El incumplimiento de las pocas promesas que hicieron en su campaña electoral y en sus discursos de toma de posesión del cargo, es el sello distintivo de los presidentes municipales de Chimalhuacán e Ixtapaluca, emanados del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
La semana pasada me referí al caso de Chimalhuacán y denuncié que la alcaldesa mantiene sumidos en cerros de basura, sin servicios de salud y sin agua potable a más de 450 mil habitantes. Además de que su falta de trabajo en materia de seguridad pública causó el incremento del 8 por ciento de la incidencia delictiva, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Ya transcurrieron ocho días desde mi última colaboración y más de 10 desde que vecinos realizaron una gran manifestación pública en la que solicitaron solución de problemas al Ayuntamiento; no obstante, las cosas no han cambiado, ni siquiera se han limpiado las calles de basura, que es lo más fácil de hacer.
Pero el tema de la basura es lo de menos cuando lo comparamos con la inseguridad que día a día viven los habitantes del municipio de Ixtapaluca; también gobernado por un militante de Morena, Felipe Arvizu de la Luz.
Encandilados por las constantes mentiras del presidente Andrés Manuel López Obrador, en las pasadas elecciones de 2021 los habitantes de Ixtapaluca le dieron el triunfo al candidato de Morena sin saber lo que les esperaba en materia de obra pública y, sobre todo, en materia de seguridad.
En tan solo tres meses y medio la seguridad pública se ha descompuesto a tal grado de que la gente que tenía la intención de salir a divertirse por las noches, luego de que bajó el número de casos positivos de covid-19, lo está pensando más de dos veces por la inseguridad que hay en terrazas, antros y sitios de diversión nocturnos; además, de que saben que a plena luz del día también han sido acribillados, con lujo de violencia, más de 20 ixtapaluquenses.
El último suceso ocurrió la madrugada del 11 de abril al interior del Happy Bar Terraza vips en el que fueron asesinadas cuatro personas y diez más quedaron heridas de gravedad; de éstas, tres más fallecieron en el hospital, lo que da un total de 7 personas muertas a causa de esa agresión. Ese acontecimiento se sumó a los 15 asesinatos que, de enero a la fecha, se han registrado en distintos puntos de la demarcación gobernada por el morenista Felipe Arvizu, quien en su toma de posesión al cargo aseguró que en sus primeros 100 días de gobierno tendría mano dura en contra de quienes atenten contra la integridad de Ixtapaluca.
Han ocurrido más de 20 asesinatos, pero ni la policía municipal ni la estatal, ni la Guardia Nacional han detenido a ningún responsable, ya sea material o intelectual. Cero detenciones ante el asesinato de más de 20 ixtapaluquenses, los cuales ha registrado la prensa nacional y que mantienen a Ixtapaluca envuelto en sangre.
Ya pasaron más de 100 días de su gobierno y el alcalde morenista de Ixtapaluca no ha dado resultados en materia de seguridad; más bien la inseguridad se está incrementando, y él no ha hecho nada, tal vez porque tiene miedo a meterse entre las patas de los grupos de la delincuencia organizada que se pelean la plaza o, más bien, no le importa dar seguridad a los ixtapaluquenses que sin deberla ni temerla pueden caer bajo las balas asesinas.
El ineficiente trabajo del alcalde morenista no se refleja solo en el tema de la seguridad pública, también se ve en el terreno de la obra pública que es un desastre.
En el mismo discurso de toma de posesión, Arvizu de la Luz aseguró que en los primeros 100 días de su gobierno rehabilitaría las plantas de tratamiento de aguas residuales y los cárcamos existentes; que compraría camiones váctor para el desazolve de las principales avenidas y calles del municipio, que construiría dos plantas potabilizadoras y tratadoras de agua potable para que dotara de agua potable a las colonias que más carecen. ¿Alguien sabe si ya lo hizo? Yo tampoco.
Lo que sé es que los habitantes del pueblo de Ayotla no reciben agua potable por la red hidráulica, por lo que se ven obligados a comprar pipas para abastecerse del vital líquido. El problema es que los administradores privados que los administraban no les han dado mantenimiento a los tres pozos de agua que deben surtirlos; pero, tampoco lo ha hecho la administración pública de Arvizu.
Dice el refrán que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido: la paz que hasta diciembre de 2021 tenían los ixtapaluquenses se perdió ante la falta de operatividad y eficacia de los cuerpos policiales. Es más, hay quienes dicen que ciertos delincuentes están coludidos con elementos de la actual corporación policial municipal, quienes les permiten hacer y deshacer a sus anchas.
Es tiempo de que los ciudadanos se unan para alzar la voz en protesta por esta grave situación. Solo el pueblo organizado podrá garantizar la seguridad de la gente, pues ya se ve que este gobierno no lo hará.
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