Fue todo un éxito la III Jornada Nacional de Oratoria que organizó la Comisión Nacional Cultural del Movimiento Antorchista que, de manera simultánea, se realizó en todas las capitales de los Estados el pasado domingo 26 de junio del presente. Pudimos escuchar discursos de jóvenes, profesionistas, campesinos, colonos, obreros y activistas que, de manera muy elocuente, se dirigieron al público presente para plantear problemas de diversas índoles.
El objetivo del Movimiento Antorchista al realizar este concurso que ya es el III en su tipo, es alentar al pueblo a que, a través de la palabra y argumentación, exponga lo que piensa sobre su país y la sociedad que le rodea. México necesita verdaderos tribunos populares, y eso es lo que busca Antorcha.
Para que mis posibles lectores conozcan un poco más de por qué Antorcha ve a la oratoria como una poderosa arma que nos sirve para transmitir ideas por medio de la palabra, que es una herramienta fundamental para que los luchadores sociales, como nosotros los antorchistas, podamos expresar nuestras ideas, educar y politizar a la clase trabajadora que lucha por un mundo mejor, es conveniente remitirnos un poco a su historia. Veamos.
La oratoria nació en Sicilia y se desarrolló fundamentalmente en Grecia, donde fue considerada un instrumento para alcanzar prestigio y poder político. Había unos profesionales llamados logógrafos que se encargaron de redactar discursos para los tribunales.
El más famoso de estos logógrafos fue Lisias. Sin embargo, Sócrates creó una famosa escuela de oratoria en Atenas que tenía un concepto más amplio y patriótico de la misión del orador, que debía ser un hombre instruido y movido por altos ideales éticos a fin de garantizar el progreso del Estado. En este tipo de oratoria llegó a considerarse el mejor en su arte a Demóstenes.
De Grecia la oratoria pasó a la República romana, donde Marco Tulio Cicerón la perfeccionó. Sus discursos y tratados de oratoria nos han llegado casi completos. Durante el imperio Romano, la oratoria entró en crisis por su poca utilidad política en un entorno dominado por el emperador, aunque todavía se encontraron grandes expertos en este arte como Marco Fabio Quintiliano; los doce libros de su De institutione oratoria se consideran la cumbre en cuanto a la teoría del género. Sin embargo, como ha demostrado Ernst Robert Curtius en su Literatura europea y Edad Media latina, la oratoria influyó poderosamente en el campo de la poesía y la literatura en general, pasándole parte de sus recursos expresivos y retorizándola en exceso.
La oratoria es el arte de transmitir ideas por medio de la palabra. Ideas de denuncia, transformación, convicción, compromiso, de esperanzas. Ideas que son espejo del alma del orador. Transmitir ideas por medio de la palabra no es ejercicio vano ni un vacío pasatiempo, es un quehacer trascendente, un excelente medio de contribuir al desarrollo progresivo de la sociedad, al fortalecimiento de la comunidad y la realización plena de hombres y mujeres.
Ahora bien, la oratoria, en nuestro tiempo, está olvidada, ya nadie usa la palabra en buen modo; actualmente el discurso sólo se usa para que hechos horribles no se vean tan espantosos, no se corrige nada, sólo se les pone nombres que suenen bonito, ya que la palabra se usa como mascara de la realidad, montándole una cortina de palabras bonitas para que no se vea la crudeza de los problemas sociales.
Por el lado de la política, por ejemplo; un personaje que se candidatea a la presidencia de México o a las gubernaturas como sucedió con las pasadas elecciones del 5 de junio, dicen que "el cambio es posible", es evidente y todos sabemos que eso es cierto, que cualquier cambio es posible, pero lo que no dice jamás este individuo es cómo se logrará, es decir, sólo dice palabras bonitas, pero no cómo corregir y sin un compromiso, por lo que no le podrán reclamar en dado caso de que no haya un cambio.
La oratoria también se usa para ocultar las vergüenzas del sistema, los fracasos de los gobiernos, como ejemplo, el actual Gobierno federal. La tarea de los poderosos que controlan el mundo y por supuesto, a México, es engañar a la gente, por ello utilizan de esta manera la palabra, pues, ahora que ya llegó a su meta, lo que necesita es conservar la posición a la que ha llegado y es por eso que a los grandes capitales no les conviene que las personas entiendan la realidad.
Antorcha forma oradores distintos a los pericos repetidores hechos en el sistema. Tenemos claro que para ser un buen orador se necesita saber y conocer la verdad, para poder dar una explicación científica de lo que es la sociedad y cómo se mueve. Por esa razón, los antorchistas estudiamos, para tener un lenguaje rico, puesto que ambas cosas se necesitan para seducir y persuadir al público que se requiere convencer.
Por eso la importancia de la oratoria en Antorcha. Vale.
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