"No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada."
Un hombre serio como pocos, sencillo, trabajador, con quien pude compartir momentos desde que lo conocí, hace 15 años. El único de la generación en pasar el examen de la UNAM, pues tenía dotes matemáticos que manifestaban su entrega e inteligencia.
Ahí callado frente a una computadora escuchando a Calamaro y haciéndose el interesante, le decía que saliéramos un rato. Y con una sonrisa, de esas que dejan ver bondad en un rostro serio, enojón, pero compañero, me decías, ando editando.
Con las manos siempre en la cámara, desde el más sencillo al más grande de los hombres de tu territorio, muy firme en tu convicción siempre dispuesto a dar la vida por la causa, la de todos, captando momentos de desgracia, denunciando, poniendo a hablar a la imagen por sí sola.
Pero no sólo denunciabas sino que mostrabas la realidad de tu Antorcha, la verdad y grandeza de nuestra lucha, ahí te encontrabas, haciendo lo de siempre, mostrando la grandeza del Maestro Aquiles y su Antorcha, el pueblo trabajador organizado.
Nos regalaste grandes fotos, momentos. La última, a nuestro Maestro junto a Lenin, enfoque que claramente eran tu sello.
Tu maestría audiovisual quedarán para la eternidad. No hay duda. Pero sobre todo, el ejemplo de conducirte en favor de la lucha.
Hace unos días te pedí la foto. Nunca me las mandaste, pues estabas haciendo cosas más importantes. Como debe ser.
Como un rayo que parte cayó esta terrible noticia para todos tus compañeros. Siempre te llevaré en mi corazón, querido amigo, querido hermano, compañero.
"A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero."
¡Salud, querido Tlaca!
0 Comentarios:
Dejar un Comentario