Los estudiantes más pobres de todo el país se han levantado en contra de la opresión del presidente Andrés Manuel López Obrador porque las órdenes que éste ha dado destruyen, poco a poco, lo que queda de la educación. Ya lo había comentado en un artículo anteriormente, pero es necesario seguir recalcando este tema las veces que sean necesarias, los derechos de los estudiantes deben ser respetados por todos los sectores de nuestra patria.
Querido lector, como usted ya se ha percatado, miles de estudiantes del país se están manifestando con cadenas humanas, protestas, y en las redes sociales, donde también han tenido impacto, con la finalidad de manifestar su rechazo a la desaparición de Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) que beneficiaba a más de 3 millones y medio de estudiantes pobres en todo México, en su mayoría niños.
Lo que me gustaría reconocer, es que los estudiantes de la FNERRR han alzado la voz en contra de las políticas del Gobierno federal, el haber quitado el programa que ayudaba al desarrollo de niños y adolescentes. No es pretexto, ni debería ser pretexto de la Secretaría de Educación (SEP) eliminar la modalidad de escuelas de tiempo completo para invertir el recurso en infraestructura educativa.
Al igual que los jóvenes de la organización estudiantil, yo estoy dispuesto a sumarme a esta lucha, por una lucha colectiva que beneficie a los estudiantes y está sociedad de gente de escasos recursos, pues son imperdonables los actos del gobierno, y siempre ha sido así, debido que nosotros los estudiantes somos rebeldes por naturaleza, eso son actos verdaderamente revolucionarios, y esto ha causado que las autoridades siempre nos repriman, llegándonos incluso hasta matar.
Un claro ejemplo de ello fue la matanza de Tlatelolco en el año de 1968, cuando el entonces presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, dio la orden de asesinar a más de 300 manifestantes, conformado en su mayoría por estudiantes, este hecho ocurrió en la Ciudad de México, Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas.
Los jóvenes de ese entonces se manifestaban en contra de la represión del recién nacido movimiento estudiantil, y que sufría bajo el mandato de Gustavo Díaz Ordaz.
Con francotiradores que pertenecían al Batallón Olimpia, fueron acabando con la vida de estos, no conforme con ello, se les humilló cruelmente, también fueron torturados y tratados de la peor manera posible, y quién quisiera ayudarles se les castigaba de igual forma, pero después de todo, la repuesta del gobierno federal, con el descaro de todo el mundo dijo que el saldo de estos había sido de poco más de treinta personas, pero al final se demostró que fue de 350 (según el reporte de la Fiscalía Especial para Movimiento Sociales y Políticos del pasado), en el año 2006.
Con esto quiero concluir que los movimientos sociales, estudiantiles siempre han tenido una historia por detrás, un motivo por el cual luchar, y eso a mí parecer es imprescindible si queremos hacer un cambio en esta nación, aunque quieran apagarnos la voz y castigarnos por defender nuestros derechos, seguiremos de pie.
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