El Presupuesto de Egresos de la Federación, mejor conocido como PEF, refleja la política social verdadera del gobierno que esté en turno, ya que es ahí donde se muestra qué cosas son de primera importancia para el gobierno y cuáles de segunda.
En él podemos ver el gasto general de acuerdo a lo que se pretende recabar de recurso en nuestro país el año siguiente. Es aquí donde nos damos cuenta cuánta cantidad de dinero será destinado al sector salud, la educación, la obra pública, cualquier proyecto o cualquier gasto que se pretenda.
Ahora bien, hablando del gobierno morenista que tenemos en turno encabezado por el señor Andrés Manuel López Obrador podemos darnos cuenta de que su discurso de “primero los pobres” no era real mientras él siga gobernando. Esto se puede sostener de acuerdo a los hechos en su gobierno, que dan prueba concisa de lo antes dicho. Tomaré como referencia solo uno de ellos, que es la eliminación del Ramo 23 en diciembre de 2018, este se encargaba de registrar el dinero destinado a obras y servicios como hospitales, escuelas, pavimentaciones, electrificaciones, redes de agua y drenaje, centros deportivos y casas de cultura, etc, etc.
El Ramo 23 se eliminó por supuesto manejo de corrupción de acuerdo con declaraciones del mismo López Obrador y nosotros los antorchistas no negamos que sea cierta ni equivocada esta acusación, lo que cuestionamos es que en caso de que fuera verdadera, hasta el momento no se ha creado otro instrumento de política presupuestaria “libre de corrupción” que se encargue de destinar recurso a las necesidades básicas del pueblo. Y por otro lado, en caso de que fuera equivocada su afirmación. ¿Por qué no se ha retomado el Ramo 23? Si las necesidades y carencias están a la vuelta de la esquina, en el día a día y la mayoría de los mexicanos las conocemos y sabemos que cada vez se agudizan más.
Este acto reflejaba la falta de interés por parte del presidente para atender los problemas principales de nuestro país y eso que no tenía mucho tiempo en el poder.
Ahora años más tarde, la política del presidente sigue siendo la misma e incluso más visceral hacia el pueblo pobre. Y en el PEF para este 2022 podemos ratificarlo, en él podemos ver la imposición y voluntad de una sola persona que tiene nombre y apellido. Se incrementa en un 24 por ciento a los programas sociales de acuerdo con datos presentados por el Financiero.
Nosotros, como antorchistas, no estamos en contra de estos programas sociales (independientemente de su pésima ejecución), porque sabemos que es devolverle al pueblo trabajador un poco de lo mucho que aporta en impuestos. Lo que decimos y aseguramos es que en ninguna parte del mundo a lo largo de la historia, ningún tipo de programa social sea del tipo que sea, ha podido combatir el problema grave y real de la desigualdad y la pobreza.
Con la aprobación del PEF 2022 vemos más de los mismo, el raquítico y escaso apoyo hacia las necesidades del pueblo como: fertilizantes para los campesinos, hospitales, escuelas, pavimentaciones, electrificaciones, servicios como agua y drenaje, espacios deportivos y casas de cultura.
El pueblo bueno y trabajador de nuestro país agoniza en el olvido y la indiferencia del presidente cada vez es más mayor.
López Obrador debería de reflexionar sus políticas implementadas si no quiere que sus resultados lo lleven a un descontento social del que no podrá esconderse ni echar culpas ajenas, porque un pueblo unido y organizado por el beneficio de los trabajadores es capaz de todo. Si López Obrador no quiere creerlo, el tiempo mismo le hará ver la realidad.
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