La revocación de mandato solicitada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) era tremendamente innecesaria, sin embargo, se gastaron más de 1.600 millones de pesos. Ese recurso debió ocuparse en otra cosa, no me refiero precisamente en los programas sociales, sino para alimentar a miles de familias de escasos recursos.
Así que, ente el discurso oficial de austeridad, el ejercicio de revocación de mandato y el derroche de dinero público que implicó, rompe con la supuesta austeridad republicana.
Para la organización de la consulta de revocación de mandato, el Instituto Nacional Electoral (INE) contó con 1,692 millones de pesos: 1,275.9 mdp que fueron asignados por la Cámara de Diputados y 416 millones de pesos que se obtuvieron tras el ajuste a sus gastos.
Cada voto recibido a favor o en contra de que López Obrador permaneciera en el cargo tuvo un costo de 102 pesos, que equivalen a 20 boletos del metro en la Ciudad de México, a cinco kilogramos de tortilla o a un kilogramo de aguacate, fruto que presenta el precio más caro en los últimos meses
La insistencia de convocar a la revocación de mandato, a pesar de que la oposición decidió no participar, es una contradicción abierta con la supuesta política de austeridad de López Obrador. Se gastaron cientos de millones de pesos para un ejercicio en el que el resultado era evidente porque sabíamos que AMLO ganaría con un porcentaje altísimo y que la participación no llegaría al 40 por ciento.
En cualquier escenario realista, López Obrador finalizaría su mandato. “Fue una irresponsabilidad muy lamentable el insistir con la revocación”, considera el analista político y profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Javier Martín Reyes.
Insisto, el dinero que se utilizó en la consulta pasada pudo haber sido ocupado para la adquisición de otras cosas más necesarias para los mexicanos, como vacunas contra la covid-19 para los niños, para la construcción de obra pública, e incluso en la seguridad pública del país o la compra de medicamentos para niños con cáncer o personas con diabetes.
El pueblo mexicano ha sido históricamente progresista; duras batallas ha enfrentado, encabezado por sus líderes más destacados, como Miguel Hidalgo, en la lucha por la Independencia; Francisco Villa y Emiliano Zapata, en la Revolución Mexicana. Son muchos los hombres que han entregado su sangre a cambio de una patria más justa, más libre y con mejores oportunidades.
Pero la democracia en México es mentira, es pura farsa y humo en los ojos, pues López Obrador trata de desviar la atención del pueblo para que no mire los problemas que está viviendo nuestra patria, de tal forma que no se den cuenta que sus promesas fueron falsas, que él resultó ser más corrupto que todos los anteriores.
Es necesario hacer conciencia de la necesidad de organizarse, mantenernos firmes y luchar para enderezar el rumbo de nuestro país. Por que la fuerza del pueblo es superior a la voluntad de un sólo hombre y eso es a lo que nos invita el Movimiento Antorchista.
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