El sistema educativo mexicano diseñado por el actual sistema político neoliberal está padeciendo sus peores momentos, se encuentra rebasado, desarticulado, caduco y sufriendo las afectaciones inevitables de la pandemia. Para nadie es desconocido que para el regreso a clases presenciales, después de 19 meses de ausencia en las aulas, no todos los centros educativos han tenido la misma suerte, varios de ellos están deteriorados, grafiteados, han sido saqueados, robados, durante el periodo de contingencia, sumándole aquellos que nunca han tenido infraestructura adecuada para recibir, atender y educar a su matrícula educativa. De acuerdo a datos oficiales.
En todos los niveles educativos, los docentes frente a grupo, administradores, intendentes, han hecho un esfuerzo muy grande para realizar y desempeñar con profesionalismo su trabajo durante 19 meses de contingencia, mi humilde reconocimiento para todos ellos, muchos critican la labor educativa porque nunca han estado en una aula atendiendo a más de 30 alumnos, planificando semanalmente 10 asignaturas, impartir 3 clases por día, elaborar exámenes y calificarlos, revisar tareas, capturar calificaciones, atender problemas de aprendizaje, familiares, conductuales, etc., es un verdadero reto desempeñar todos los días la labor educativa, con humanismo, didáctica, método, disciplina y cariño. Docentes que todos los días forjan conciencias, educan y enseñan a futuros ciudadanos, que cada día dejan una parte de su vida en cada alumno, bien vale la pena seguir luchando para construir un modelo educativo más eficiente, con metas que respondan los retos del presente y expectativas del futuro.
El ambiente que propicia la infraestructura escolar adecuada y en buen estado es decisiva, para que el estudiante pueda adquirir los conocimientos, habilidades y destrezas, esto no se puede lograr si el espacio donde se estudia no tiene internet, aire acondicionado, ventilación e iluminación, o si carece de bebederos para hidratarse, de sanitarios con agua, de techumbre para realizar actividades al aire libre; requiere de aulas no provisionales ni en malas condiciones. Varias escuelas en el país se encuentran en estas pésimas condiciones materiales, quizás muchos respondan que sí, pero sabemos que si hacemos un estudio de cada centro educativo de todo el país, detectaremos que hay centros educativos en zonas rurales marginadas y centros educativos en colonias urbanas marginadas en las grandes capitales que carecen de toda infraestructura básica.
La carencia de material didáctico que necesita el estudiante para realizar sus actividades académicas de todas las áreas del conocimiento, lápices, cartulinas, cuadernos, mochilas, plumas, ábacos, libros de ejercicios, etc., muchos estudiantes del país cuentan con ellos, pero hay un porcentaje significativo que no tienen acceso a estos materiales y debemos de dotarlos, para hacer menos desigual la brecha del proceso de enseñanza, entre unos y otros. Para ello es necesario actuar en concreto con cada alumno, familia, escuela, región, municipio y estado. Otro obstáculo, es que los alumnos lleguen a la escuela sin haber desayunado, cansados de viajar grandes distancias para llegar a su aula. Muchos provienen de familias disfuncionales, problemas de alcoholismo y drogadicción. Todos estos factores que son consecuencias de una gran descomposición social que estamos viviendo deben atacarse desde sus orígenes. Debe dotarse a las escuelas de comedores escolares con comida caliente, centros de atención psicológica a menores y orientación educativa. Por ello, los padres de familia, docentes y estudiantes deben asistir a las oficinas de la Secretaría de Educación de cada entidad federativa y a las oficinas de la Secretaría de Educación Pública en la Ciudad de México para solicitar mantenimiento, remodelación o reparación de las inmuebles dañados durante la pandemia y construcción de infraestructura educativa en todos los niveles educativos donde haga falta, principalmente en las escuelas ubicadas en las colonias populares, ubicadas en las grandes periferias de las ciudades o en las zonas rurales alejadas.
En Sonora hay más de 950 escuelas de todos los niveles educativos que no están aptas para el regreso a clases y que el compromiso del gobierno estatal es acondicionarlas en los tres meses que restan del año, para que estén listas a principios de enero. A nivel nacional el problema es más crítico. En una rueda de prensa en la Ciudad de México, la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”, mostró los datos del secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda Salas, quien entregó a la SEP un informe de infraestructura escolar para un regreso a clases seguro. Dicho documento informa que 48,667 escuelas registran necesidades urgentes de infraestructura; 31,000 planteles no cuentan con agua potable, 24,588 plantes requieren rehabilitación del sistema hidráulico, 21,000 tienen daños en el sistema de drenaje, y 5,260 centros educativos fueron vandalizados. Datos duros que justifican de manera urgente una mayor inversión a la infraestructura educativa.
Los profesores de carrera no podemos quedarnos callados ante la raquítica inversión económica que se le está haciendo a la educación en todos los niveles educativos. Actualmente, algunos con poca mollera dirán que tampoco antes se hacía, pero también fueron criticados, por eso los actuales gobernantes y autoridades educativas federales deben ser señalados y denunciados como unos demagogos que no invierten en educación para salir de ese rezago educativo histórico. La OCDE informó que seguimos ocupando el lugar 40 en rezago educativo. No podemos aceptar ni aplaudir como focas amaestradas esta decisión del Gobierno federal, aunque muchos se ofendan con que critiquemos estas decisiones equivocadas en el rubro educativo. Por eso, los ciudadanos críticos de cualquier gobierno anterior o actual, que hasta ahora no nos hemos fanatizado y cegado por ningún partido político o gobernante, intentamos tener criterio propio para analizar desde nuestra óptica personal, los problemas educativos que nos lastiman, afectan y que en el futuro nos traerán graves problemas, convirtiéndose en rezago social, del que las futuras generaciones tendrán que asumir y pagar las terribles consecuencias. Exigimos como ciudadanos organizados que se destinen más recursos económicos para mejoras salariales de los docentes, certeza laboral, investigación educativa; laboratorios de ciencia y salas de cómputo, becas escolares universales para universitarios, para mejor y mayor infraestructura educativa; aulas, plazas cívicas, techumbres, módulos sanitarios, bardas perimetrales, salas de artes, etc., necesitamos que la educación se convierta en un motor de desarrollo en nuestro país.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario