“Los seres humanos también debiéramos ser protegidos, tener seguro nuestro trabajo, nuestro sustento; nuestro patrimonio; es bueno cuidar las plantas, los bosques, el agua y los animalitos, pero a nosotros quién nos protege”, recrimina Rogelio Manuel Hernández, artesano del trabajo de la cantera del núcleo agrario de Escalerillas, ante la propuesta de la Semarnat de crear el polígono del área natural protegida (ANP) de la Sierra de San Miguelito, y afectar más de 11 mil hectáreas de las 15 mil con que cuenta esta localidad perteneciente a la ciudad de San Luis Potosí. Más de 74% de la superficie de esta demarcación, de la cual, aún cientos de familias se dedican a la agricultura, ganadería y explotación de la cantera y arena, como una forma de allegarse el sustento para sus hogares.
¿A dónde nos vamos?
Reprochan con preocupación habitantes de las comunidades de la Amapola y San Sebastián, ubicadas en la zona serrana –a más de 20 kilómetros de distancia del poblado de Escalerillas–, donde se aprecian parcelas, ganado menor y el bosque de pinos, encinos, laureles y otras plantas.
-Viviríamos acorralados en nuestra propia tierra que nos vio nacer, ya no podríamos sembrar, llevar nuestras borregas y chivos a pastar, ni siquiera recoger leña. ¿Entonces de que vamos a vivir?
Ésta es la incertidumbre en que viven miles de familias que habitan en esa localidad, que se fundó en el año de 1903, después en el 1924 se convierte en ejido y en 1929 se creó el núcleo agrario por la extinta dependencia federal, Reforma Agraria, que por resolución presidencial confirma la dotación de tierras, aguas y montes para Escalerillas, quienes para vivir trabajan la tierra con la siembra de maíz y frijol y explotan la ganadería en pequeño –chivas o borregos– dado que su zona de agostadero es muy árida y su área boscosa es de difícil acceso, y a los animales se les dificulta encontrar pastizales o fuentes de agua. Los escalerillenses también trabajan desde tiempos ancestrales la cantera, sobre todo, la cantera rosa. Piedra que los potosinos podemos ver en muros, fachadas, cornisas, adornos y hasta en esculturas, en la mayoría de los edificios históricos de la ciudad de San Luis Potosí.
En Escalerillas, dadas las escasas fuentes de empleo en esta localidad debido a lo avaro de las tierras para sembrar o practicar la ganadería, la mayoría de sus habitantes se dedican al trabajo de la cantera, explotación de arena, al servicio del transporte público, y entre otras actividades, al comercio. Pero su inmensa mayoría se ocupan como obreros de la zona industrial y de la construcción, y del trabajo doméstico en la capital potosina, prácticamente, esta localidad se ha convertido en una “ciudad dormitorio”; van a trabajar, atender salud, estudiar o a realizar trámites al área metropolitana y sólo regresan a sus hogares a dormir, dado que no existen en esta demarcación servicios e instalaciones como hospitales, centros educativos y recreativos importantes, para que no tengan la necesidad de trasladarse diariamente a la ciudad.
Escalerillas una población crecimiento, según datos del Inegi más de 10 mil y en aumento. Y tan cerca de la ciudad, pero tan lejos del desarrollo y progreso.
Esa pared….
Lo paradójico en esta demarcación. Desde las alturas podemos ver los “muros de la ignominia e injusticia social”. Una barda divisoria. A un lado podemos ver grandes zonas residenciales compuestas de lujosas casas –algunas hasta con piscinas– con todos los servicios, alumbrado y calles pavimentadas, además con jardines y grandes de áreas verdes que se utilizan como campos de golf, y del otro lado, pobreza, marginación y abandono, donde no existe el servicio de agua potable, drenaje o calles pavimentadas en los domicilios. Si transitamos por la carretera libre a Guadalajara, observaremos a simple vista humildes casas construidas de piedra y lámina, donde viven hacinados miles de escalerillenses en los cerros, porque existen pocas áreas en su zona urbana para construir viviendas. Y a cada día, es más difícil conseguir un pedazo de terreno para levantar una vivienda y peor aún, introducir los servicios, “en roca viva tenemos que escarbar, levantar y construir nuestras casas, es muy caro y complicado, de la introducción de los servicios ni hablar; irnos a vivir a la ciudad sería la solución, pero tampoco cabemos allá, y con qué dinero”, es la queja de los habitantes de este lugar, que gracias a ellos la ciudad de San Luis Potosí, la de los palacios y hermosos edificios y esculturas hechas de cantera rosa; es orgullo de los potosinos y sido elevada a Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, pero sus constructores, creadores y artistas desde tiempos ancestrales, han sido obligados a vivir en la marginación y vivir como en la Edad de Piedra.
Ya ni en el cerro nos dejarán vivir.
Es la queja de los humildes habitantes de Escalerillas, de que ahora, con la creación del ANP de la Sierra de San Miguelito, se les recortará su fundo legal, es decir su área de asentamiento humano de los habitantes del lugar y de sus hijos.
Es injusto que los ahora promotores del ANP, se preocupen más por salvaguardar los intereses de los dueños áreas de grandes zonas residenciales que se están construyendo y presuntamente de la flora y fauna de la Sierra de San Miguelito, que de las familias marginadas desde tiempos inmemoriales en Escalerillas, compuestas de seres humanos, desprotegidos y explotados por este sistema capitalista neoliberal que padecemos, que solo busca satisfacer sus ambiciones insanas a costa del hambre y miseria de los más pobres. De cuándo acá esos promotores del ANP se han preocupado por proteger los bosques de la Sierra de San Miguelito, si cuando existen grandes periodos de sequía –como el actual- y se mueren de sed los animalitos y se secan las plantas o cuando hay incendios, ¿Dónde están los defensores de la Sierra?
En momentos de incendios en la zona boscosa -como los ocurridos hace dos años- han sido los propios escalerillenses con sus modestas herramientas de trabajo y arriesgando el pellejo, los que han salido en defensa de la Sierra de San Miguelito.
¿Dónde está la Semarnat?
Es la queja de los de los vecinos de Escalerillas. Qué auxilio presta esa dependencia federal en estos momentos de aguda sequía en defensa de la flora y fauna de la Sierra de San Miguelito. ¡Nada! Existe el riesgo de que de nueva cuenta se presenten incendios. Allí queremos ver a los paladines y defensores del ecosistema de la Sierra, reclaman molestos.
Bien por la propuesta de la defensa de la Sierra de San Miguelito, pero también a los seres humanos que viven en ella y la protegen, aún a costa de su vida.
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