Es la cuestión que se hace el ciudadano, el usuario del transporte público y quienes llevan el sustento a la casa gracias a la prestación del servicio de traslado de gente a través de sus modestos vehículos. Interrogante a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno del estado, dependencia que debiera de velar porque los potosinos tengan acceso a un transporte público económico, eficiente y de calidad; interrogante que se hacen los humildes choferes de taxis, transporte colectivo o de personal, al resolver el problema de transporte en San Luis Potosí y que en muchas ocasiones en lugar de recibir la atención y apoyo por parte de las autoridades de la SCT, son hostigados y tratados como si fueran delincuentes.
Por eso la pregunta: ¿Con quién se comunica la SCT? ¿A quién atiende? ¿A quién obedece? De lo que si estamos seguros, es que a la humilde ama de casa, a los obreros, a los estudiantes que diariamente utilizan el transporte público; a las familias pobres que necesitan trasladar a sus enfermos a los centros hospitalarios, etcétera, no hay comunicación ni atención para ellos. Diariamente vemos las grandes conglomeraciones de gente, en las estaciones esperando el paso del camión para que los lleve a su destino, pero siempre pasa tarde. Se sube el usuario al destartalado y sucio autobús y siempre va lleno, además de ser un servicio caro. Para los sufridos usuarios no hay respuesta de la SCT, ni posibilidades de que algún día en San Luis Potosí, los que todos los días utilizamos el transporte público, el transporte sea digno y eficiente. En cambio para los dueños del monopolio del transporte siempre las puertas de esa dependencia estatal están abiertas y se les cumplen todos sus caprichos. En pocas palabras la SCT sólo obedece a los dueños del monopolio del transporte y del dinero.
"Con dinero baila el perro". Dice el refrán popular. Así se explica la conducta de funcionarios de la SCT en la región huasteca, que un día antes que la administración del doctor Toranzo dejará el gobierno, dieron la autorización para que dueños de una empresa de transporte hidalguense invadieran varias rutas de transporte de humildes choferes del municipio de Tamazunchale, que tienen más de 20 años explotándolas, y que recientemente adquirieron legalmente su categoría de permisionarios. Dicho permiso ilegal y de favoritismo a gente rica del Estado de Hidalgo, se dice, fue por dinero; en tanto, decenas de familias potosinas de Tamazunchale, han dejado de percibir su sustento por el robo descarado a su trabajo.
Lamentable actuar de la SCT estatal, que recién acaba de estrenar titular, el licenciado Ramiro Robledo López. ¿Esta dependencia seguirá con su actitud de oídos sordos hacia sus mandatarios o cambiará de rumbo?.
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