En estos momentos difíciles en la latente crisis por la covid-19 las demás enfermedades siguen perjudicando a la población que debido a la fuerte recesión económica es difícil conseguir muchos medicamentos que en su mayoría son de costos elevados y que desde el periodo morenista se ha vuelto un verdadero problema el acceso a ellas.
Ya son dos años del desabasto de medicamentos en Quintana Roo y el Gobierno estatal y federal no hacen algo para tomar las medidas necesarias para contrarrestar el problema, no hay medicamentos y medicinas en los hospitales y clínicas que representa el 70 por ciento y a pesar de que Quintana Roo fue añadido a la compra consolidada de medicamentos que dirige el Gobierno federal, medicamentos que hasta la fecha faltan porque se entreguen.
Lo peor del desabasto los sufren los habitantes en las comunidades, ahí no hay absolutamente nada de medicamento, y es que, debido a la lejanía de algunos lugares y a la poca atención muchas comunidades de los distintos municipios no cuentan con atención médica, es algo hasta restringido y lo lamentable es que los médicos no están de planta en los sectores de salud solo van cuando existe alguna caravana, nada más.
Cosa muy distinta a los informes que la Secretaría de Salud del estado donde se dice que el servicio médico se cubre en un 75 por ciento a pesar de la creciente ola de contagios por covid-19 y esto claramente se contradice, pues en los últimos meses se ha dado a conocer que Quintana Roo es uno de los 5 estados donde los contagios no paran y que aún está lejos de llegar a semáforo verde.
Y el caso no es muy distinto en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) donde desde hace más de tres meses se han dejado de proporcionar medicamentos indispensables para quienes padecen enfermedades como cáncer, diabetes e hipertensión quienes debido al escases, han tenido que comprar sus medicamentos en farmacias y hay muchas cirugías postergados por la insuficiencia de personal médico para realizar las operaciones, y es que en Quintana Roo unos 4 mil 800 afiliados al ISSSTE padece alguna enfermedad crónica degenerativa.
Y a esto el Gobierno del estado poco ha hecho por atender las necesidades de salud y más ante la pandemia donde además de dejar sin medicamentos a la ciudadanía, también los dejó sin un apoyo de alimentos para sobrellevar crisis económica que sigue provocando la emergencia sanitaria, y en las recientes elecciones se implementó la llamada “Platícale al Gobernador” donde se hacía una campaña sanitaria y que no fue más que una forma de ganar la simpatía por la temporada electoral.
Ante este panorama, los que nos gobiernan deberían ponerle mayor interés al sector más desprotegido y desamparado de Quintana Roo pues es uno de los más sentidos por la población y deberían trabajar lo mejor posible si no quieren pasar a la historia como una de las peores administraciones tanto estatal como federal, es necesario que cada quintanarroense tenga seguridad social y para lograrlo también es tarea de los ciudadanos exigirlo.
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