La principal corriente del pensamiento que gobierna nuestro país afirma que el mal fundamental que nos hace daño es la corrupción, y lo mismo aplican para Sonora. Esta corriente cree que eliminando la corrupción gradualmente (o inmediatamente según prometió demagógicamente el presidente de la república) podrá establecerse una forma de vida sin pobreza, es decir, en última instancia cree que la pobreza es un producto de la corrupción en todas sus formas. En contraposición, desde que Antorcha surgió hace 47 años, sus miembros hemos sostenido que no es así, que se han acumulado muchos datos, estudios e investigaciones en las ciencias sociales que prueban que la causa fundamental de nuestros males se halla en la cada vez más injusta distribución de la riqueza que todos los mexicanos generamos con nuestro trabajo. Aunque no negamos su importancia y la condenamos, los antorchistas explicamos que incluso la corrupción se explica por esta distribución más de rapiña y ambiciosa que humanista. Ambas corrientes del pensamiento son opuestas y cada una presenta soluciones a los problemas sociales acordes a su forma de entender sus orígenes. La primera corriente se enfrenta a la cabeza de un monstruo, pero como aquella mitológica Hidra de diez mil cabezas, tiene muchas, y le resurgen inmediatamente al cortarle una. Esta corriente gasta sus energías en esfuerzos que a la postre resultan inútiles y la prueba es que por ningún lado muestra resultados irrebatibles de los “ahorros”, producto del combate a la corrupción y de cómo ello ha sacado de la pobreza a las multitudes hambrientas. Antorcha propone no una violenta cauterización, como hizo Yolao, sobrino de Hércules, sino la creación de un ambiente social que no permita la existencia de esos monstruos, idea que líneas abajo detallo.
En este año que dejamos atrás se han sucedido acontecimientos cuyos datos generales confirman nuestro punto de vista y, por ende, también el plan nacional que proponemos para reencauzar a nuestra nación por el camino del progreso y hacer de México un país poderoso, justo, más rico y con una distribución de la riqueza más equitativa. En lo que corresponde a la capital sonorense los datos son los siguientes.
La nota de El Imparcial, de Sonora, de este 29 de diciembre, no deja lugar a dudas desde el mismo título: “Crece pobreza en Hermosillo en cinco años”, de 2015 a 2020. Dice la nota que en ese periodo la ciudad aumentó en 72 mil 456 nuevos pobres con lo que suman 309 mil 196 en total, según datos proporcionados por el jefe del Departamento de Economía del Centro de Investigaciones en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Luis Huesca Reynoso. O sea que, si en 2015, uno de cada cuatro hermosillenses (25.6%) era pobre, en 2020 llegó a uno de cada tres (31.3%), y no se toma en cuenta todo el 2021, del que algunos datos indican que la pobreza habría crecido otro 14.2% respecto al año anterior, es decir, por el orden de otros 43 mil pobres más. El propio hombre de ciencia del CIAD explica la causa del mal: “El Covid no fue el principal causante, sino la mala generación de empleos, son empleos precarios y que se observa que en el Gobierno anterior y a la fecha los empleos que se generaron son de menos de tres salarios mínimos, por eso la pobreza sigue creciendo”. La “mala generación de empleos” está relacionada con el desempleo, es decir, con el ejército de reserva de fuerza de trabajo, factor inseparable de la producción capitalista, y la precariedad del empleo con los bajos salarios ajustados a pagar sólo la existencia y reproducción de esa fuerza de trabajo, nada más, no para asegurar el pleno desarrollo de la humanidad trabajadora. Por ningún lado aparece en la explicación del científico, ni de este ni de ninguno que realmente lo sea, la corrupción como causante esencial de nuestros males.
Así pues, la política de la primera corriente no ha resuelto el problema de la pobreza, sino que lo ha agudizado. En efecto, como lo dice la nota de primeraplana.com, del 20 de agosto de este año 2021, “Hay más pobres en Sonora: Fracasa política de desarrollo y bienestar social”, ni la política del anterior gobierno del Estado ni la del anterior municipio sirvieron en última instancia para detener el empobrecimiento de los sonorenses ni de los hermosillenses. Esto se confirma con la nota del 10 del mismo agosto de proyectopuente.com “Hay 100 mil nuevos pobres en Sonora y 40 mil en pobreza extrema, confirma Coneval”. Con todo y que podrían ser buenas medidas en ciertas condiciones, ni las fiscalías anticorrupción ni las declaraciones fiscales, ni las toneladas de declaraciones similares de uno y de otro partido lograron el objetivo de disminuir la pobreza. Tampoco lo han logrado tres años de “bienestar” y de reparto de dinero en efectivo por el gobierno de AMLO. Qué bueno que ese dinerito le llegó a alguna gente necesitada, pero los así beneficiados no deben confundirse y creer que AMLO resuelve el problema principal de México, si no, ¿cómo explicar entonces que hayamos aumentado los humildes y que gente de la antes clase media ahora comparta nuestras carencias?
Y en medio de esta tragedia, como si no fuera bastante el azote de la pobreza, se han anunciado aumentos a los servicios municipales de los hermosillenses: Se espera que los aumentos en los prediales sean de 7.6 y 8% en 2022; además la tarifa del agua aumentará 7.63%, el 5% en el uso comercial, el 35% en el servicio de agua de Kino Nuevo y el 19% en zonas rurales. Esto de ninguna manera ayuda a los más humildes, sino que los acerca más todavía a una situación desesperada y peligrosamente explosiva, por ello no podemos aplaudir dichos aumentos. Pudiéramos decir que estarían bien si tuviéramos la certeza de que se convertirán en obras y servicios municipales para las comunidades más humildes de Hermosillo, pero la verdad es que hemos acudido prácticamente a todas las oficinas de gobierno municipal en las áreas que tienen que ver con nuestras demandas del pliego petitorio que ingresamos el pasado 6 de octubre y las respuestas que hemos recibido nos dejan lugar a muchas dudas sobre si realmente harán realidad la construcción de tantas obras y servicios que necesita aún mucha gente que carece de ellos. Pero tampoco vemos muy felices a los que ya tienen dichos servicios pues ahora tendrán que pagar más por ellos y sus empleos son como los descritos anteriormente.
Respecto a la inversión en obra pública en la prensa sonorense ya se señaló la alarmante la reducción del 63% de su presupuesto para 2022, en comparación con el 2021: este recorte deja menos de 1400 millones de pesos para este rubro y se estima que por esta causa se estarán perdiendo alrededor de 66 mil empleos directos e indirectos en Sonora en el 2022. Así que los pronósticos para el año entrante no son buenos: pobres más pobres, en salarios y en condiciones de vida y, además, pagando más impuestos.
¿Qué haremos los pobres si de nuevo no somos tomados en cuenta en los gastos de los gobiernos? Primero debemos entender que nos habrán demostrado estos gobiernos que no son dignos de seguir a la cabeza del Estado y habremos de tomar nosotros el poder, habremos de constituir nuestro propio partido político, ganar las siguientes elecciones y gobernar este país en bien de todos: con trabajo para todos, digno y bien pagado, con muchas oportunidades para que las empresas nacionalistas desarrollen el país, con impuestos progresivos de donde puedan obtener suficientes recursos nuestros gobiernos, con mucho gasto social y habremos de unirnos a todos aquellos que quieran una patria más justa y equitativa para construirla juntos. Ese es nuestro proyecto de nación... lo invitamos a verlo con más detalle en
www.movimientoantorchista.org.mx/nuestro-proyecto-de-nacion .
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