Egresaron recientemente en el estado, cientos de niños y jóvenes de las escuelas fundadas por el movimiento Antorchista en pueblos y colonias marginados, con la finalidad de darle cabida a los más pobres que por falta de recursos y oportunidades dejan de asistir a la escuela, bien porque se encuentra muy lejos o porque lo que perciben no les alcanza para pagar las colegiaturas; desde los jardines de niños hasta las profesionales como la UCAP y la Normal Camilo Arriaga, es decir tanto de educación básica hasta la media superior y superior, con resultado verdaderamente notables.
Pero lo meritorio no se encuentra sólo en el número, sino también en la composición de clase de los egresados, todos ellos hijos del pueblo, es decir de las clases marginadas que viven de su trabajo y que, gracias al proyecto educativo de la organización, se incorporan a la actividad laboral, engrandeciendo a la entidad, e incorporándose, en el caso de los 128 nuevos profesores que egresaron de la Escuela Normal Camilo Arriaga, a la noble tarea docente para educar y formar a las nuevas generaciones de potosinos. También es de destacar la calidad educativa de los egresados por el alto dominio del contenido académico, así como su profunda formación humanista y comprometida con el destino del pueblo pobre de nuestra nación, que es el que, como en todos los casos, hace posible la educación de los mexicanos tanto por la vía de la producción de la riqueza material, como por el pago puntual de sus impuestos, que son los que llenan las arcas públicas que se traducen en el gasto gubernamental, que a estas alturas rondan los 8 billones de pesos a nivel federal y que maneja a su libre arbitrio la autollamada 4T.
Es importante recalcar este aspecto, porque ahora cuando la Nueva Escuela Mexicana, proyecto educativo de estos tiempos, va derechito a empeorar las cosas que ya de por sí son como para llorar en el terreno educativo, lo mismo que en la economía, la salud, la obra pública, etc., y “que nos tienen en el lugar N° 48 de 75 países evaluados por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura)”, según nota del 14 de enero 2022 del medio informativo esnoticahoy.com.mx. El ejemplo claro está en los nuevos libros de texto que se emplearán en el próximo ciclo escolar 2023 20224r, de acuerdo con el plan de estudios 2022; en los cuales, como en el caso de los de primer grado de primaria, señalan especialistas, el contenido de las matemáticas se reduce drásticamente a sólo 13 páginas en el libro “Nuestros saberes” y a 11 en el de “Múltiples lenguajes”. Además, “con una serie de errores tales que van desde la secuencia del aprendizaje hasta la utilización de operaciones elementales como la multiplicación, que es contenido del tercer grado y no del primero”, que hacen prácticamente nula la enseñanza de ese elemental conocimiento (cita del medio digital publimetro.com.mx del 21 de junio 2023).
La excelencia académica, es decir la alta calidad de la educación nos interesa a todos los mexicanos sin excepción, por diversos motivos es cierto, pero a todos por igual, pues de ella dependen, por ejemplo, el desarrollo tecnológico, científico y cultural del país; en una palabra, la mayor producción de riqueza social. Por eso todos debiéramos inconformarnos y luchar en contra tales desatinos que acarrearán más desgracias para los pobres, pues, además de que se hará más lento el desarrollo nacional, profundizará más las desigualdades, al hacer que la educación privada, que cuenta con otro tipo de herramientas prepare mejor a sus estudiantes, mientras a los pobres, que acuden necesariamente a la educación pública, de nueva cuenta se les restringe y mutila el conocimiento.
Por eso los profesores antorchistas, y los recién egresados de nuestras escuelas, seguramente, seguirán promoviendo y luchando, desde sus respectivas trincheras, por desarrollar un proyecto de educación crítica, científica, democrática y popular, que sirva verdaderamente al pueblo en estas condiciones de una sociedad dividida en clases sociales en la que unos viven de su trabajo directo y otros viven del trabajo que otros realizan; puesto que la actual se caracteriza, fundamentalmente, por la continua enajenación de cerebros para garantizar el dócil y eficaz servicio de los educados con respecto a los detentadores de la riqueza y los medios de producción; para que éstos sigan acrecentando sus ganancias.
En síntesis, el modelo educativo de la 4T denominado “La Nueva Escuela Mexicana”, es triplemente malo por cuanto que, primero: como cualquier modelo educativo al servicio del capital, sólo promueve la formación de empleados capacitados y sumisos para los empleadores de fuerza de trabajo; segundo: marca un retroceso en los contenidos educativos, lo que implica una educación de menor calidad, más deficiente y, por tanto, menos desarrollo científico y tecnológico para el país; tercero; el pueblo pagará las mayores consecuencias, al sufrir directamente la pésima calidad de la educación impartida en las escuelas públicas, lo que conlleva una mayor desigualdad entre las clases que componen la sociedad mexicana.
En contraste el modelo educativo de antorcha, es superior, muy superior en todos los terrenos; y eso es lo relevante de las nuevas generaciones que egresan de las escuelas donde maestros antorchistas imparten clases. Por eso, además, los antorchistas, estamos dispuestos a acudir en apoyo a todos los mexicanos que luchen por transformar real, verdadera y profundamente esta sociedad, en aras de construir una mejor: más justa y equitativa con todos los que la integramos; y en esa lucha se inscribe, precisamente la lucha por conseguir una educación de calidad para el pueblo, que le sirva también al pueblo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario