Amable lector, antes de que pases a la lectura de estas escasas líneas en donde verteré una opinión, como en muchas otras ocaciones, tanto yo como algunos compañeros adheridos al Movimiento Antorchista, escritores y críticos externos a nuestra organización que vierten su opinión en documentos semejantes a este, le pido que sin prejuicios y con la mente abierta, lea esta humilde opinión.
Inicio con esta premisa, por la única razón de que la coyuntura política y social mexicana, ha venido navegando en aguas turbias desde hace cinco años poniendo en riesgo, no solo la integridad física de todos los habitantes, si no también la moral, la del pensamiento, la espiritual, que es, al final de cuentas, aquello que nos permite ser o identificarnos como mejores seres humanos. De manera tal que, ahora, no solo es difícil verter una opinión en razón de situaciones que lastimen o rocen intereses políticos de los que ponderan el poder actualmente, si no que es todavía aún más difícil que el pueblo, la gente, hombres y mujeres de todas las edades y de todos los estratos sociales, especialmente de los más bajos por que son a los que pertenezco y para quienes van dirigidas estas líneas, son cada vez menos receptivos de cualquier opinión que sea contraria a las del mandatario nacional actual, que en discurso desde hace cinco o más años, dice defender sus intereses más apremiantes y que se autodenomina el transformador que nuestra sociedad tanto requería.
En un contexto en el que Andrés Manuel López Obrador tiende a equiparar el servicio público con el apoyo a su gobierno, hay un riesgo real para la libertad de quienes se involucran en investigación o defensa de causas que difieren de los planes y las políticas del gobierno. En 2021, el gobierno fue criticado en medios internacionales por su manejo de un caso de corrupción contra algunos científicos que habían recibido apoyo estatal: rechazó decisiones de la Corte que favorecían a los científicos y los amenazó con aplicar leyes muy severas que normalmente se utilizan contra narcotraficantes. Pero esto no se ha limitado a las cotas científicas.
Estudiantes, profesores, reporteros, periodistas, luchadores sociales e incluso el pueblo mismo, temen que el gobierno de la tan llamada Cuarta Transformación, los haya colocado entre sus blancos y que esté utilizando su política de austeridad para atacar a instituciones que percibe como hostiles a sus propósitos.
¿Es usted un estudiante o profesor? Solo compruebe lo que aquí sostengo revisando su situación actual en la academia: con un 27%, México tiene la tasa más baja de educación superior entre personas de 25 a 34 años de los países pertenecientes a las Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); destina nuestro gobierno 3.6 veces menos por alumno en educación primaria y 3.9 menos en nivel secundaria que el promedio de los países de la organización; el financiamiento para instituciones educativas creció 18% entre 2008 y 2019, en ese mismo periodo el aumento del Producto Interno Bruto (PIB) fue mayor con 23%, por lo que en realidad el gasto se redujo en 0.2%; el gasto público de educación básica a superior ocupó el 13.9% del presupuesto total del gobierno —una cifra superior al promedio de la OCDE (10.6%) en relación con el PIB, el presupuesto del sector público está por debajo del promedio. Y para terminar de informarse, revisen el presupuesto propuesto para este año y compárenlo con el PIB y saquen sus conclusiones.
En el caso de los periodistas y reporteros, ¿cuántas veces no se han visto agredidos con las declaraciones sin fundamentos del presidente que realiza en las mañaneras y en cualquier foro? El año pasado fue el cuarto año consecutivo en que México obtuvo el primer lugar en ser el país más peligroso para los periodistas, pues hasta mayo de 2023 eran 66 los periodistas que perdieron la vida en manos de la violencia, alimentada por las declaraciones irresponsables del presidente.
¿Cuantas veces, luchador social, te viste agredido por las acusaciones sin fundamento del mandatario nacional en tu contra? Se refería a estas, incluyendo la nuestra, el Movimiento Antorchista Nacional, como “oportunistas”, acaparadores del dinero de los programas sociales, corruptos y demás adjetivos semejantes, pero jamás, a pesar de pedir que demuestre sus acusaciones, fue capaz de encontrar ni demostrar absolutamente nada. En contraste, cuando a él se le acusa, menosprecia las acusaciones y para no responder ante estas, responde con ataques a quien se atreva a dudar de su “moral” e “integridad”.
Y tu, pueblo en general, que has vivido el hambre de formas que jamás viviste; que has sufrido la falta de atención médica como nunca antes; que sufres la más cara crisis económica por la falta de empleos, bajos salarios y nulas oportunidades; que dejaste de recibir programas sociales por la política de “austeridad”, que en realidad es la transferencia de apoyo monetario a los próximos votantes, para así poder realizar sus oscuros propósitos que hoy si puedes verlos con las corcholatas y su precampaña para ganar nuevamente en 2024; que te es imposible salir adelante en las cosechas del campo porque las instituciones fueron incapaces de entender el funcionamiento de tu labor y se conformó con brindar un apoyo que no logra cubrir tus necesidades para que tu cosecha tenga frutos; que se olvidó de las mujeres al permitir ser el sexenio con una enorme cantidad de feminicidios, y de ambos sexos al ser el anfitrión de más homicidios dolosos en cinco años, comparado con otros sexenios.
Y en otros aspectos sociales, la centralización del poder en el Ejecutivo y la falta de transparencia debilitan el potencial de las reformas. En los programas sociales, todo, desde el registro de beneficiarios hasta los efectos sociales de las transferencias en efectivo, está envuelto en la opacidad. Su política de campañas constantes, mentiras y evasión de la ley, que es justo lo que ha venido haciendo desde antes de que tomara el poder, hasta el día de hoy que, maquillando su campaña anticipada con la supuesta “elección de su coordinador nacional”, son muestra de que la verdad, transparencia y justeza, están en su cancha.
Pero peor aún es que, después de todo este mar de penas, se atreva a hablar de autoridad moral mientras te ve a la cara y te llama perico hambriento al que hay que alimentar para poder tener su confianza y así, su lealtad.
Espero, amable lector, puedas verificar todo lo que te digo por el medio que gustes. Ya sea para mantenerte en tu idea de que este gobierno no es todo lo que dicen los medios de comunicación, y sigue siendo un color en el que uno puede seguir manteniendo su confianza, o simplemente porque sientas la necesidad o intriga de conocimiento para conocer de cerca la realidad del aumento de miseria, muertes, violencia, hambre, descontento y despilfarro de dinero con las nuevas caras de Morena para 2024. La verdad se corrompe tanto con la mentira, como por el silencio como decía Cicerón, pero en nuestras manos está impedir que esto traiga consecuencias aún más desastrosas de las que vivimos ahora.
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