A pesar del bloqueo de varios canales de Telegram, en Estados Unidos (EE. UU.) y en Europa, para que no se conozca la verdad de lo que está pasando con la decisiones sin precedentes de Super-Biden para azuzar al mundo contra Rusia, por ejemplo, los 40 mil millones de dólares en armas para los fascistas de Ucrania, autorizados por él la semana pasada y sin tomar en cuenta al congreso estadounidense, más el bloqueo de las exportaciones e importaciones rusas traducidas en más de 200 sanciones económicas que están agudizando la hambruna mundial propia de las crisis capitalistas recurrentes y ahora desbordada por la prohibición impuesta a la inmensa mayoría de los países de importar granos y fertilizantes rusos, o el escandaloso y descarado robo de 300,000 millones de dólares que tenía Rusia en bancos europeos, pese a ello, repito, el 20 de mayo se concretó la rendición y posterior captura de 2,439 nazis del batallón de Azov, mercenarios asesinos y drogadictos bajo las órdenes de Biden, de la OTAN y de Zelensky que buscan imponer una Europa unipolar bajo la hegemonía estadounidense. Estaban escondidos en los sótanos de la planta metalúrgica de Azovstal y su rendimiento significa la liberación completa del puerto de Mariúpol, en la República de Donetsk.
Huyendo del bombardeo de la artillería de Donetsk, así como de los ataques de las fuerzas de la misión militar especial de la Federación Rusa, se ocultaron “inteligentemente”, y seguramente aconsejados por Zelensky, en el refugio antiaéreo ya mencionado, allí duraron escondidos prácticamente desde el inicio de la batalla de Mariúpol. Una buena parte de ellos son los responsables del incesante cañoneo a la población civil, desde 2014 hasta la fecha, que convirtió en polvo condominios, templos, hospitales, escuelas, mercados, etc. en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, dejando más de 14,000 civiles muertos y sus crímenes de guerra deben ser castigados, tal como lo exige la humanidad entera, pues fueron muchos los civiles a quienes tomaron de escudos humanos, y muchos los muertos e inmensos los daños que han causado.
No obstante, la censura impuesta al mundo y a todos los medios de comunicación y en las redes sociales, la victoria moral de Rusia en Azovstal recorre los confines del planeta contrastando la actitud considerada y razonable en el trato a los rendidos, en la fe por la verdad y en la certeza y la confianza en los métodos de guerra de Rusia. Estas son de las cosas que se deben leer como mensajes de que un mundo multipolar es necesario y, sobretodo, que es posible.
Ahora sí, las banderas de la Federación Rusa ondean en Mariúpol y Azovstal, por lo que las fuerzas progresistas del mundo saludan a las nacientes Repúblicas que habrán de incorporarse a la Federación Rusa, pues Ucrania siempre fue parte de Rusia y su población habla el idioma ruso en su mayoría pues sus raíces culturales son las mismas. Fue la Guerra Fría de EE. UU. contra el socialismo, que inició después de la naciente Revolución de Lenin en 1917, la potencia que no ha dejado de insistir una y otra vez en poner bajo la férula del imperialismo estadounidense a toda aquella nación que se atreva a tomar en sus manos su propio destino, valiéndose para ello del lavado de cerebro a través de los medios de comunicación, de “revoluciones de colores”, golpes de Estado, etc., en suma, de las guerras y de la muerte. A pesar de la derrota del socialismo en la URSS en 1991 con Yeltsin, en Ucrania ya actuaban los batallones ucro-nazis auspiciados por el imperio estadounidense y encabezaron el Euromaidán con el golpe de Estado que derrocó al presidente Víktor Yanukóvich en 2018, alentados por la portavoz del departamento de estado estadounidense, Victoria Nuland. Desde entonces han venido masacrando a las Repúblicas de Donetsk y Lugansk para borrar todo rastro de Rusia en Ucrania, para constituir un enclave ucro-nazi de EE. UU. a las puertas de Moscú.
¿De dónde sacan los fascistas ucranianos o arios ese mito de que son una raza superior? Seguramente que de la arrogancia que les da el dominio mundial por la riqueza acumulada en el 1% de los magnates más ricos del mundo, a costa de un 99% de pobres, y así buscan mantener su hegemonía sobre el resto del planeta. Pero Rusia da una valiosa lección de valentía y de superioridad ideológica y militar, misma que queda brevemente reseñada en estas líneas. Deseo que usted, carísimo lector, las entienda, las valore y las comparta.
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