Que la educación debe ser obligatoria, laica y gratuita, así lo manifiesta el artículo tercero constitucional, y como si eso ya se cumpliera y fuera muy sencillo, la 4T se apostó por más, añadiéndole al artículo una modificación, el 15 de mayo del 2019, quedando así:
“Toda persona tiene derecho a la educación. El Estado -Federación, estados, Ciudad de México y municipios- impartirá y garantizará la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria, media superior y superior…Corresponde al Estado la rectoría de la educación, la impartida por éste, además de obligatoria, será universal, inclusiva, pública, gratuita y laica”.
Cuando ésta fue una propuesta de campaña electoral, hasta yo deseé votar por Morena, aunque desde que lo escuché y con la experiencia que tengo como trabajadora y usuaria en la educación pública, me pareció sumamente ostentoso el planteamiento, sin embargo, concedí el beneficio de la duda. Pero a 3 años de gobierno de la 4T, la educación, motor de progreso de toda sociedad, ha sufrido terribles daños, incalculables hasta el momento, por una pésima administración y dirección. Veamos:
En su entrada triunfal al Gobierno federal, Andrés Manuel López Obrador y su Gabinete hicieron la propuesta de eliminar muchos programas existentes, como estrategia para eliminar la corrupción.
En 2020: “El Gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador apuesta por una transformación en el sistema educativo nacional más equitativo e incluyente; sin embargo, el presupuesto proyectado para 2020 reduce en 11 por ciento los recursos para educación básica, alrededor de 4,500 millones de pesos”. https://politica.expansion.mx/mexico/2019.En 2021, “La propuesta presupuestal… en educación asciende a 338 mil millones de pesos, lo que representa el 5.37 por ciento del presupuesto total, presenta un recorte de 1.3 por ciento en comparación con el gasto educativo ejercido en 2019”. www.laizquierdadiario.mx En 2022: Aunque “Se recomienda que el gasto público para educación represente entre el 4.0 y 6.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). En México, este gasto alcanza 3.3 por ciento del PIB en el 2022, el más bajo de la última década” https://ciep.mx.
Y la catástrofe continua, pues recientemente el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) dio a conocer que los que tienen el poder de decidir por los demás, ya decidieron que de los 8.29 billones de pesos que se destinaran al gasto público, sólo el 0.25 por ciento será destinado a la educación (https://gastoeducativo.ciep.
Las consecuencias de estos humillantes recortes, ya las conocemos todos. Los jóvenes están seriamente afectados por la violencia, la infoxicación de las redes sociales, el abandono de sus padres por cuestiones laborales, la desintegración familiar promovida desde el sistema, la falta de cultura, arte y deporte, porque ahora no hay nada que no cueste y muy caro, es inaccesible. Y a la vista de todos nuestros jóvenes se están perdiendo, o muriendo, pues desorientados recurren a caminos fáciles para obtener lo que requieren.
Pero que otra cosa nos queda, dirá mucha gente, que aguantarnos. Pues yo digo que no. Nos queda manifestarnos en contra de la pésima dirección que la SEP a nivel nacional y estatal están teniendo; pues en las escuelas se forman los futuros profesionistas de la nación, no latas ni cajas, que puedan funcionar aun estando mal hechas. En educación nadie debería escatimar recursos, sobre todo porque sí los hay y porque los generamos todos. López Obrador y su partido deben cumplir con su palabra o irse del poder y dejar de afectar a la educación.
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