El actual gobierno de la “Cuarta Transformación” que se jactó sería diferente, cercano al pueblo y comprometido con los más pobres, resultó ser todo lo contrario. En los casi cinco años de mandato, la realidad ha evidenciado la manera en la que viven miles de familias, en condiciones cada vez más precarias.
Mientras el presidente maneja sus propios “datos” para “endulzar” el oído de propios y extraños, es claro que ha gobernado para su clase política, mientras, miles de mexicanos aún sufren de los males sociales, mismas que se agravaron con la administración morenista.
Aquí algunos ejemplos de la realidad. Hay 32.2 millones de mexicanos que tienen un empleo informal, mientras que el aumento del salario mínimo, presumido por el mandatario, sólo beneficia a seis millones de mexicanos; apenas el 10 por ciento de los trabajadores activos.
Otro dato. Entre 2018 y 2022, las personas en pobreza extrema pasaron de 8.7 a 9.1 millones, periodo que le correspondió a López Obrador, quien dijo que durante su gobierno reducirían los pobres, no obstante, estos aumentaron en tan sólo cuatro años.
De acuerdo con Julio Boltvinik, profesor e investigador de El Colegio de México, en el país hay 98 millones de personas padecen alguna condición de pobreza, contrario a lo que dicen las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Una de las políticas públicas que ha resaltado la 4T, es el aumento de apoyos sociales, vía transferencias directas en tarjetas; pues bien, apenas el 30 por ciento de los más pobres recibieron programas sociales, mientras que triplicó la cobertura de estos entre los más ricos.
Por programas sociales, el gobierno transfirió 886 pesos per cápita para el decil 10 –los de mayor ingreso-, y solo 224 pesos per cápita para el decil 1 –el más pobre-. El 71 por ciento de los mexicanos carecen del ingreso suficiente para superar el umbral de la pobreza y sostener a su familia.
Si nos vamos en materia de salud vemos que hay 50.4 millones de mexicanos que carecen de un servicio de salud pública. Y con base a datos oficiales, la población afiliada al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) cayó 68 por ciento.
Y si volteamos a ver los costos y las vidas que cobró la pandemia por Covid-19, por no tener un buen sistema de salud, donde se arriesgó la vida del personal de salud, ya que a nivel mundial nos colocamos en primer lugar en muertes por esta enfermedad. Asimismo, vimos que las autoridades gubernamentales aplicaron el método Centinela que causó la muerte de 115 mil 749 personas.
A pesar de que especialistas como Alejandro Macías Hernández, quien encabezó la Comisión Nacional para la Atención de la Influenza en 2009, cuando México afrontó el AH1N1, manifestara que “El Centinela no está diseñado para una situación epidémica. No es un sistema que esté probado para una epidemia y menos (para) una como la de coronavirus”.
Hasta el momento nos deja claro que la administración morenista no gobernó ni gobernará para los pobres, toda vez que son los que más sufren.
Ahora bien, si volteamos a ver en materia de seguridad, también es otro golpe para el pueblo de México que es el más afectado con la política de abrazos y no balazos.
El sexenio de la 4T acumula más de 150 mil homicidios dolosos, más de los que se registraron durante los sexenios de los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Y alrededor del 73.4 por ciento de la población de 18 años o más, considera insegura la ciudad donde reside. Y no podemos dejar de lado que, de acuerdo con reportes oficiales, cada día hay 26 personas en México que desaparecen. Hasta aquí en Mérida ya está llegando la inseguridad, a pesar de que se pregone que es una de las más seguras.
La lista de los fracasos del gobierno continúa, misma que ha traído como consecuencia el sufrimiento de los mexicanos en todos aspectos, hasta los niños salen perjudicados con las políticas morenistas donde pretenden adoctrinar a la educación teniendo un retroceso de años para nuestras futuras generaciones.
Entre 2019 y 2021, los estudiantes de educación básica perdieron 1.7 años de aprendizaje en promedio, se le puede atribuir a la pandemia, pero en parte es por la falta de apoyo e inversión a este sector.
Lo que trajo como consecuencia que la matrícula del nivel básico disminuyera alrededor de un millón de alumnos. Mientras que, en el nivel medio superior, sólo el 68 por ciento de los egresados de preparatoria entran a la universidad.
Como vemos, el gobierno que prometió el cambio para los mexicanos ha hecho todo lo contrario, lo ha afectado, marginado y olvidado. Ante ello, todos debemos de despertar y no permitir que esta situación continúe porque la Cuarta Transformación nunca se vio y no llegará si el pueblo no es el protagonista y quien se encargue de hacerlo, de no reaccionar, nos condenaremos a seguir o que empeore nuestra situación.
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