En mi opinión anterior que titulé "El censo 2020, Hidalgo y la pandemia de la desigualdad” retomé algunos datos que nos dejó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi): 1) que somos la quinta entidad con menos afiliados a los servicios de salud y que ha sido el mismo Inegi quien, a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, ubicó a Hidalgo con la cuarta tasa de informalidad más alta de México, con más de 884 mil hidalguenses que trabajan en actividades precarias y que no les permiten acceder a prestaciones ni seguridad social; 2) que más de 928 mil hidalguenses no tienen acceso a los servicios médicos y que ahora con la pandemia, el Visor Geoespacial de la Pobreza y Covid-19 dice que entre el 10 y 30 por ciento de la población de 57 municipios donde hay contagios no tiene acceso a los servicios básicos de salud.
Ahora, en estos tiempos de coronavirus, para nadie es nuevo que ha exigido adoptar nuevas estrategias para continuar con la educación de los mexicanos y una de ellas ha sido continuar con los cursos en línea, situación que exige, en primer lugar, tener acceso a una computadora y que esta tenga una conexión a internet y aquí es donde en Hidalgo tampoco estamos bien y la covid-19 sólo ha evidenciado lo poco que han hecho los gobiernos para disminuir esta brecha en la conectividad de la población. Resulta que de las 857 mil 174 viviendas que hay en la entidad, solo en el 30.5 por ciento existe una computadora, esto significa que estamos hablando 595 mil 736 viviendas que solo escuchan que ya existen las computadoras y que, por su situación económica no han podido comprar una, porque en Hidalgo también hay pobreza en los ingresos y esto lo dice el Coneval en el índice de la tendencia Laboral de la Pobreza, que con el salario que reciben, a los hidalguenses no les alcanza ni para adquirir los productos de la canasta básica; en esta situación se encuentra el 55.1 por ciento, poco más de 1 millón 574 mil hidalguenses.
Y en el acceso a internet tampoco andamos nada bien. Más del 60 por ciento de las viviendas no tienen internet y, entonces, ¿¡cómo se pretende que los estudiantes tomen sus clases en línea¡? Pareciera que las autoridades no conocen la realidad del país y que en su lugar, prefieren vivir en el surrealismo. En difícil situación se haya la educación de los mexicanos, más en un país como el nuestro en el que se tienen otras prioridades, desde el gobierno federal hasta gobiernos municipales. Y para ilustrar un poco de esto basta poner unos ejemplos de cómo se trata a la educación en Hidalgo. 1) Desde marzo de 2020, a cerca de medio centenar de maestros de la capital, el Gobierno del estado les bloqueó su salario sin justificar esa decisión que atenta contra los derechos de los profesores, desde entonces se ha insistido en la solicitud de audiencia con el gobernador Omar Fayad Meneses sin que hasta el momento haya una respuesta favorable, en su lugar, sólo hay oídos sordos a las peticiones justas de los educadores, ¿ésa es la función de un gobierno, ignorar a sus ciudadanos?; 2) también desde inicios de 2020, estudiantes que habitan en cuatro albergues para jóvenes de escasos recursos han visto mermada su educación porque el gobierno les retiró el subsidio que recibían para cubrir gastos de alimentación e internet, por mencionar algunos; la respuesta para ellos ha sido la misma: oídos sordos.
Recientemente, en una nota del periódico Criterio que titulan: "En La Loma (colonia de Pachuca), la educación está olvidada: padres de familia"o, me encontré con la declaración de la regidora priista Bernarda Zavala quien, según el periódico, "explicó que muchas familias carecen de dispositivos móviles y equipos de cómputo", que "el servicio de internet es irregular” y remata con la frase que da cabeza a esta nota. Lo que dice la regidora es cierto; sin embargo, considero que la nota se limita solo a una pequeña zona de la capital, donde la situación es igual o peor y donde el presidente municipal, Sergio Baños Rubio, compañero de partido de la regidora Zavala, también ha mostrado en los últimos días, su poca disposición por ayudar a la educación de Pachuca, pues moradores del albergue "Gral. Felipe Ángeles” que se ubica en la colonia Aquiles Serdán, han estado solicitando el apoyo del alcalde. En una primera respuesta, el edil dejó plantados a los jóvenes, pues se había comprometido a visitar la casa donde viven los estudiantes con el objetivo de conocer sus necesidades, pero como dije, los dejó plantados y nunca llegó. Después, diferentes reuniones se llevaron a cabo con funcionarios municipales e incluso con el mismo presidente quien, como todos, recurre a la frase –que al parecer es favorita de los gobernantes–: "no hay dinero", así, sin mayor preocupación; entonces, ¿por qué buscar un cargo público si no se tiene la sensibilidad ni la disposición de buscar soluciones a las necesidades que hay en sus demarcaciones? En fin, ojalá que el presidente cambie su postura por el bien de la educación y para que responda como se debe a la ciudadanía.
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