Como si le sobrara tiempo para resolver los grandes problemas de México ahora el presidente de la República, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, nos quiere emboletar a los mexicanos en una consulta a modo para enjuiciar a los expresidentes, anunciada para el 1 de agosto próximo, cuando en verdad si tiene la pruebas contra ellos su deber es presentarlas ante las instancias judiciales correspondientes para que se abra, si el caso lo amerita, una carpeta de investigación. Pero no, el presidente quiere seguir con el circo mañanero y desviar la atención de los mexicanos de los verdaderos problemas que aquejan al país como son: la crisis económica y la consecuente falta de empleos, el aumento de la pobreza, la pandemia que ya suma medio millón de muertos, así como la violencia desbordada expresada en las más recientes masacres en varios estados.
La consulta no sólo le va a costar a los mexicanos la friolera cantidad de 500 millones de pesos, que es lo que el INE ha estimado para llevarla a cabo, dinero que bien empleado puede servir por ejemplo para comprar medicamento para niños enfermos de cáncer, o bien para la reconstrucción de escuelas, obra pública para mejorar los hospitales y crear nuevos, etc., sino también con ella se expresa el capricho y la obsesión del presidente para tener en la picota a sus adversarios políticos y así despejar el camino para continuar con el desastre de la 4T, pues la “imperiosa necesidad” de tal consulta cae por su propio peso desde el momento en que no presenta las pruebas ante la autoridad judicial, las evidencias que dice tener para enjuiciar a los expresidentes, es lo que él supone, pero lo muestra como si fuera la verdad revelada que no requiere de la más mínima comprobación, hay que creerlo a pie juntillas porque lo dice el presidente, asinomás, contra todo procedimiento judicial.
Las implicaciones que esto tiene para la ciudadanía son graves y se parece a lo que en su momento hacía la santa inquisición para deshacerse de quienes no comulgaban con la fe cristiana, se les señalaba y condenaba por cualquier pretexto baladí, con juciosumario sin posibilidad de defenderse, pues el tribunal del santo oficio tenía la última palabra, y al final la inmensa mayoría inocente fue a parar al patíbulo.
En el caso que nos ocupa no se trata de defender a los expresidentes, ellos seguramente lo harán si llegado el caso los imputan de algún posible delito, de lo que se trata aquí es de señalar cómo se quiere torcer la ley no siguiendo los procedimientos legales correspondientes, el debido proceso como le llaman los abogados, como ya sucedió en varios casos antes de las elecciones recientes para descarrilar a candidatos a puestos de elección popular que no comulgaban con el partido de Morena y de la 4T. Además, para que la consulta tenga efecto vinculante tendrá que votar cuando menos el 40% del padrón, cifra que asciende a unos 37 millones de electores, lo cual parece muy complicado para Morena y sus partidos satélites, toda vez que Morena apenas alcanzó 16 millones de votos en la pasada elección.
Así las cosas, si llegara a materializarse la consulta, como parece ser, los mexicanos bien nacidos no deberíamos de caer en la trampa de la supuesta buena fe y el deseo ferviente del presidente y sus acólitos de combatir la corrupción, cuando dentro del mismo gobierno morenista han salido a flote infinidad de casos de corrupción, mismos que los han ocultado o minusvalorado para que los implicados no sean sancionados por la ley, así como la adjudicación directa de 8 de cada 10 contratos de obra pública, lo que significa que la mayoría no ha sido sometida a concurso público y, por lo mismo, se presta para los malos manejos del presupuesto, o bien los programas sociales que destacan por su opacidad al no haber transparencia de los padrones de beneficiarios.
Por consiguiente, no caigamos en la trampa del presidente y de Morena, la consulta es una cortina de humo más para evitar que reaccionemos ante la grave situación por la que atraviesa el país, no dejemos que lo sigan destruyendo y actuemos al unísono defendiendo a la patria en estos tiempos oscuros, de confusión y de manipulación de las conciencias.
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