Ante la ingobernabilidad que impera en la capital del estado de Guerrero, deja en total desamparo a los ciudadanos comunes y corrientes de Chilpancingo y municipios cercanos como Tixtla, Mochitlán y Quechultenango, que viven en constante zozobra ante la guerra que mantienen dos grupos delincuenciales con los que la alcaldesa morenista, Norma Otilia Hernández Martínez se ha reunido en el presente año, es evidente que se necesita un gobierno diferente, que atienda los problemas y camine siempre de la mano del pueblo.
Sin embargo, Hernández Martínez, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y la titular de la Secretaría de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, que pertenecen al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), minimizan y desestiman el caos que durante varios días tuvo a Chilpancingo en el ojo del huracán a nivel nacional debido a la quema de taxis y choferes calcinados, personas mutiladas, desaparecidos, etcétera.
Chilpancingo está pagando muy caro la incompetencia de la presidenta Norma Otilia Hernández, empecinada en continuar su cargo; pese a los múltiples señalamientos en su contra tras el recrudecimiento de la violencia que se dio luego de difundirse un video en el que dialoga con líder de una organización delincuencial, además, en un video publicado en sus redes sociales, visita el mercado de la colonia Los Ángeles, rodeada de policías y cínicamente dice “no pasa nada”.
La aseveración señalada en las conferencias mañaneras encabezadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, de que en México no pasa nada, no hay masacres, no hay impunidad, violencia ni corrupción y que todo mundo es feliz, es repetida por la presidenta morenista de Chilpancingo y al igual que el inquilino del Palacio Nacional, cuando los asuntos no pueden ya ocultarse, culpa a los gobiernos del pasado y señala que se trata de embates de los medios controlados por la oligarquía y los conservadores.
Lo cierto es que, tras la filtración de imágenes y videos de la alcaldesa con un cabecilla de un grupo delincuencial, se registró una jornada violenta que dejó un saldo de cinco conductores de transporte público asesinados y cinco vehículos del transporte público incendiados; aunque la alcaldesa reiteró que en la reunión no se pactó nada, los más afectados con este problema fueron los ciudadanos, al quedar suspendido el servicio de transporte público local y foráneo en Chilpancingo.
Derivado de la jornada de violencia, miles de ciudadanos de Mochitlán, Quechultenango, Chilpancingo y otros municipios, bloquearon durante dos días la Autopista del Sol en exigencia de diferentes obras, servicios, incluso se enfrentaron a policías estatales con equipo antimotines, retuvieron a 13 personas, entre policías y funcionarios, y les quitaron un vehículo blindado “Rhino”. El bloqueo concluyó tras llegar a importantes acuerdos -no especificados- con autoridades estatales, liberaron a los policías y entregaron el vehículo, sin embargo, las ejecuciones continúan.
Ninguna acción para pacificar Chilpancingo ha funcionado, la ciudadanía sigue indefensa ante los embates de grupos de la delincuencia organizada, a cualquier hora del día, prueba de ello es que, el pasado 12 de julio, una camioneta de transporte público mixto con número económico 154 fue incendiada junto con el chofer, en la carretera federal Chilpancingo- Chilapa, a la altura de la colonia Guerrero.
La madrugada del 15 de julio, un hombre fue asesinado a balazos en la calle principal de la colonia Villas del Roble y horas más tarde, un conductor de una Urvan de la ruta Indeco-Mercado fue atacado a balazos en la colonia Indeco, al oriente de Chilpancingo.
El detonante de la violencia fue el hallazgo de siete personas mutiladas y decapitadas en las inmediaciones de la iglesia y plazoleta de San Mateo, barrio ubicado casi en el centro de Chilpancingo, donde fueron encontradas cartulinas con mensajes del crimen organizado dirigidos a Norma Otilia Hernández y a su síndico Andreí Marmolejo Valle, compañeros de partido, Morena, el pasado 24 de junio y a la fecha, la cruenta guerra entre organizaciones criminales no cesa.
Por estos hechos, representantes de las dirigencias estatal y municipal del PRD, Alberto Catalán Bastida y Fernando Calixto respectivamente, exigieron la renuncia de la presidenta de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández tras acusarla de ser generadora de la violencia que sigue enlutando hogares; los grupos parlamentarios del PRI y PAN también reclamaron su renuncia; la titular de la FGE, Sandra Luz Valdovinos Salmerón confirma que iniciaron una carpeta de investigación contra la alcaldesa, que insiste en no renunciar pese a la crisis de violencia y anarquía en que se encuentra Chilpancingo.
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