En estos días, tras la dolorosa noticia de las inundaciones en Tabasco, provocadas por malas decisiones del Gobierno federal y su agravamiento por las posteriores precipitaciones pluviales, seguida de la indiferencia oficial, se ha empezado a escuchar un canto de esperanza. Y es que, como entes sociales que somos, no podía ser de otra forma. Históricamente el hombre, uno de los seres más indefensos de la naturaleza pues vino al mundo desprovisto de garras o colmil tuvo que unirse a sus semejantes para poder defenderse de las fieras salvajes y protegerse de las inclemencias del tiempo. Sin embargo, los cambios que vinieron después en la organización de la estructura social, a la par que los cambios económicos, nos convirtieron en seres cada vez más individualistas y más egoístas, a tal grado que, por momentos, olvidamos esa cualidad propia de las especies que igual que nosotros viven en sociedad. Afortunadamente los mexicanos hemos demostrado que ante las peores circunstancias, somos capaces de hacer a un lado nuestras diferencias que artificialmente se nos han inculcado y volvemos a unirnos y a ser solidarios con nuestros hermanos en desgracia, no importa que nosotros mismos no vivamos en abundancia; somos capaces de desprendernos de lo poco que tenemos para ayudar a quien necesita algo con más urgencia.
Nos referimos a la noticia que ha circulado en los medios locales y nacionales y en las redes sociales respecto a la forma en que los tabasqueños más golpeados se están organizando para hacer frente a las dos inundaciones que sufren hoy por hoy: la del agua y la de la indiferencia gubernamental. Han demostrado tener más confianza entre sus iguales y se han unido a quienes les han tendido la mano en los momentos más difíciles de sus vidas. Se han dado cuenta que el gobierno actual que prometía ponerlos en primer lugar, no ha sido en los hechos, diferente a los anteriores, sino incluso peor, puesto que si en el pasado, los gobernantes llegaban a tomarse la foto y repartían despensas para salir del apuro, con este gobierno ni foto, ni despensas, ni nada. Solo listas y más listas que nadie sabe quiénes y en qué momento recibirán algo de parte de Morena.
Haciendo caso al llamado del presidente de hacer a un lado a los intermediarios para que los apoyos lleguen de manera directa, han hecho a un lado al intermediarismo gubernamental y ellos mismos se han organizado para instalar centros de acopio en el estado y en todo el país y ellos mismos se han encargado de la repartición de los víveres recaudados. Todo esto con justa razón, pues se sabe que el gobierno prefiere gastar 180 mil millones de pesos en una refinería que los expertos dudan de su rentabilidad, en vez de construir una estructura hidráulica que evite o atenúa las inundaciones, en la que gastaría apenas 19 mil millones; sólo el 10%. Se sabe también que países como Rusia, Francia y Alemania enviaron ayuda humanitaria al Gobierno mexicano, para los tabasqueños, sin que hasta la fecha se sepa cómo se distribuyó o cuál es su paradero.
Todo lo anterior viene a demostrar que al igual que en el sismo de 1985 y el más reciente de 2017, y, finalmente, en el caso de las inundaciones de Tabasco, antes que la acción planificada del gobierno para salvar vidas y evitar en la medida de lo posible las desgracias, lo que ha funcionado con mayor efectividad es la unidad y la solidaridad humana; la cual, en este caso, no se limita a acopiar despensas y repartirlas, sino que brinda su fuerza y su capacidad para emprender una lucha con metas de mayor trascendencia para los habitantes más pobres: la construcción de una obra técnica y científicamente planeada que contrarreste inundaciones futuras. Los tabasqueños son ahora los más afectados por las inundaciones de Morena y las provocadas por las fuerzas de la naturaleza, pero pueden convertirse también en los más beneficiados de la lucha organizada que en medio de la desgracia se ha gestado. Si la unión de los más pobres es capaz de contrarrestar los efectos devastadores de sismos, huracanes y ciclones, que de suyo se sabe, son incontrolables, también será capaz de parar en seco el avance de un gobierno que miente, engaña y manipula, y que, además, es sordo e indiferente a las necesidades de su pueblo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario