En medio de su evidente revanchismo en contra de las universidades del país, el promotor de la llamada cuarta transformación y mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador, se ha encargado de hundir a dichas instituciones, orillándolas a la crisis económica después que no encuentra de dónde obtener dinero que le permita seguir costeando sus obras faraónicas y alimentar a los grupos que le podrían garantizar mantener a su partido el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el poder.
La prueba evidente de esa situación se está viviendo en la Universidad Autónoma de Coahuila, donde su Rector Salvador Hernández Vélez, ha señalado abiertamente que la debacle económica que tiene en esa casa de estudios proviene del arrebato de recursos por parte de la federación.
Es con ese tipo de absurdas medidas, como el presidente de México está afectando al sistema educativo de la Nación, partiendo del principio de que a la llegada del gobierno de la 4t, se redujo hasta en un 98 por ciento los fondos extraordinarios a las universidades, desapareciendo alrededor de once bolsas extraordinarias, encaminado a dichas instituciones a transitar por tremenda crisis financiera.
Frenar con urgencia esa política agresiva en contra del sistema universitario del país por parte de López Obrador, debe darse desde todos los rincones de la patria, con la unidad de rectores, profesores, personal diverso que ahí labora, padres de familia y alumnado, donde se le exija al gobierno federal regresar el recurso que le ha quitado a dichas instituciones con el consecuente hundimiento de la educación nacional.
Con la mano en la cintura, sin siquiera medir las consecuencias de su revanchismo en contra de esas casas de estudio, que como la UAdeC están viviendo movimientos de trabajadores y demás personal reclamando la entrega de sus respectivos pagos en tiempo y forma, el mandatario mexicano pone oídos sordos, una vez que ordenara la desaparición de fondos extraordinarios que servían para su sostenimiento, crecimiento, mantenimiento estímulos y matrículas, entre otros.
Se está hablando de una reducción enorme de dinero, una reducción del 98 por ciento de aportaciones federales, destinando al sistema educativo nacional a convertirse en uno de los más castigados de América Latina, partiendo del principio de que en la situación actual la calidad en la educación mexicana recibe únicamente el 38 por ciento de recursos mientras que en otras naciones la cobertura rebasa el 54 por ciento.
Si bien en la UAdeC se han logrado resolver algunas cuestiones económicas que generaron el descontento de su personal durante el mes de Diciembre del año pasado, apareciendo las manifestaciones, es evidente que esos recortes aplicados por voluntad de López Obrador, están frenando todo avance educativo del país.
Asimismo se ha enterado a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) que si esa política de financiamiento bajo que se ha planteado para la educación superior en México, no se cambia de inmediato y se le inyectan recursos, no tarda en manifestarse la crisis financiera en todas las universidades mexicanas.
Y con ello evidentemente que el país se irá al hundimiento educativo, así como en otros aspectos como el de la salud, pues instituciones como la Autónoma de Coahuila, también cuentan con hospitales, escuelas de medicina y científicos que además brindan servicio a la población en general.
Pareciera que la 4T y los morenistas están empeñados en desestabilizar las universidades en México mediante el arrebato de recursos que son sumamente indispensables para la buena marcha de dichas instituciones.
Esos dineros que se le han esquilmado o robado a Coahuila, a la UAdeC y a otros en el país, son destinados a las obras faraónicas del mandatario mexicano, tales como el Tren Maya, la Presa Dos Bocas y demás.
Asimismo, se ha dicho que la federación ya no sabe de dónde sacar dinero para continuar sufragando el gasto que genera el incremento de los montos a pensionados, jubilados o personas de la Tercera Edad, así como a los llamados “ninis” jóvenes que ni estudian, ni trabajan, pero que cuentan con credencial de elector para seguirlos utilizando como carne de cañón durante los procesos electorales que se avecinan y les sean favorables a candidatas y candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional.
Pero no es quitando a unos para darle a otros cómo se pueden resolver los grandes problemas que enfrentamos como nación, tanto las entidades como municipios y universidades de la Nación, necesitan de esos dineros para continuar fincando el progreso de la patria, ese que hoy se mira pulverizado por la torpe forma de gobernar de quienes ostentan el poder.
Una de las medidas que podrían salvar de la quiebra a las universidades mexicanas, podría ser el hecho de que los Estados donde se está viviendo la debacle de sus instituciones, dejen de enviarle recursos a la federación con la finalidad de aplicarlos en todo caso a fortalecer la educación de la Nación desde cada entidad. De lo contrario, México verá muy pronto el cierre de sus instituciones educativas, generando mayor miseria y abandono entre los mexicanos mientras el capricho absurdo del señor Presidente se va cumpliendo.
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