MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La libertad de la mujer será cuando cambiemos al capitalismo por un sistema equitativo de riqueza

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El Día Internacional de la Mujer es una fecha que se conmemora en muchos países del mundo. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen el 8 de marzo para contemplar una fecha en la que se festeja no solo el hecho de ser mujer, sino el papel que han jugado las mujeres que lucharon, y luchan, por igualdad, justicia, paz y desarrollo de la sociedad.

En los últimos años en México, el Día de la Mujer se ha convertido, en la ocasión y la razón para que los  grupos de mujeres llamadas feministas, bastante numerosos por cierto,  toman las calles y con acciones radicales y hasta de vandalismo, rompen los vidrios de los diferentes establecimientos, pintan edificios, monumentos en el centro histórico del país y de las principales ciudades de la república, se enfrentan a los granaderos, prenden fuego a los establecimientos del gobierno, utilizando artefactos como las  bombas molotov, acciones que se realizan en este día para exigir los derechos de igualdad de género en lo social y en el ámbito laboral, el combate a los feminicidios, la violencia contra las mujeres y el control de los hombres sobre las mujeres ante las decisiones de su cuerpo.

Sin embargo,  sin la intención de denostar esta forma de lucha del movimiento feminista y con el respeto a esta corriente y a todas las expresiones sociales, a mi parecer creo que no solo se equivocan en su manera de manifestarse, las construcciones y los monumentos no tienen la culpa, además  la lucha de estos movimientos feministas se reduce, a una lucha solo de las mujeres contra los hombres como género, que si bien es cierto muchos de los agresores de la mujeres son hombres, pero no son la causa fundamental de la desigualdad y las problemáticas que viven las mujeres en este país, se olvida que el problema es estructural.

La causa fundamental y el verdadero culpable de que la mujer no sea valorada es de tipo económica, el desarrollo del capitalismo con su sed de ganancia, ha buscado todas las maneras de explotar a la humanidad, ha traído consigo toda una gama de apertura laborar, donde no solo explota a los hombres, sino a niños y por supuesto a la mujer como parte de las actividades productivas de este país. F. Engels en su libro  "La Situación de la clase obrera en Inglaterra", narra cómo  en los inicios de la Revolución Industrial y en los orígenes del capitalismo, una gran cantidad de mujeres, niños y niñas trabajaban jornadas extenuantes en las minas de carbón, donde las mujeres obreras sufrían nos sólo la dureza del trabajo, sino hasta ponían en riesgo su vida  abortando a sus hijos, las mujeres que se dedicaban a la costura morían pronto porque no descansaban, sólo descansaban dos horas de 24 que tenía el día, la fisonomía de las jovencitas de 14 a 20 años eran de ancianas, por la curvatura de la espalda, era un horror lo que pasaba con la clase obrera.

En suma, el capitalismo desde sus orígenes ha sido despiadado, y en la actualidad las cosas no han cambiado mucho, hasta nuestros días, la mujer trabajadora es dominada bajo un doble sometimiento: en la fábrica y en el hogar, estas pertenecen al capitalista a cambio de un salario y pertenecen al esposo a cambio de protección, por condicionamiento social.

 El sistema capitalista, arrastrado por los gobiernos que están en el poder, han perfeccionado la manera de explotar y someter a las mujeres haciéndoles creer que son libres y que la igualdad se manifiesta cuando se les incluye en el ámbito laboral, solo que a cambio de un salario miserable que no le alcanza para poder aportar a su familia para garantizar, la comida, la salud, la vivienda, la educación la recreación de sus hijos y de toda su familia,  no obstante, nos solo no le alcanza el salario que le pagan por el trabajo que realiza en la fábrica o sector laboral, sino que además no le pagan todas las labores domésticas que realiza; desde criar y atender a los hijos, hasta lavar y cocinar para toda la familia, es decir las mujeres hoy en día sufren una explotación terrible gracias al sistema capitalista.

Es el sistema capitalista, arrastrado por los gobiernos que sustentan el poder como Morena quienes permiten que hoy en día existan 17.776 asesinadas, desde 2018, 10 asesinatos de mujeres al día; que el 70% de las mexicanas sufran algún tipo de violencia a lo largo de su vida según datos del Inegi, tres de cada cinco mujeres en México viven en situación de violencia física, emocional, sexual, económica o patrimonial.

Es el sistema capitalista el que permite y legaliza que las mujeres ganen hasta 23% menos que los hombres si hay niños pequeños en casa. Durante la pandemia aumentó la carga de trabajo doméstico y de atención a los hijos para las mujeres, al mismo tiempo que disminuyó sus oportunidades de obtener un ingreso.

La sociedad está obligada a analizar mejor la situación de las mujeres para unirnos tanto hombres y mujeres, y todo aquel que sufra las consecuencias del capitalismos rapas, todo aquel que viva desigualdad y maltrato del este régimen capitalista, el cual nos orilla a vivir divididos, a pensar que no somos explotados, humillados por este sistema cruel, que nos obliga a vivir en viviendas inhumanas, sin un techo seguro y sin servicios básicos; a sobrevivir con un salario raquítico debido a que la riqueza que los trabajadores producen, se queda en las manos unos cuantos, sin importar que quienes producen esa riqueza sean las manos de los trabajadores, quienes gastan durante la jornada laboral, su energía, su cerebro, su fuerza,  hasta jornadas inhumanas, porque no les queda de otra, venden lo único que tienen para vender, fuerza de trabajo, para poder sobrevivir, a cambio de un salario que no alcanza para satisfacer las necesidades mínimas.

Es verdad que hay que reconocer a todas aquellas mujeres que lucharon por la igualdad de géneros en tanto que todos somos seres humanos y como tales debemos tratarnos con respeto e igualdad y unirnos para luchar por una patria más justa y próspera para todos.

Desde aquí envío un fuerte abrazo a todas mis compañeras antorchistas, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, por seguir cumpliendo nuestra tarea histórica, la cual segura estoy de que algún día, no muy lejano, conquistaremos; una patria más justa y más equitativa para todos.

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