preparadas en nuestro país. Si los mexicanos no nos organizamos y dejamos nuestros prejuicios a un lado, y nos unimos para que este 6 de junio no vuelvan a ganar los partidarios del presidente, es posible que haya una esperanza para nuestra gente y nuestro país. De no ser así, que Dios nos agarre confesados.
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