En México cada sexenio, los políticos salen con sus discursos, maquillados para hablarle bonito a los ciudadanos y confiar en ellos y así buscar el voto a su favor. Desafortunadamente, el pueblo de México no ha logrado elegir a un presidente que realmente sea un gobierno sensible hacia sus votantes.
En la Revolución mexicana se exigió por tierra y libertad. Al término de la misma, el general Francisco Villa llegó a la ciudad de México, se sentó en la silla presidencial, y no supo que hacer, y no es que no supiera qué hacer sino que las condiciones de aquel entonces no le eran favorables, porque el país estaba en pleno desarrollo económico y social.
Desde entonces, nuestro país no ha salido del atraso en que se encuentra actualmente.
Es cierto que con algunos presidentes sí hubo desarrollo y apoyo social. Por ejemplo, se destaca la creación de las escuelas normales, además de otros logros importantes ya conocidos, con el presidente Lázaro Cárdenas del Río.
Pero de ahí ningún otro presidente hizo algo para el bien de México; sólo se dedicaron a saquear y desfalcar el erario, incluido el actual presidente Andrés Manuel López Obrador y su “cuarta transformación”.
Con el gobierno de Morena, nuestro país va de mal en peor; hoy no hay educación de calidad, ni atención médica, ni seguridad, además de que los productos de la canasta básica cada vez están más caros, entre otras carencias.
Este 2 de junio de 2024, nuestro país elegirá por primera vez a una presidenta. Las candidatas que se perfilan principalmente son: por parte del partido en el poder, Claudia Sheinbaum, y por parte de la oposición, conformada por tres partidos (Frente Amplio por México), será Xóchitl Gálvez.
A un año de esta elección, según la encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) de agosto de 2023, el partido morenista registraba una intención de voto del 45.4 %, mientras que la oposición sólo un 18.2 %.
Después de Lázaro Cárdenas, ningún otro presidente hizo algo para el bien de México: sólo se dedicaron a saquear el erario, incluido el actual mandatario y su “cuarta transformación”.
Finalmente, el pasado 6 de septiembre, Morena dio a conocer el resultado de su proceso de elección de la candidata a suceder a Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Aunque de los dos candidatos que llegaron como opciones a la fase final de la disputa fueron Marcelo Ebrard (excanciller de México) y Claudia Sheinbaum, fue finalmente la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México la contundente ganadora.
El novedoso método de selección instaurado por Morena dejaba en manos de la opinión popular escrutada mediante encuestas la elección de su candidato, lo que rompe con la tradición mexicana del “dedazo”, una fórmula de elección por cooptación partidaria.
Pero claro, los operadores y los líderes morenistas se valieron de amenazas y de condicionar apoyos para lograrlo. De este modo, Morena se distinguía también en esta faceta del frente opositor.
Se aplicaron 12 mil cuestionarios: 2 mil 400 por parte del propio partido Morena y otros tantos iguales por cuatro empresas encuestadoras seleccionadas por los propios candidatos incluyendo a Mercaei, una encuestadora propuesta por el equipo de Marcelo Ebrard.
Una vez procesados los datos de las encuestas, la candidata seleccionada con más de 15 puntos de diferencia sobre su inmediato seguidor ha sido Claudia Sheinbaum Pardo, con el 39.4 % de los apoyos.
El actual gobierno federal, en manos de un proyecto burgués llamado 4T, está destinando los recursos de los mexicanos a la compra de conciencias y voluntades, aprovechando el aumento de la pobreza que esta misma élite ha creado, al mismo tiempo que trata de consolidar sus obras emblemáticas como el Tren Maya, que en nada ayudarán a resolver la situación de miseria en que vivimos millones de personas en el país.
2024 no es la excepción, ya que los que van empezar a hacer los circos en la campaña ya están en la primera fila y ensayando sus discursos, y la realidad es que los ciudadanos debemos analizar la situación.
No nos dejemos engañar con el disfraz que oculta las verdaderas intenciones de los candidatos: elijamos a un verdadero gobierno del pueblo.
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