Hace unos días, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) dio a conocer que habrá una actualización en las tarifas 2023 en las autopistas de cuota federal. El ajuste para este año será de 7.82 por ciento y se realizará con base en la inflación ocurrida durante 2022 y se empezará a aplicar a partir del martes 7 de febrero.
De acuerdo a la dependencia, la actualización de los costos tiene por objetivo que los proyectos de la Red de Autopistas de Cuota Federal logren mantener un equilibrio económico puesto que los ingresos serán empleados en la administración, operación, conservación y mantenimiento de las autopistas con el compromiso de que se reforzará la supervisión para que los concesionarios ofrezcan mejores condiciones de comodidad y atención a lo largo de todas las autopistas federales.
De inmediato, conductores protestaron y consideraron excesivo el aumento anunciado por la SICT, al señalar que de por sí, las casetas, son caras y la mayoría de las autopistas se encuentran en pésimas condiciones y es prácticamente nulo el mantenimiento que se les da. Ahora con dicho incremento, se verá gravemente dañada su precaria situación económica y, además, esto provocará que haya más incrementos en los precios de las mercancías afectando con ello a todos los consumidores.
El incremento no se justifica y todos somos testigos de como se ha incrementado la inseguridad en las carreteras. El 52.7 por ciento de los mexicanos se siente inseguro al transitar por las carreteras del país, de acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) y los asaltos ocurren tanto al transporte de carga, particular y de peaje.
Casi de manera simultanea al incremento de cuotas en las casetas, se dio también la noticia del incremento del costo del kilo de huevo, que ahora ronda en los 50 pesos, que impactará en otros sectores como el de los panaderos y otros productos de la canasta básica, Mientras que comerciantes de frutas y verduras ya reportan aumentos a sus productos, previo al inicio de la cuaresma.
A esto se suma la información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que señala que la inflación en México sigue al alza durante dos meses seguidos. En enero repunto en 7.91 por ciento a tasa anual, superior al 7.82 por ciento reportado en diciembre pasado. De tal manera que la cuesta de enero en este 2023 es la más alta en los últimos veinte años con grandes aumentos porcentuales en alimentos y servicios.
Y por si esto no fuera suficiente, El Banco de México (BANXICO) elevó la tasa de interés en 50 puntos base al 11 por ciento, el mayor nivel en su historia, lo que representa el decimocuarto incremento consecutivo ante los niveles de inflación más altos en dos décadas. El anuncio rebasó las expectativas de los economistas que calculaban el incremento en 25 puntos.
Las estimaciones de Banxico señalan que tomará más tiempo llegar a su rango objetivo, pues será hasta el periodo abril-junio de 2024 que la inflación se ubique en 3.7 por ciento. Por lo que la difícil situación económica para la mayoría de los mexicanos durará todavía varios meses más. Ni la política económica del gobierno federal ha contenido la inflación, ni sus “ayudas monetarias” a algunas familias, han sacado ni sacaran a los trabajadores de la pobreza, a pesar de sus múltiples promesas que lanzaron desde la campaña electoral y en sus cuatro años de tener el poder de la nación. La experiencia histórica marca que la única posibilidad de construir una sociedad más justa y equitativa será cuando haya un cambio de modelo económico y con ello una mejor distribución de la riqueza nacional, que hasta el día de hoy se encuentra sumamente concentrada en unas cuantas manos. Pero, para ello, vuelve a estar como condición indispensable la educación y organización del pueblo en un verdadero partido que luche y defienda sus intereses de clase y es esta la tarea del momento.
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