En 2020 se tenían contabilizados un total de 26 pandemias, pestes, epidemias o plagas que habían afectado al ser humano de acuerdo con Tomasi (2020). La enfermedad por covid-19 se suma a la lista de enfermedades, y con base en la información proporcionada por la Universidad Johns Hopkins había cobrado la vida de 4.5 millones al iniciar septiembre de 2021, lo que convierte a la covid-19 como la novena pandemia documentada en la historia del ser humano.
La primera epidemia documentada fue en Atenas y en las ciudades del Ática en el 430 antes de Cristo. La enfermedad duró poco más de 4 años y murió entre un tercio y un cuarto de la población ateniense. El gran historiador griego Tucídides dejó bien documentada la enfermedad en su obra Historia de la Guerra del Peloponeso. También explica que la enfermedad surgió en Etiopía y se propagó mediante el comercio. La epidemia incrementó el número de decesos por las malas condiciones sanitarias y hacinamiento, como consecuencia de la Guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta entre el 431 y 404 a. C., y que hizo que toda la población ateniense se concentrara en Atenas buscando refugio. Tomasi (2020) señala que los médicos no se han puesto de acuerdo sobre el tipo de enfermedad, algunos sospechan que pudo haber sido peste bubónica, tifus, escarlatina o bien una combinación de dos enfermedades. Lo que queda claro es que la enfermedad causó un gran impacto en Atenas y provocó la caída del imperio ateniense, pues Atenas fue derrotada por Esparta.
De acuerdo con Benedictow (2011), la Peste Negra ha sido la enfermedad más agresiva y letal contra la humanidad que se tiene registrada. En siglos posteriores se presentaron enfermedades que tuvieron un gran impacto sobre la población, sin embargo, nunca llegaron a compararse con el gran descenso demográfico de la Peste Negra en el siglo XIV. Hasta la fecha los diferentes investigadores no han podido concluir en dónde se originó la peste, sin embargo, la mayoría coincide en que el comercio contribuyó para que el bacilo Yersinia Pestis se propagara más rápido. Toda Europa se vio afectada y se estima que un tercio de la población europea falleció (Haindl, 2011). Sin embargo, se presentaron casos como Siena que perdió al 90% de su población (Byrne, 2012), Venecia un 60% (Martin, 2017) o Provenza y Londres con un 50% de su población (Sánchez-David, 2008). La mala alimentación y malas condiciones en que vivían sus habitantes hicieron que la cantidad de muertos fuera aún mayor.
La segunda pandemia más mortífera en la historia de la humanidad fue la viruela con una tasa de letalidad del 30%, además de que un tercio de los sobrevivientes quedaba ciego. Tan solo en el siglo XV ocasionó 60 millones de personas en Europa y el virus Pox fue mutando entre variantes más agresivas y menos agresivas, hasta que la ciencia y las vacunas erradicaron la enfermedad en 1979. Bermejo (2012) afirma sin lugar a dudas que las vacunas junto con la potabilización del agua han sido las medidas más eficaces para reducir la mortalidad de una gran cantidad de enfermedades.
En 1918 llegó el H1N1, la tercera enfermedad más mortal en la historia de la humanidad, con una tasa de letalidad entre 2.5% y 5% y que ocasionó el doble de decesos ocasionados por la Primera Guerra Mundial. Los investigadores estiman que el número aproximado de decesos va de 20 a 50 millones de personas. Con esta pandemia se tomaron medidas como el uso del cubrebocas, aislamiento, cuarentena, desinfectantes, evitar sitios concurridos, evitar llevar lápices u otros objetos en la boca, restricción de reuniones públicas, cierre de iglesias, cines, teatros, centros de reunión y escuelas, y muchas medidas más.
En diciembre de 2019 los médicos de China investigaban una serie de pacientes con neumonía. El 7 de enero de 2020 los investigadores chinos informaron a la OMS que el nuevo agente viral se trataba de un nuevo coronavirus y que podía desencadenar una neumonía de leve a grave en el ser humano. El 19 de marzo de 2020 China informó, que con base en las pruebas aplicadas a prácticamente todos los casos sospechosos de la COVID-19 se pudo concluir que la tasa de letalidad era de 1.4%. El grupo de edad más afectado fue el de mayores de 60 años y que alcanzó una tasa de letalidad de 2.6% (Revista Nature Medicine).
Es muy difícil que el doctor Hugo López-Gatell Ramírez, médico cirujano, especialista en Medicina Interna, maestro en Ciencias Médicas y doctor en Epidemiología no supiera a lo que se enfrentaba México. Para frenar la pandemia era necesario poner en prácticas medidas ya establecidas en el pasado como el uso de cubrebocas y limitar la movilidad de la población. Sin embargo, también se sabía que limitar el movimiento de la población ocasionaría inevitablemente un descenso en las ganancias de las grandes empresas. Por ello, desde un inició no se informó a la población sobre la gravedad y el peligro que representaba la pandemia. Y por ello, las medidas del gobierno federal para frenar la propagación del virus fueron laxas y los resultados están a la vista de todos. Las cifras oficiales de México al 31 de agosto de 2021 contabilizan 3, 352, 410 casos positivos acumulados y 260,503 decesos acumulados por la COVID-19. Y al igual que en el pasado, las malas condiciones y pobreza en que vive gran parte de la población ocasionan que el virus sea más letal, por ello México forma parte de los países con mayor cantidad de muertes en el mundo (hasta la fecha no hay datos concluyentes de la tasa de letalidad del SARS-CoV-2 en México, puesto que no se aplicaron pruebas a todos los casos sospechosos).
En días recientes hemos escuchado de parte del ejecutivo federal que “llueve, truene o relampaguee” regresaremos a clases presenciales, incluso en Puebla se amenazó con descuentos vía nomina a los docentes que no acatan los lineamientos. Sin embargo, el gobierno federal guarda silencio ante las necesidades de escuelas que no tienen agua potable, las escuelas que han sufrido robos, la necesidad de gel, cubrebocas y un largo etcétera. Existe el riesgo de que las clases presenciales multipliquen el número de casos de la covid-19 y se sabe que los hospitales públicos no cuentan con los medicamentos y ventiladores suficientes para evitar una mayor cantidad de decesos. Por otro lado, para El 31-08-2021 se contabilizaron 11,146 contagios contra 3,719 del mismo día en 2020. El 31-08-2021 se contabilizaron 835 decesos contra 256 decesos del mismo día en 2020. En pocas palabras, no estamos en condiciones de regresar a clases presenciales.
La historia cumple su papel en el sentido de que las autoridades estén informadas y puedan reaccionar a tiempo ante nuevas pandemias. La ciencia ha demostrado en muchas ocasiones que las vacunas son una de las medidas más eficaces para reducir la mortalidad de la población. Está demostrado que un tratamiento a tiempo, la aplicación de medidas elementales como el uso del cubrebocas y vacunar a toda la población ayudará a reducir la cantidad de decesos en México. Por ello, es correcta la postura de los alumnos afiliados a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR) y los docentes de Antorcha Magisterial, que piden que todos los alumnos sean vacunados para garantizar un regreso seguro a las aulas.
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