Las altas temperaturas que se han presentado en el norte del país oscilan entre los 35°, 36° y hasta 47° grados en algunos lugares. Las zonas fronterizas como Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa han sido las más afectadas, alcanzando temperaturas máximas de hasta 47°, siendo Nuevo Laredo uno de los municipios donde el calor fue más fuerte.
Además, hay que agregar que en la segunda ola de calor, ciudades como El Mante y Soto la Marina se consideraron entre las más calientes, alcanzando temperaturas de hasta 47° con sensación térmica de hasta 52°. Sin duda, un fenómeno que causó estragos entre la población, que vivió momentos sofocantes debido a las elevadas temperaturas.
Somos responsables de actuar en consecuencia, exigiendo que el Gobierno detenga a las grandes empresas que por años han saqueado el vital líquido, y de contribuir con cambios que beneficien a nuestro planeta.
El fenómeno de la sequía se ha presentado como un problema preocupante en los últimos años, pues la falta de lluvias genera una serie de problemas que afectan a gran parte de la población y al medio ambiente.
A esto se suman los incendios forestales en diferentes regiones del estado y del país, que poco han favorecido para el control de las temperaturas. Los problemas ya se están presentando, principalmente en el campo.
Los campesinos sufren una serie de agravantes que poco pueden resolverse debido a la falta del vital líquido, y la falta de lluvias prolongadas no mitiga la sequía extrema que se presenta en todos los municipios de la entidad.
En Tamaulipas, de los 32 municipios que tenían algún grado de sequía, para el corte del 15 de mayo, se registran 43 municipios con algún grado de sequía, lo que significa que todo el territorio tamaulipeco ha pasado a sufrir este fenómeno.
La situación es alarmante, pues quienes antes podían cultivar sus tierras bajo el sistema de temporal, ya no lo podrán hacer debido a las bajas precipitaciones que se han presentado en el transcurso del año.
Las zonas de riego, que tenían algo de aliciente al recibir agua de las diferentes cuencas, también sufrieron una reducción en el volumen de agua para los cultivos, especialmente para los cultivos de sorgo y otros de riego como la naranja, lo que terminará por afectar las cosechas próximas.
Este problema no sólo repercute en el sector agropecuario, sino también en la población en general, porque en gran medida las ciudades dependen de la producción del campo mexicano, y si el campo no obtiene buenas cosechas, no podrá ponerlos a la venta en los mercados, lo que terminará por encarecer los productos.
La sequía, alentada por el cambio climático, ha dejado un siniestro entre la población. Además, las altas temperaturas provocadas por este fenómeno se incrementan, dejando en Tamaulipas siete muertos por deshidratación, insolación o golpe de calor. También aumentan los incendios que se encuentran activos.
Sin duda, es un problema en el que el Gobierno federal, estatal y municipal deben poner énfasis, pues de ahí se deriva el tratamiento y distribución que se tiene del vital líquido que tanta falta hace. Se avecina una de las catástrofes más significativas y terribles que pueda existir en el mundo: la hambruna, debido a la falta de alimentos comestibles por la falta de agua.
En ese sentido, somos responsables de poner nuestro granito de arena para evitar que el desperdicio de agua siga ocurriendo. Somos responsables de actuar en consecuencia, exigiendo que el Gobierno detenga a las grandes empresas que por años han saqueado el vital líquido, y somos responsables también de contribuir con cambios significativos que beneficien a nuestro planeta; de otra forma no hay salvación.
El agua, como un recurso vital para el ser humano y la vida en general, es importante, y por eso hay que cuidarla y protegerla. “Sin agua no hay vida” es una frase que todos conocemos, pero a la que pocos contribuimos en su cuidado. Hoy más que nunca es importante tomar consciencia.
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