El campo mexicano es refugio de los citadinos para reducir el estrés de la agitada vida urbana; y es un territorio que se utiliza para labrar la tierra y producir alimentos, donde los paisajes alegran la vista y limpian el oxigeno que necesitamos los seres vivos. Es el sitio donde la naturaleza guarda en sus minas los minerales preciados por el ser humano y son símbolo de riqueza, donde las aves vuelan y esparcen las semillas de los frutos que las alimentan, en un ejercicio de reforestación natural. Pero también, es el territorio donde habitan 33 millones de mexicanos (23%) cada vez más pobre y que han cumplido una misión para el desarrollo de la vida moderna: aportar mano de obra en el proceso de industrialización. Muchos obreros son hijos de campesinos o campesinos de medio tiempo; porque el valor de sus ingresos no compensa lo necesario y tienen que migrar y alquilarse en la fábrica o en la obra, para poder sobrevivir. Venden sus mermadas cosechas y no se les paga la mano de obra familiar aportada, ni la renta de la tierra, por tanto, una parte de la población rural invariablemente vive en la pobreza.
Por otro lado, desde que se instauro el modelo neoliberal en México, existe un sector, reducido pero dominante, de empresarios agropecuarios, que participa en los mercados globales y a llevado a que México ocupe el 14° lugar en producción de valor en el sector de agroalimentos a nivel mundial, y el 8°, también a nivel mundial, en exportaciones agroalimenticias. El Gobierno de la República, ha informado que “…a pesar de la crisis económica y la pandemia, el campo mexicano sigue creciendo, gracias a las “buenas políticas públicas” a tasas del 5% del P.I.B. en el último año”. Pero también el Coneval informo que de los pobres del país, los que viven en las zonas rurales, es decir en el campo, son los más golpeados.
Recordemos que fueron las familias campesinas, las que contribuyeron históricamente a crear las bases de este país, con la Revolución mexicana, lucharon al lado de Francisco I. Madero, Emiliano Zapata y Francisco Villa, contra el tirano y dictador en el poder el General Porfirio Díaz, y luego contra el mismo Madero, que una vez que gano la elección, gobernó sin cambios, dejando en su gabinete a los mismos funcionarios del sistema porfirista, ante ello, los campesinos dirigidos por el General Emiliano Zapata, proclamaron el Plan de Ayala y declararon traidor a Francisco I. Madero, continuando su lucha por el reparto de la tierra hasta lograr una Reforma Agraria que cumpliera el sueño de los campesinos y Zapata: “La tierra es de quien la trabaja”. Pero, ¿se cumplió realmente este sueño? No, no se cumplió. Mediante supuestas expropiaciones pagadas con el dinero de los mexicanos, se les “quito” a los hacendados aquellas tierras que no querían y por tanto no usaban, las tierras de montaña, con pendientes extremas, las tierras semidesérticas, las tierras de temporal, es decir tierras marginales e improductivas. Conservando para los hacendados las mejores tierras.
También los campesinos y sus familias contribuyen enormemente a la recaudación hacendaria, aportan su parte de impuestos, contribuyen al erario de manera importante con su pago de impuestos, el gobierno jamás ha resarcido todo lo que aporta el campo. No solo en el tema de incentivar la actividad económica, ni antes ni ahora. La maquinaria, el riego, la investigación, la innovación tecnológica, la asistencia técnica y los apoyos del gobierno, han sido y son para los que tienen, no para el campesino promedio, debería decir mejor, no son para los pobres campesinos pobres y menos para los trabajadores, jornaleros o peones, los que nunca recibieron un pequeño pedazo de tierra. Ni siquiera el orgullo de la 4T, el programa sembrando vida es para todos los campesinos, ya que de entrada hay que poseer más de 2.5 hectáreas y ya con eso excluyo a la mayoría de pequeños productores y a todos los desposeídos del campo.
Si acudimos de visita a la zona rural, normalmente se va a un centro turístico, balneario, bosque, ruinas arqueológicas ex haciendas o pueblos mágicos, sitios que al parecer reciben una certificación que los aleje de la vida rural real, cuyos propietarios o son empresarios o sociedades de empresarios, rara vez pertenecen a auténticos campesinos. Y cuando participan campesinos, los ponen en exhibición, con traje típico para cobrar por ver a un mexicano de antes, como los de las películas viejitas. Permitiendo abuso, discriminación y humillación. El turismo rural crece, pero, los beneficios no son para los campesinos, por el contrario, como si fuera una condición, se mantiene en la pobreza a sus habitantes para que sigan siendo un atractivo para el turista.
BIMBO, MASECA y otras iguales empresas son ejemplo de éxito mundial, pero no son de los campesinos, sus dueños son empresarios que pertenecen a las tres transformaciones que anteceden a la cuarta que promueve el actual gobierno de “primero los pobres” donde la política y los apoyos del gobierno van a aparar. Jóvenes construyendo el futuro es un presumido programa que le ahorra millones de pesos, al otorgar becas que que ahorran salarios bien remunerados. Es decir, en lugar de promover leyes que obliguen a un remuneración digna del trabajo, se engaña a la población joven y se le obliga a trabajar con una ayuda económica, permitiendo con ello que el sector agroexportador crezca a costa de empobrecer primero a los pobres.
Andrés Manuel, Bartlett, Marcelo Ebrard, Monreal, etc. Son personajes del viejo sistema que engendro la tercera transformación y que ahora con un disfraz de “izquierda”, apoyan al empresariado y están debilitando aun más la estructura agraria, empobreciendo al campesino, dando subsidios a la tercera edad, para que los hijos permitan el abandono de las parcelas y estas sean rematadas a precios de regalo, permitiendo la concentración de la tierra nuevamente en manos de los terratenientes o fraccionadores, consentidos del sistema. El Gobierno de la república no otorga apoyo de fertilizante, para que así las cosechas de los campesinos no sean abundantes y estos se hundan más en la pobreza y los alimentos que circulen en el mercado sean los de los empresarios del campo o industriales, como la tortilla, que siendo un producto de primera necesidad esta por las nubes.
Por todo lo anterior, es urgente que el pueblo mexicano analice el trasfondo de las políticas públicas y las reformas que promueven quienes hoy gobiernan, que sepan distinguir que los partidos políticos y sus candidatos (aunque el presidente coma tlacoyos o frijoles) no pertenecen a su clase social y por tanto nunca representaran sus auténticos intereses en el poder. El campesino tiene que organizarse para hacerse escuchar, como lo hicieron antes y reclamar apoyos, como el del fertilizante, que no es ninguna concesión del gobierno, sino su obligación. Y que el pueblo tiene que aprender a elegir mejor a sus candidatos y representantes que pondrá en el gobierno, ya son muchas equivocaciones y el resultado ha sido un aumento de la pobreza para el pueblo trabajador y también un aumento de la riqueza para los verdaderos dueños de gobierno, los empresarios que siguen haciéndose mas ricos con apoyo del Estado.
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