En 2018, lo que era una esperanza para muchos mexicanos, se ha convertido en una guerra contra aquellos que piensan diferente al presidente y su cuarta transformación. Los decepcionados son ya muchos, incluyendo a la gente de Morena, que siendo del mismo partido han entablado una guerra interna plagada de amenazas y engaños, todo por la lucha por los puestos públicos.
Se quedaron sólo en promesas todo lo que ofreció el hoy presidente en campaña, aprovechándose ahora de sus precampañas inventadas que violan la ley, pero, sobre todo, tratan de echar humo a los ojos a los mexicanos, distrayéndolos para que no vean la verdadera situación del país que es verdaderamente desastrosa.
La 4T no trabaja en aplicar mejores políticas públicas y las crisis sociales son cada vez mayores. La eliminación del Fonden es una decisión que genera múltiples críticas y ha sido uno de los (muchos) errores en políticas públicas, pues era un fondo que históricamente había sido utilizado para atender emergencias y consecuencias de desastres naturales.
Si bien se argumenta que esta medida buscó evitar la corrupción y el mal uso de los recursos, la realidad es que deja a las comunidades vulnerables desprotegidas frente a eventos naturales devastadores como el caso del huracán “Otis”, que azotó las costas de Acapulco, Guerrero, el pasado 25 de octubre.
El huracán “Otis”, con categoría 5, azotó las costas de Acapulco, Guerrero, dejando a su paso un rastro de destrucción y una población en estado de alerta. El huracán tomó a todos por sorpresa al intensificarse de una tormenta tropical a un huracán de categoría 5 en menos de 24 horas.
Este fenómeno natural, de una intensidad inusual, plantea serias interrogantes sobre la preparación y respuesta del gobierno de Evelyn Salgado Pineda y la administración de Andrés Manuel López Obrador, particularmente en lo que respecta a la falta del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y su eliminación.
Muy a pesar de la famosa aprobación del presidente, el pueblo sabe en los hechos que las cosas en el país van mal.
La necesidad de contar con un fondo de respuesta a desastres es evidente en momentos como este, y la falta del Fonden es un fallo grave en la estrategia gubernamental. La falta de inversión en infraestructura resiliente, la respuesta tardía a la intensificación del huracán “Otis” y la eliminación del Fonden son señales preocupantes de la falta de preparación y de la falta de consideración hacia la seguridad y el bienestar de la población.
La falta de advertencia oportuna y medidas preventivas efectivas es un claro fracaso por parte de las autoridades, y pone en evidencia la necesidad de una respuesta más eficiente ante situaciones de emergencia.
El impacto del huracán en una ciudad con una población de más de 800 mil habitantes evoca recuerdos dolorosos de otros eventos catastróficos en la región. Los eventos climáticos extremos como “Otis” exigen una respuesta efectiva y la rendición de cuentas por parte del gobierno.
Es hora de cuestionar seriamente las acciones y políticas de las autoridades responsables y exigir un enfoque más sólido y compasivo en la gestión de desastres naturales. La vida y la seguridad de los ciudadanos no pueden seguir siendo ignoradas en favor de intereses políticos.
La verdad es que no hay nada seguro, la voz del pueblo cuenta, pues los electores pueden despertar en cualquier momento. Muy a pesar de la famosa aprobación del presidente, el pueblo sabe en los hechos que las cosas en el país van mal.
El Movimiento Antorchista exige apoyo inmediato a las comunidades afectadas por los huracanes. Esto incluye la entrega de ayuda humanitaria, la reconstrucción de la infraestructura dañada y la asistencia para la recuperación económica. Si a las autoridades les importa el pueblo, queremos solución para los afectados por el huracán; de lo contrario, en 2024 nos veremos las caras.
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