A la crisis económica y sanitaria provocada, en parte, por la política errática en materia económica y de salud del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con su Cuarta Transformación, se agrega la corrupción que tanto dice combatir el presidente, además de la grave sequía que afecta a una gran parte del territorio nacional y que, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), perjudica a más de la mitad de los municipios del país.
Entre las zonas siniestradas por la sequía se encuentran las regiones de la Huasteca, el Valle del Mezquital, la Sierra Gorda y la región Otomí-Tepehua del estado de Hidalgo.
En esta situación de crisis, recientemente, la prensa nacional publicó una nota en la que se señala que: “El fraude detectado en Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX) es mucho mayor a lo estimado originalmente por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y la Secretaría de la Función Pública (SFP), y podría alcanzar hasta 10 mil millones de pesos…En el contexto de estas investigaciones ya compareció el ex director del organismo, Ignacio Ovalle Fernández, revelaron mandos de la FGR”. (La Jornada lunes 2 de mayo).
Conviene recordar que el extitular de la SEGALMEX, además de priista, fue también director general del Instituto Nacional Indigenista (INI) en el gobierno de José López Portillo, en 198. El expresidente Carlos Salinas de Gortari también lo nombró director general de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO) y más recientemente en el gobierno de la 4T le otorgó el cargo de director general de SEGALMEX, cargo del que acaba de ser removido por presunto fraude, y nombrado a su vez coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal.
En el marco del alza generalizada de los precios de la canasta básica y los presuntos fraudes millonarios en la SEGALMEX; en las regiones indígenas del estado de Hidalgo cientos de comunidades rurales padecen, desde hace ya varios meses, de desabasto de maíz que a través de DICONSA distribuye la citada secretaría en las tiendas comunitarias agravándose, con ello, la hambruna, debido a la falta de empleo y de estímulos a la producción en el campo a pequeños productores. Esta escasez de grano orilla a los encargados de las tiendas a racionar y condicionar la venta de maíz a los consumidores por lo que sólo les venden entre 15 y 20 kilogramos del producto, bajo la condición de adquirir entre 100 y 150 pesos de otros productos básicos, a veces con sobreprecio.
Obligados por este racionamiento y la falta del alimento básico, que antes podían producir en sus magras y escazas tierras de temporal y que debido a la sequía y a la falta de insumos ya no pueden hacerlo, una comisión representativa de familias campesinas del municipio de San Bartolo Tutotepec de la sierra otomí-tepehua, acudió el pasado miércoles 27 de abril a las oficinas de SEGALMEX en Pachuca a plantear el problema y a reclamar una solución inmediata, pues se trata del alimento básico y para miles de familias, casi el único.
Luego de que la comisión se apostó afuera de la delegación estatal de SEGALMEX, fue recibida por Felipe de Jesús Zamora Granados, gerente regional en Hidalgo, quien al escuchar los planteamientos de los quejosos se comprometió a intervenir para atender sus peticiones y los convocó a una nueva reunión que tuvo lugar el pasado viernes seis de mayo para dar una respuesta satisfactoria.
La comisión aceptó el ofrecimiento, no sin dudar de la palabra empeñada, pues no olvidan que una de las políticas del gobierno de la 4T es no prestar oídos a los reclamos de la población a la que le prometieron en campaña primero los pobres, pero que ahora que están en el poder han venido contraviniendo la consigna de no robar, no mentir, no traicionar. Aceptaron, pues, la propuesta y se comprometieron a acudir puntuales a la cita ofrecida por el funcionario, no sin dudar, repito, de la palabra empeñada por el funcionario.
Tras ser notificados sobre el resultado de la gestión, las familias campesinas iniciaron los preparativos para juntar los recursos que se requieren para el traslado a la capital del estado, pues se trata de comunidades alejadas de la cabecera municipal y mucho más todavía de la ciudad de Pachuca, con fuertes limitaciones económicas derivada de la falta de empleo. Sin embargo, su necesidad de contar con el alimento básico, y gracias a la solidaridad que aún se mantiene entre los pobladores y los vínculos de apoyo mutuo que conservan aun muchas comunidades indígenas, les permitieron reunir los recursos para cubrir los gastos de transporte y alimentación que les implica salir de sus rancherías hasta la capital del estado.
Respetuosos de la palabra empeñada, los representantes de miles de familias campesinas llegaron puntuales a la cita en donde sólo pudieron escuchar de los funcionarios responsables (sería más exacto llamarlos irresponsables e insensibles) que el desabasto de maíz y el condicionamiento en la venta del producto, es sólo imaginación de los quejosos.
Recibieron un oficio fechado el 4 de mayo en el que la institución les contesta que “no existe condicionamiento en las tiendas rurales para la venta de maíz o productos que se expenden en las mismas” “Está garantizado el abasto de maíz y productos de la canasta básica, dando respuesta a la demanda social de los mismos” y “los precios del maíz y demás productos son bajos, en beneficio de las comunidades”. En otras palabras, casi les repitieron lo que dice el presidente todas sus conferencias mañaneras: “nosotros tenemos otros datos”.
Por más que los afectados, con datos duros, intentaron demostrar que les asiste la razón; los funcionarios se montaron en su macho y negaron el desabasto y el condicionamiento en la venta a los consumidores.
Y no hay porque sorprenderse, pues aceptar que a los campesinos les asiste la razón, equivale a aceptar su ineptitud y la corrupción que ahora ya se sabe la propia ASF ha encontrado en dicha secretaría. Al responsable del presunto fraude millonario en la SEGALMEX no sólo no lo castigaron POR CORRUPTO, sino que lo premiaron removiéndolo del cargo para ocupar otro distinto en el mismo gabinete del gobierno que a diario se jacta de que ellos son diferentes que “ya no es como antes”, “nosotros, la 4T no somos iguales”.
A la luz de esta experiencia, las familias campesinas deben entender, de una vez por todas, que no basta tener la razón, que es indispensable, sobre todo, tener la fuerza para imponer la razón.
Esta lección que nos da la lucha por sobrevivir, debiera servirnos para entender y aceptar que es necesario organizarse, educarse, unir fuerzas con otros pobres de modo que estemos en condición de enfrentar al poder y si es necesario incluso, conquistar el poder político para que en este país gobierne la clase de los trabajadores, la clase que con su trabajo diario y esforzado produce la riqueza social que mueve este país y que se la apropian unos cuantos como queda demostrado con los actos de corrupción denunciados en la SEGALMEX y que están afectando a miles de familias pobres.
Organizarse, educarse y luchar para tomar el poder político, por la vía democrática, es la única salida. Mientras tanto, a seguir denunciando el desabasto de maíz y el condicionamiento que se hace en las tiendas DICONSA.
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