MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La unión y organización debe cambiar la historia

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Esta semana quiero referirme a uno de los tantos compromisos que la administración federal ha asumido por el “bien” de los chiapanecos, con la supuesta intención de impulsar la economía, la seguridad y la paz social, pues cientos de familias viven los estragos de los malos gobiernos anteriores. Pero así siguen viviendo cientos de familias chiapanecas, desde el desgarrador desastre natural del 5 de noviembre de 2020.

Se han cumplido cuatro meses desde que la depresión tropical “Eta” y el Frente Frío No. 11 arribaron a los estados del sureste de México. Ambos desastres naturales dejaron afectaciones en viviendas, carreteras, escuelas, obras básicas, cobraron la vida de ciudadanos que intentaban salvar lo poco que tenían, etc., sobre todo en los estados de Tabasco y Chiapas, quienes por su cercanía y similares condiciones geográficas, resultaron ser de los que más dañados. Hasta la fecha las afectaciones siguen ahí y los pobladores se han quedado sin la esperanza de obtener algo de los famosos censos que realizó la Secretaría del Bienestar con sus servidores de la nación, la guardia nacional y elementos de la Mariana.

Hace un año los medios locales dieron testimonio de la magnitud de los estragos, reportaron daños en 649 localidades de 58 municipios en Chiapas, es decir el 43 por ciento del estado. Las lluvias y vientos que duraron varios días provocaron deslaves, estancamientos de agua, crecimiento y desbordamiento de ríos, carreteras colapsadas, daños en escuelas, viviendas colapsadas, muertes de ciudadanos y animales de producción, pérdida en la cosecha de familias campesinas e inundaciones, que hasta el momento no se han reparado. Ocho mil 33 familias resultaron afectadas, lo que equivales 37 mil 79 chiapanecos en las 12 Regiones con afectaciones: Norte, Maya, Selva Lacandona, Soconusco Bajo, Istmo-Costa, Valles Zoque, De Los Bosques, Altos Tsoltil- Tseltal, Mezcalapa, Sierra Mariscal, Tulijá y Frailesca.

Los resultados del Gobierno Federal no coinciden con la realidad de las familias que hasta hoy no saben qué hacer con sus pérdidas materiales y humanas, se sienten traicionados nuevamente por que se les prometió que éste gobierno iba a “No mentir, no robar y no traicionar”. No lo digo como si fuese un as que me sacara de la manga para desprestigiar al gobierno de López Obrador; platicando con un hombre humilde, campesino trabajador de la Región Norte, me contó cómo aquella tarde 5 de noviembre comenzó a sacar sus cosas cuando veía que el cerro se deslavaba: “saqué todo, me salí ligero para llevar mis cosas a la escuela en donde había una casita que no tiene puerta y ahí metí todo. Pero ya cuando estaba allí, puse mis cosas y solo me paré cuando vi que se partió toda la pared. No creí que llegaría ahí ese derrumbe, hoy vivo en la casa de un amigo”.  

Para todos los afectados de Chiapas, la ayuda que se envió por parte del gobierno federal y que canalizó el gobierno del estado, consistía en miserables cajas de despensas, cobertores, kits de aseo personal, kits de limpieza, pares de botas de hule, impermeables, litros de agua con el que no se alcanzó a cubrir ni el 1 por ciento de los afectados. A la fecha, los damnificados de esta localidad, al igual que las de otros 57 municipios, no han recibido apoyos suficientes tanto para sobrevivir a la intemperie como para remover de entre el lodo, los árboles y los escombros, sus limitados bienes.

Para refrescar la memoria al presidente Andrés Manuel López Obrador y a los superhéroes Morenista, pedimos que se atiendan los compromisos porque abandonan a su suerte a quienes con esperanza les confiaron su voto. “Nada hemos recibido. Ya no estoy esperanzado de la ayuda que dijo ese señor Obrador, espero encontrar un dinero y, si dios me ayuda, compro mi madera y hago mi casita; eso estoy esperando, pero este no era el caso, por eso está el gobierno. A ese censo que realizaron del famoso Bienestar, solo levantaron firmas de quienes no sufrieron daños porque son sus allegados, mientras nosotros quedamos fuera” denuncia el campesino para evidenciar que son puras mentiras las declaraciones del gobierno.

Ciudadano chiapaneco, es la nueva oportunidad de cambiar nuestro destino y tomar de una vez por todas el poder en nuestras manos, porque la única fuerza realmente capaz de frenar los abusos del poder y de defender a toda costa los intereses de los humildes, de los campesinos, de los obreros y del pueblo en general, es, justamente, el mismo pueblo, organizado y concientizado. Es urgente llamar al pueblo una y otra vez, sin descanso, predicando con la palabra y con el ejemplo, a organizarse, a unir fuerzas con sus iguales para la defensa de su vida y de sus intereses, ya que es el primer paso para hacer cambiar la historia.

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