El municipio de Huitzilan de Serdán es uno de los 217 municipios que conforman el estado de Puebla, México. Fue fundado en 1895 y su cabecera es la ciudad de Huitzilan de Serdán. Tiene una superficie de 69.78 km². Actualmente su presidente es Josué Elías Velázquez Bonilla.
Sus coordenadas geográficas son los paralelos 19° 52’ 42” y 20° 00’ 00” de latitud norte y los meridianos 97° 37’ 30” y 97° 43’ 30” de longitud occidental.
“La única forma de salvar a Huitzilan era organizando al pueblo; sólo con la fuerza del pueblo sería posible lograr la libertad”, dijo alguna vez Aquiles Córdova Morán.
La población de Huitzilan está integrada mayormente por indígenas nahuas, y su fuente de trabajo es la producción de café.
Hasta antes de 1984, en este pueblo se vivía con miedo, ya que los caciques y sus sicarios de la Unión Campesina Independiente (UCI) asesinaban a los campesinos para despojarlos de sus tierras, dejando a su paso decenas de huérfanos, viudas y emigrados. La impotencia era grande para los habitantes del lugar, pues había además de ignorancia, mucha pobreza.
Los asesinatos que se cometían contra la población eran atroces, pues entre las víctimas había niños y mujeres. Eran asesinados de forma cobarde por la espalda y frente a personas con el único fin de provocar todo el terror posible y con esto dejar el mensaje de que nadie debería alzar la voz contra las injusticias.
El municipio fue víctima de la ambición de un cacicazgo retrógrada que oprimió a más no poder a los pobres de la región, arrebatándoles sus tierras y su dignidad. En la década de los 70, cansados de la situación, un grupo de honrados hombres buscó el apoyo de una organización denominada Unión Campesina Independiente (UCI), quien les prometió que les ayudaría a repartir la tierra, pero de forma violenta.
Como se puede ver, la UCI deformó sus ideales, pues un grupo de hombres armados y sin una educación política se convirtieron en los pistoleros del pueblo, convirtiendo todo y fomentando el terror en toda la región.
Las consecuencias de estas arbitrariedades fueron la expulsión de más de la mitad de la población con el fin de sobrevivir, además de la quema de casas y el robo de huertas y cosechas, la violación de cientos de mujeres y el asesinato de más de 150 personas.
Los deudos no podían ni siquiera regresar a recoger los cuerpos de sus familiares por temor a ser asesinados en el momento. El pueblo no soportó tantas vejaciones y, como sucede en todo proceso histórico, buscaron ayuda para cambiar la situación tan grave que se estaba dando.
En concreto, buscaron el apoyo del Movimiento Antorchista. Y un grupo de hombres encabezados por Francisco Luna Gobierno, Ramírez Velázquez, Sebastián Manzano, Bartolomé Tadeo, Mariano Pasión y otros buscaron apoyo con los diferentes partidos políticos, organizaciones campesinas y gobiernos de todos los niveles para que al final, en 1983, se reunieron con el líder del movimiento, Aquiles Córdova Morán.
“La única forma de salvar a Huitzilan era organizando al pueblo; sólo con la fuerza del pueblo sería posible lograr la libertad”, dijo el líder social. Y fue precisamente el 21 de marzo de 1984 cuando los pobladores ya organizados entraron a Huitzilan para transformar el pueblo y cambiar de esta manera el rumbo de la historia.
“A partir de esa fecha, la gente de Huitzilan ha hecho una tarea titánica. Gracias al trabajo dirigido por el Movimiento Antorchista y la unidad de los huitziltecos, se ha traído desarrollo, progreso y bienestar para toda la población, no sólo para los antorchistas, sino para toda la población. Eso ha propiciado que Huitzilan sea un rubí de la Sierra Norte de Puebla. Muchos se preguntan cómo es que Huitzilan, después de estar mucho tiempo atrasado, ahora puso un pie adelante”, afirmó Adalid Córdova Muñiz, integrante del comité seccional de la organización en Zacatlán, Puebla.
En la actualidad, Huitzilan de Serdán es un pueblo donde existe progreso y bienestar; tiene una gran infraestructura educativa que abarca desde jardín de niños, primaria, secundaria, bachillerato y escuela normal superior.
Cuenta con un hospital que atiende a todos los habitantes de la región y una cooperativa que permite a los campesinos obtener una mejor ganancia en la venta de sus productos agrícolas, y en especial el café.
Por todo lo anterior, podemos concluir que Huitzilan de Serdán es la obra maestra del trabajo organizado.
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