La violencia en México actualmente está en su máxima expresión. No hay un pueblo o ciudad del país que escape de esta calamidad. Los robos, asaltos, desapariciones y asesinatos se cometen a toda hora, ya sea de día o de noche.
“Estamos luchando para que no se vuelva normal el asesinato, para que no nos acostumbremos a las desapariciones como si no valiera nada la vida humana. Estamos construyendo una gran organización que quiere que México cambie de fondo y que se corten de raíz las razones que mueven a los individuos a delinquir y asesinar”.
Tenemos derecho a protestar por nuestros compañeros asesinados, pero también tenemos derecho y obligación como una organización del pueblo de solidarizarnos con todas las víctimas de crímenes en Guerrero y en el país.
Así lo dijo Homero Aguirre Enríquez, vocero nacional del Movimiento Antorchista, ante una representación de antorchistas que acudieron a las afueras del Palacio Nacional para exigir la intervención del gobierno federal ante el asesinato de los líderes antorchistas Conrado Hernández, Mercedes Martínez y su pequeño hijo, Vladimir, en Chilpancingo, Guerrero, el 12 de abril de 2023, cuya investigación no ha dado con los autores materiales e intelectuales de tan atroz crimen.
Los mataron simplemente porque eran antorchistas. Porque se dedicaban a hacer el bien, ayudar a los pobres de esa región de Guerrero, de luchar a brazo partido contra la explotación que sufre la clase trabajadora guerrerense.
El estado de Guerrero es uno de los más violentos del país, pues se ubica en el número 8 en la lista de entidades con mayor número de homicidios dolosos. Aunado a lo anterior, hay más de 10 mil desaparecidos en México.
Nuestro presidente vive muy lejos de la realidad, pues no atiende a fondo el problema de la violencia. Los mexicanos estamos viviendo un exterminio y él muy lejos de entenderlo y hacer algo por poner un alto a la situación, dice e insiste que quiere abrazos y no balazos, pero esto no es más que una ceguera que no le deja ver que los balazos son contra la población entera y los apapachos son para los delincuentes.
En el caso de los asesinatos de los líderes Conrado, Mercedes y su pequeño hijo Vladimir, ¿qué buscaban esas bestias que lo hicieron? ¿Qué buscaban esas bestias que los mandaron o que los pagaron?
Eso es lo que nosotros nos preguntamos y los responsables de contestar a esas preguntas están aquí y en la fiscalía de Guerrero y el gobierno de Guerrero. Y como ya pasó un año y no nos han respondido por qué los mataron y quién los mató y mucho menos está en la cárcel ni siquiera un sospechoso del crimen.
¿Tenemos o no derecho de seguir protestando, compañeros? Tenemos derecho, repito, a nombre de nuestros compañeros asesinados, pero también tenemos derecho y obligación como una organización del pueblo de solidarizarnos con todas las víctimas de crímenes en Guerrero y en el país.
En Guerrero, el año pasado asesinaron a mil cuatrocientas personas; casi cuatro personas al día son asesinadas y ¿saben cuántos están detenidos de los culpables de estos muertos? Absolutamente ninguno, compañeros.
Pero aquí no se aplica eso, de que mal de muchos, consuelo de tontos. Aquí se tiene que aplicar si es mal de muchos, es una tragedia de todos, y es una lucha todos, evitar que eso siga ocurriendo compañeros. Por eso estamos protestando el día de hoy y lo haremos el próximo domingo en Chilpancingo, Guerrero. Nuestro grito sigue siendo idéntico al de la primera vez.
Queremos una sola cosa: justicia. No nos mueve la venganza, no nos mueve la sed de sangre que mueve a algunas especies. Nos mueve la necesidad de que este país cambie. Y una de las cosas en las que tiene que cambiar, porque si no, no hay cambio, es en eso.
México ahora tiene más muertos que antes. Este es el sexenio donde más asesinatos se han cometido desde que se lleva registro. Ahora hay más asesinatos. Ahora hay más desaparecidos. Más de 100 mil desaparecidos en México, de los cuales 40 mil han desaparecido en este sexenio.
Y en toda esa ola espantosa de muertes y de impunidad, destaca como un caso brutal que no debiera ocurrir, si este país verdaderamente hubiera cambiado, destaca el asesinato de un hombre y una mujer, luchadores sociales y de su pequeño hijo, y por eso estamos aquí, compañeros”, expresó Aguirre Enríquez ante la citada multitud congregada.
Una vez más, que nuestro reclamo de justicia retumbe y se extienda por todos los rincones de nuestra patria. Unidos venceremos.
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