La desnutrición es un problema de salud grave que afecta a las niñas y niños de Quintana Roo, principalmente por los bajos salarios y escasez de empleos que enfrentan los jefes de familia que les dificulta drásticamente obtener los recursos económicos suficientes para llevar al hogar los insumos para una alimentación sana y nutritiva. En 2021, los casos de desnutrición en la entidad aumentaron un 48 por ciento, según datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave).
La estadística sobre los casos de desnutrición en Quintana Roo fue recabada en diferentes centros de salud de la zona rural y hospitales de la zona urbana. Fueron 400 casos de desnutrición, 210 mujeres y 190 varones, pero el número puede ser tres veces mayor.
A grandes rasgos, cerca del 90 por ciento de las niñas y los niños viven en las zonas más marginadas de los municipios de Felipe Carrillo Puerto, Othón P. Blanco, José María Morelos, Tulum e, incluso, Benito Juárez, que son lugares donde los alcaldes y el Gobierno del estado, no se han propuesto implementar programas asistenciales que ayuden combatir de verdad la desnutrición infantil.
La desnutrición tiene en la pobreza una de sus principales causes, situación que encaja en la ausencia políticas públicas, por parte del gobierno de Carlos Joaquín, si consideramos que el año anterior Quintana Roo ocupó primer lugar a nivel nacional en aumento de la población carente de una alimentación nutritiva y de calidad, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social que registró a 553 mil personas sin una alimentación digna.
Sin duda alguna la desnutrición infantil aparece como resultado del consumo insuficiente de alimentos en cantidad y calidad, y esto provoca, a su vez, retrasos de crecimiento, problemas en el sistema inmunológico y otro tipo de enfermedades.
Pese a lo anterior el actual gobierno de Quintana Roo no tiene entre sus prioridades combatir esta deficiencia social, por el contrario, en la entidad aumentando la pobreza como consecuencia de desempleo y la desigualdad social.
El ejecutivo estatal está en la recta final de su administración y al parecer finalizará este gobierno del cambio, con muchos pendientes de los cuales prometió resolver desde el inicio de su gestión sin embargo fueron palabras y promesas que se llevó el viento.
Ya se escuchan a varias expresiones políticas que buscan contender por la gubernatura del estado, políticos que nuevamente empeñarán su palabra, por lo que el pueblo trabajador tiene que estar atento y no dejarse llevar por los cantos de sirenas, para no caer en el error a la hora de elegir al futuro gobernante que una vez logrado su objetivo se olvide de sus compromisos, por ello Antorcha los llama a unirse y organizarse para que juntos exijamos que se garanticen nuestros derechos sociales.
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