La política de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de abrazos y no balazos no funciona en el estado de Chihuahua, pues la violencia en las zonas rurales de México atrapa a los médicos mientras las bandas criminales ganan terreno en las regiones menos pobladas, los profesionales de la salud se muestran renuentes a trabajar en esos lugares. El gobierno anunció que invitará médicos cubanos para suplir la escasez. El doctor Espinoza, médico general de una zona rural de Chihuahua, en el norte de Mexico, estaba en su casa hace poco cuando un hombre armado se presentó en su puerta; el delincuente le dijo que un miembro de una banda había sido gravemente herido en un tiroteo y que necesita ayuda de inmediato” (THE NEW YORK TIMES).
Chihuahua, como todo el país, presenta grandes retos en materia de salud, con una infraestructura insuficiente para atender a su poblacion y grandes deficiencias de gestión con un modelo reactivo que consume gran parte de su precario presupuesto. Los defectos de nuestro sistema sanitario desafortunadamente se han acentuado estos años con la pandemia provocada por la covid-19 y han exhibido el rezago existente.
Cada vez más, los médicos y otros trabajadores de la salud están siendo atrapados en la violencia a medida que las organizaciones criminales en todo México se apoderan de más territorio, creando una escasez de médicos en las zonas donde los riesgos son más pronunciados.
La situacion se ha vuelto tan grave y la falta de médicos es tan significativa en algunas partes del país, que el Gobierno federal ha anunciado que van a reclutar 500 médicos cubanos para ayudar a suplir los vacíos en las comunidades más pobres.
Los médicos que egresan tienen miedo, les da temor ir a ejercer en áreas rurales porque la delincuencia ha permeado en todos lados, necesitamos más resguardo, más seguridad, pero no la tenemos, el aumento de las vacantes de médicos y enfermeros en las zonas rurales a causa de la creciente violencia ha provocado una falta de acceso a la atencion a la salud en algunas de las zonas más pobres del país.
Hay unas 50 mil vacantes para personal médico en Mexico, muchas de ellas en regiones empobrecidas, dijo recientemente el presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque los expertos dicen que el número real podría ser mucho mayor.
La creciente inseguridad, junto con los bajos salarios, ha hecho que médicos y otros trabajadores de la salud abandonen sus puestos de trabajo de la salud dejando vacantes en clínicas desde los estados norteños de Tamaulipas y Chihuahua hasta los estados sureños de Chiapas y Oaxaca, según los expertos en salud.
El salario promedio de los médicos generales en México equivale a unos 15 mil dólares al año, y muchos médicos de las grandes áreas metropolitanas ven pocos incentivos para arriesgar sus vidas al ejercer en regiones azotadas por la violencia. Además de hacer frente a la violencia en las zonas rurales, los expertos en atención a la salud afirman que el gobierno debe aumentar los salarios y garantizar que los hospitales y las clínicas dispongan de los suministros básicos, ya que los puestos en las zonas rurales suelen ser contratos temporales mal pagado. Nadie como ellos ha sufrido en carne propia la desilusión ante las promesas del actual régimen. Nigun otro sector ha realizado tantas protestas por las incongruencias entre el discurso y la relaidad.
Atravesamos esta crisis porque en el mundo en general, vivimos una etapa en que los gobernantes se conducen sobre la base de los intereses de las clases poderosas privilegiando políticas que afectan a los sectores medios y populares, sin importarles verdaderamente la vida y el destino de los marginados, a pesar de lo que manejen en el discurso. Esta forma de hacer política ha llegado a su crisis terminal, pues se muestra incapaz de enfrentar los grandes problemas. Hoy más que nunca se hace urgente otra forma de organización colectiva que tome desiciones en favor de las mayorías y que las incorpore en la solución de sus problemas.
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