Aunque monte en cólera y asegure que Puebla “tiene rangos de seguridad pública permisibles para poder vivir, mucho mejores que cualquier, que muchos estados de la república”, las cifras oficiales desmienten al gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, toda vez que la incidencia delictiva en el estado lo ubicaron, tan solo en 2021, en el tercer lugar nacional con una tasa de delitos de 36.2 (miles de delitos por cada 100 mil).
Esta cifra es superior a la media nacional (30.8) y pinta en el rango de mayor incidencia de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2022 del Inegi.
El tres de noviembre, el mandatario poblano fue cuestionado, en su conferencia matutina, sobre si existe una descomposición social, tras la balacera presentada en el estacionamiento de un Costco en el que fueron ejecutadas dos personas; situación que negó.
“Quieren presentar el hecho de los dos hermanos asesinados en el estacionamiento, pues tómenlo así. No se trata de un asunto de seguridad pública; no se trata, menos, de descomposición social”, señaló.
Si bien es cierto que Barbosa Huerta dijo que no hablaría del tema por respeto al sentir y forma de expresión que manifestó en un comunicado la familia de las víctimas, montar en cólera y asegurar que no se trata de un asunto de seguridad pública, no revela más que su carácter intolerante e irascible contra quienes se atreven a criticar su política fallida en seguridad.
Aunque niegue tal situación, la realidad que se vive en el estado y en el país, sobre todo con los gobiernos morenistas, exhibe lo contrario a su dicho y el alarmante crecimiento de la inseguridad y la percepción de que Puebla es un estado no seguro. Veamos tan solo lo que dicen las cifras oficiales, que de por sí son alarmantes.
Solo en los primeros tres días del mes que corre se cometieron 10 homicidios dolosos en el estado, de acuerdo con los datos del conteo diario que la Secretaría de Gobernación (Segob), a través de un equipo interdisciplinario constituido por la SSPC, la Sedena, la Semar y la PGR, pública con actualizaciones diarias y que se puede consultar en la página www.informeseguridad.cns.gob.
El crecimiento en la cantidad de delitos cometidos en el estado se puede observar en el reporte sobre incidencia delictiva del fuero común en Puebla, que publica el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). De enero a septiembre de 2021 la cantidad de delitos cometidos fue de 55 mil 581, mientras que en el presente año en el mismo periodo van 58 mil 583; de estos, el total de delitos contra la vida y la integridad corporal en el periodo antes mencionado del año 2021 es de cinco mil 950, mientras que en 2022 suman seis mil 523.
La misma ENVIPE del Inegi es reveladora: Puebla ocupa el séptimo lugar en número de víctimas con 26.1 (miles de víctimas por cada 100 mil), también arriba de la media nacional (24.2) y que pinta en el rubro de mayor prevalencia. Sobre la percepción de la población respecto de la inseguridad, entre marzo y abril de 2022 fue de 78.1 por ciento; es decir, casi ocho de cada 10 poblanos se sienten inseguros en su estado. Entonces, ¿No se trata de un asunto de seguridad pública? Si no es eso, cómo se le puede llamar a lo reflejado en estas cifras, que cabe destacar, son oficiales y que se pueden consultar en los portales de las diferentes dependencias.
El incremento de la inseguridad en el estado es evidente y es el reflejo de un problema más profundo: la terrible desigualdad que azota al país, al estado y que tiene como principal consecuencia que cada día un número mayor de personas se sumen a las filas de la pobreza y problemas sociales como la inseguridad, la falta de empleos, el aumento en el precio de los productos de la canasta básica, entre otras.
Con el gobierno del Morenista Miguel Barbosa Huerta el estado se ha ubicado en el tercer sitio a nivel nacional con el mayor porcentaje de personas en situación de pobreza: 62.4 por ciento, mientras que en 2018 fue del 58 por ciento, es decir, se pasó de tres millones 756 mil a cuatro millones 136 mil. A pesar de ello, las políticas aplicadas no reflejan una mejora en el bienestar de la población y menos en el ataque a los problemas sociales que vive el país; prueba de ello es la incidencia delictiva en crecimiento.
Los números refutan lo dicho por el morenista y prueban que su partido en el poder está lejos de ser la solución para el estado y el país. Al pueblo no le queda más que organizarse y formar el partido que nazca de sus entrañas, que tome el poder político y desarrolle un proyecto que garantice el bienestar de las masas trabajadoras y no de un interés personal, como hasta ahora hemos observado. Frente a esa situación incierta hay una luz que está trabajando en iluminar y guiar el camino del pueblo trabajador: el Movimiento Antorchista.
Esa es nuestra meta y en ese sentido seguiremos trabajando; de ahí mi invitación a todos los poblanos a sumarse a nuestra organización, a formar la unidad que tanto requiere nuestro país para cambiar verdaderamente la situación actual del país.
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