Graves son los riesgos que amenazan a la nación mexicana por la propagación del coronavirus, Covid-19, y que hoy tiene en jaque a varios países, fundamentalmente del continente Europeo y de América; ante ello, ciertamente, debemos tomar todas las medidas posibles, aquellas que están a nuestro alcance como ciudadanos, y corresponde a las autoridades hacer lo pertinente, no limitarse, como hasta hoy, con saturar los medios masivos con discursos, algunos, por cierto, soporíferos, muy frívolos y plagados de estulticia política; cómo realmente confiar en sus frases: "estamos preparados para enfrentar el coronavirus"; "Tenemos las armas para enfrentar cualquier crisis que se puede presentar", etc.¿De veras estamos preparados? ¿Podemos confiar en que tenemos las armas necesarias para hacer frente a una crisis de esta naturaleza? ¿Nuestra infraestructura del sector salud está en condiciones para ello?
En el mundo, la pandemia afecta alrededor de 500 mil personas, de las que han muerto más de 20,000 en 187 países; de los infectados se han recuperado más de 112,000, y es muy probable que miles de defunciones aumenten las cifras en las próximas semanas.Sólo China ha logrado contener la epidemia en su país; hasta hoy, 25 de marzo lleva seis días consecutivos sin registrar ningún contagio; Italia es uno de los países más afectados, con mayores contagios y más víctimas mortales: 7,503 fallecidos, 74,386 infectados, seguido de España y Estados Unidos.
Algunas hipótesis serias se vienen formulando sobre las posibles causas de este terrible virus, y la que viene cobrando mayor fuerza no es precisamente la difundida por el gobierno de los Estados Unidos, que acusa a China de descuido en su laboratorio de Wuhan, de donde, dicen ellos, escapó el virus y se diseminó por la ciudad; más probable y verídica es la opinión al respecto de Noam Chomsky (filósofo, politólogo y lingüista estadounidense), quien hizo un análisis sobre el Covid-19 y la geopolítica mundial.El politólogo americano enumeró en diez puntos su explicación de los acontecimientos que azotan al mundo; según el portal digital El Insurgente: plantea, entre otras cosas, que Estados Unidos necesitaba urgentemente frenar el desarrollo de China y evitar así perder la supremacía mundial económica y su papel de "gendarme planetario".Para ello, "la CIA, Bildeberg, Israel y demás poderes mundiales, acuerdan hacer estallar una guerra bacteriológica de baja intensidad, propagando en territorio chino, un virus de laboratorio, el Covid-19.Guerra de baja intensidad porque el virus afecta menos a los niños y jóvenes (mano de obra futura) y en cambio se ceba en las personas mayores (mano de obra inactiva)".También Italia es escogida como país receptor del virus, por iniciar relaciones comerciales con China en una Nueva Ruta de la Seda."La inteligencia americana sabe que después de Italia, la Unión Europea sufrirá un colapso económico global al verse paralizadas sus economías nacionales en su lucha contra el virus".
Ciertamente, las guerras mundiales se han desatado para lograr un dominio del mundo, de los países subdesarrollados, de sus materias primas, sus mercados y de su mano de obra barata por parte de los países más poderosos, un reacomodo del sistema geopolítico.Pero hoy vemos, de ser verdad lo planteado por Chomsky, que Estados Unidos, no solamente ha perdido esta guerra ante China, sino que, además, se le ha revertido su maldad: hoy es uno de los países con mayores contagios por el coronavirus.
Sin lugar a dudas, el Covid-19 es un problema de salud muy serio, y de confirmarse la teoría de Chomsky, estamos enfrentado una espeluznante ola criminal de los poderosos del mundo, de los representantes del neoliberalismo y del capital mundial.Pero estos mismos, su sistema social asesino es también el responsable de una pandemia global permanente que hasta hoy mata más que el coronavirus: el hambre y la consecuente desnutrición.De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 8,500 niños mueren cada día de desnutrición, y 6.3 millones de menores de 15 años murieron en 2017 por enfermedades prevenibles, en su mayoría; en promedio, cada 10 minutos muere un niño de hambre en Yemen; los datos de la FAO, nos dicen que cada día mueren por hambre 25 mil personas en el mundo.
México es parte de esa estadística, a la que contribuye con 7,500 muertes cada año; en promedio (20.5 diarias), por desnutrición, según el Inegi.Además, sumémosle el número de homicidios, pues solamente en 2019, ya en tiempos de la 4T, México registró 34,582 asesinatos, la cifra más alta en 20 años, casi 95 asesinatos por día (dato del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública).Hasta hoy el hambre mata más que el coronavirus.Necesitamos un nuevo mundo, un nuevo México, un sistema social más justo y humano.
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