Desde la prehistoria, la estadística, aunque de forma muy sencilla existía en representaciones gráficas y demás símbo era expresada en paredes de cuevas, pieles, rocas, para contar el número de personas, animales o ciertas cosas. En el año 3,000 a. C., los babilonios usaban tablillas de arcilla para recopilar datos sobre la producción agrícola o productos cambiados a través del trueque. En el antiguo Egipto, los faraones recopilaron alrededor del año 3,050 a.C., datos concernientes a la población y la riqueza del país; según lo proporcionado por Heródoto, dicho registro de la riqueza y la población se hizo con el propósito de preparar la construcción de las pirámides. Otro faraón, Ramsés II, realizó un censo de las tierras con el propósito de verificar un nuevo reparto. En el libro bíblico de Números, se menciona la elaboración de un censo de la población de Israel en el que se anotarían específicamente los varones mayores de 20 años (aptos para la guerra) y Crónicas, describe el bienestar material de las diversas tribus judías. Los griegos hacia el año 594 a. C. realizaban censos de manera periódica con fines tributarios, sociales y militares. Fueron los romanos, quienes mejor supieron emplear los recursos de la estadística ya que cada cinco años realizaban un censo de la población y los funcionarios públicos llevaban el control de nacimientos, defunciones y matrimonios, además se elaboraron estudios sobre los ciudadanos del imperio, sus tierras y riquezas. El rey romano Servio Tulio (578-535 a.C.) elaboró un catastro de todos los dominios de Roma, mandó a crear un registro en el que los propietarios debían inscribir sus fincas, personal de servidumbre, esclavos, bestias de tiro. El gobierno inglés en el siglo XVI, durante un brote de peste comenzó a publicar estadísticas semanales de los decesos, esa costumbre siguió por muchos años y en 1632 ya contaban con datos de nacimientos y muertes de acuerdo a su sexo. En 1662, el capitán John Graunt, reunió documentos que abarcaban 30 años, mediante los cuales efectuó predicciones sobre el número de personas que morirían de diversas enfermedades, así como de las proporciones de nacimientos de hombres y mujeres. El desarrollo científico-matemático aportó mucho a la estadística, científicos como: Copérnico, Galileo, Bacon, Descarte, etc., contribuyeron con sus investigaciones y experimentos al desarrollo del método científico para estudiar los fenómenos de las ciencias naturales y sociales, los investigadores aceptaron la necesidad de reducir la información a valores numéricos para evitar la ambigüedad de las descripciones verbales.
El concepto "estadística” significa ciencia del Estado y proviene del término alemán "statistik”. En sus orígenes la estadística se utilizaba exclusivamente con fines estatales, en el sentido de que los gobiernos de las distintas naciones tenían la necesidad, por razones de organización, de conocer las características de su población para gestionar el pago de impuestos, el reclutamiento de soldados, el reparto de tierras o bienes, la prestación de servicios públicos, etc. Esta necesidad llevó a los gobiernos a establecer sistemas para recoger y procesar de alguna manera la información obtenida, es decir, a hacer estadísticas sobre la población.
En nuestros días, la estadística es en un método efectivo que describe con exactitud los valores de los datos de las ciencias y sirve como herramienta para relacionar y analizar dichos datos. El trabajo del estadístico no consiste en reunir y tabular datos, sino que esa información debe ser interpretada. Con el desarrollo de la teoría de la probabilidad, ha aumentado el alcance de las aplicaciones de la estadística. Muchos conjuntos de datos se pueden aproximar, con gran exactitud, utilizando distribuciones probabilísticas y los resultados de estas se pueden utilizar para analizar datos estadísticos. La probabilidad es útil para comprobar la fiabilidad de las inferencias estadísticas y predecir el tipo y la cantidad de datos necesarios en un determinado estudio estadístico.
Por lo anteriormente escrito, la importancia de los datos estadísticos se basa en el hecho de que sirven para evaluar la tendencia futura de un fenómeno determinado, ya que, luego de un análisis concienzudo, pueden revelar en alguna medida qué esperar a futuro en algún área de la actividad humana. Pues bien, a pesar de la información que existe en diversos medios sobre la importancia de este tema, tal pareciera que los funcionarios de Morena, responsables de llevar las riendas del país, no están enterados de esta disciplina. Esto lo comento, debido a que, a medio año de haber iniciado el ciclo escolar 2020-2021, la Secretaría de Educación Pública (SEP) no ha divulgado la estadística sobre los alumnos inscritos en todo el territorio nacional, con estos datos se puede estimar los índices de deserción durante el presente ciclo escolar y es la primera ocasión que estos datos no se encuentran públicamente en el Sistema de Información y Gestión Educativa (Siged), así mismo, esta dependencia tampoco ha entregado los datos a la Comisión Nacional para la Mejora Continua en Educación (Mejorude), organismo autónomo que realiza investigaciones y determina indicadores de mejora educativa. Realmente el gobierno Morenista ¿no cuenta con ellos o no le conviene dar a conocer? Esta falta de transparencia habla sobre la poca importancia que el actual gobierno le da a la educación de niños y jóvenes. El Gobierno federal se dice honesto; sin embargo, es muy probable que esté ocultando valiosa información para poder erradicar uno de los principales problemas educativos.
Con base a la estadística escolar de nuestro país, la actual administración Morenista debe desarrollar un plan que dé solución a la deserción escolar. Antorcha Magisterial propone algunas medidas para contrarrestar esta problemática: 1. que el Gobierno federal entregue a todo estudiante el material necesario para que estos puedan acceder a las clases en línea; 2. otorgar internet gratuito a todo alumno que lo requiera; 3. dar cobertura en todo el territorio nacional con electricidad y que sea otorgada a bajo costo a las familias de escasos recursos; 4. elevar el gasto público en educación; 5. otorgar capacitación continua a los maestros. De esta manera podrá detenerse significativamente el caos educativo que actualmente impera, si el Gobierno federal no toma en cuenta estas propuestas, las probabilidades de deserción se incrementarán.
La educación es el factor que determina el avance y progreso de la sociedad en conjunto, provee de conocimientos, enriquece la cultura y los valores, de ahí la importancia de tomar conciencia y solidarizarnos para hacer valer el derecho a la educación de todo mexicano. No debemos olvidar que la educación que imparte el Estado tiene un sesgo clasista y está planeada con miras a preparar a los estudiantes en futuros trabajadores de las empresas con el único fin de incrementar su riqueza, más no para elevar el desarrollo intelectual y crítico del ciudadano mexicano, esto es algo que debemos tener siempre presente.
Fuentes: aliatuniversidades.com.mx www.proceso.com.mx jornada.com.mx smartick.es www.cortland.edu www.uv.mx www.ine.es
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