Todo el país se encuentra en una tercera ola de contagios de covid-19, ahora con la variante Delta, que está atacando a la población menor de 25 años en mayor nivel que las olas pasadas y esta vez a muchos de ellos los ha hecho llegar de gravedad a los hospitales e incluso la muerte.
La insistencia por parte del Gobierno federal y de la titular de la Secretaría de Educación, Delfina Gómez, de retornar a las clases este 30 de agosto ha sido motivo de muchas críticas por parte de muchos maestros, padres de familia y muchos estudiantes que por medio de las redes sociales han levantado la voz en muchísimas ocasiones y sin embargo lo único que se ha conseguido es darnos cuenta que la realidad es que este sector de la población no le importa ni lo más mínimo a nuestros mandatarios en función. Se ha reiterado que la pandemia de covid-19 no está bajo control y el retorno a las aulas implica poner a los niños y jóvenes en riesgo, ya que se ha comprobado que la convivencia entre ellos al estar en un lugar cerrado y sin las condiciones necesarias, podrían elevar los contagios hasta en un 40% más de lo estamos pasando en la actualidad.
Según datos de la Secretaría de Salud, 700 menores de edad han perdido la vida, 60,000 contagiados y se han hospitalizado a 8,491 menores aproximadamente; con esto, nos damos cuenta que este sector de la población se encuentra vulnerable y eso el gobierno no lo está tomando en cuenta en su decisión de volver a activar todas las escuelas del país.
México no tiene las condiciones necesarias para anunciar un regreso a clases presenciales, muchas de las escuelas no cuentan con los servicios básicos para los estudiantes como lo son agua, energía eléctrica, drenaje, etc. Además, de acuerdo con las medidas de sanidad que lleva anunciando toda la pandemia el gobierno, la mayoría de las instituciones no cuenta con las instalaciones adecuadas para que los alumnos se encuentren a una distancia adecuada para que se reduzca el riesgo de contagiarse de este virus. Sin duda nosotros conocemos la importancia que conlleva el regresar a las clases presenciales, ya que las cifras de abandono y deserción escolar se han disparado en gran cantidad para el país, pero no podemos arriesgar a todos los que conformamos el sector estudiantil.
Como bien sabemos, la pandemia ha detenido por completo el país, ya que la mayoría de los mexicanos se quedaron sin trabajo y la cifra de desempleo respalda lo que estamos diciendo: un factor más que afecta este regreso es que las escuelas no tienen los recursos económicos necesarios para ofrecerle una mayor seguridad a todos sus estudiantes y es algo que todas las escuelas tiene que ser motivo de preocupación, ya que en ningún documento de los que ha externado el Gobierno federal y la Secretaría de Salud respecto a la activación de las clases menciona que va a dotar de sanitizante, cubrebocas, mascarillas o algún material que sirva para la protección de los niños y maestros, y con su “carta responsiva” que manda a las instituciones nos podemos dar cuenta que es con la finalidad de deslindarse por completo de todos los sucesos que puedan pasar en las escuelas al activar los centros educativos.
Es un hecho que la única solución para tener una mayor seguridad en un sano regreso a las aulas es solamente estando vacunados todos los alumnos y maestros y, al igual, que el proceso de vacunación en el resto de la población sea mayor al 70% de la población total del país, porque no solo con esta decisión se activa la educación, ya que al iniciar las clases, comienza a aumentar la economía del país, que como bien lo hemos vivido esta pandemia también ha dejado muchos estragos en la bolsa de los mexicanos pues la mayoría nos encontramos en la condiciones de escasos recursos y no se cuenta con un trabajo estable para la mayoría de los padres de familia, lo cual sería una dificultad más para que a sus hijos regresen a las escuelas con la mayor seguridad posible.
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