La moneda electoral estará en el aire hasta el 6 de junio, cuando se decida en las urnas qué fuerzas políticas tendrán mayoría en el Congreso de la Unión y en las entidades donde habrá comicios. Frente a estas expectativas, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el dirigente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Mario Delgado, y el polémico exalcalde de Acapulco, Félix Salgado Macedonio, manifiestan temor de que su partido pierda el poder político y, para evitarlo, emiten todo tipo de amenazas contra el Instituto Nacional Electoral (INE), como sucedió el lunes 12 de abril, en la conferencia matutina del Presidente.
Así se explica por qué, cada vez con mayor frecuencia, los morenistas alardean sobre todo, el poder que tienen. Por ejemplo, en la mañanera citada, el presidente declaró con tono autocomplaciente: “no es tan fácil quitarnos el presupuesto, nada más les recuerdo que el Ejecutivo tiene facultad de veto”. En esta frase AMLO corroboró que en su mente bulle la idea fija de encaminarse hacia una “dictadura presidencial” pase lo que pase.
A esta campaña de intimidación contra el INE, la oposición y los críticos de su gobierno se han sumado el líder morenista Delgado y Salgado Macedonio, el precandidato al Gobierno estatal de Guerrero. Éste, con el mismo estilo de su jefe político, lanzó graves amenazas contra el árbitro electoral por retirarle la candidatura a gobernador de Guerrero: Delgado se ha sumado al linchamiento político del INE, organismo autónomo que, en honor a la verdad, ha garantizado la democracia en el país hasta donde es posible. Recordemos la transición, en 2000, del poder presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al Partido Acción Nacional (PAN); luego, en 2012, la del PAN al PRI y en 2018, la del PRI a Morena, que hoy parece olvidar que el Institucional le entregó la presidencia con civilidad y respeto a su triunfo. ¿Qué pasó por la mente de Delgado cuando el 29 de marzo indicó que el INE “se quedó atorado en el pasado, aplicando viejas prácticas del PRIAN” y que su partido “tendrá que pensar seriamente desde el Congreso de la Unión si renovarlo o exterminarlo”?
AMLO, Delgado y Félix Salgado se han confabulado contra el INE y su consejero-presidente, Lorenzo Córdova; su actitud oportunista se resumiría así: “cuando me favoreces, eres un órgano autónomo limpio que cumple con sus funciones y merece el respeto de todos; pero si no me favoreces, eres mi enemigo y mereces ser exterminado”. Morena y sus principales líderes políticos empiezan a enloquecer ante la posibilidad de perder el seis de junio, por eso echan mano de todo su poder para evitarlo.
Ahora, los morenistas han pasado de atacar a las instituciones al acoso personal contra los consejeros del INE, como lo expresara Salgado Macedonio en su altisonante discurso contra Córdova y los consejeros del INE.
El portal de noticias Deutsche Welle, en su titular del 25 de febrero, afirma que Félix Salgado, exalcalde de Acapulco, acusado de varios abusos sexuales, es además sospechoso de otros delitos graves: “por un lado es dócil con los narcos, por otro, violento con las mujeres”. Para su mala suerte, las declaraciones en las que el citado portal se apoyó para ofrecer la otra cara de Salgado Macedonio proceden de militantes de Morena, su mismo partido.
Hoy Morena siente pasos en la azotea y ve con suma preocupación los pronósticos para el seis de junio. Sabe que los nulos resultados del Gobierno federal están cavando su propia tumba, y que las primeras paladas de tierra empezarán a caerle encima en los próximos comicios federales y locales. Morena y AMLO observan que su errónea forma de gobernar les traerá severas consecuencias políticas.
El pueblo de México les cobrará su mala actuación durante la pandemia de covid-19, que ha dejado ya 210 mil muertos (hoy trasciende que 190 mil de ésos pudieron evitarse, según expertos de la Organización Mundial de la Salud) y más de dos millones 280 mil contagios; el estancamiento de la economía nacional; los más de 12 millones de desempleados generados durante el confinamiento sanitario; el retiro de capitales extranjeros; el imparable aumento de la pobreza, que sumó otros 9.8 millones de mexicanos en solo un año; el incremento de la violencia y la inseguridad públicas en 2020, que acumuló 32 mil 759 asesinatos dolosos. AMLO y Morena solo cosecharán lo que han sembrado y los electores no piensan perdonar nada. Por el momento, querido lector, es todo.
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