El pasado fin de semana, Guanajuato fue el estado más violento en lo que va del año. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) difundió un reporte con la cifra de homicidios del viernes 14 al domingo 16 de octubre, que relevaron que 283 personas fueron asesinadas y destaca que en Guanajuato fueron 32 personas ejecutadas, cifra que lo coloca como el estado donde ocurrió más violencia.
De los hechos violentos de ese fin de semana en la entidad, destaca el ocurrido la noche del sábado 15 de octubre, en el municipio de Irapuato, donde sujetos encapuchados entraron a un bar y abrieron fuego en contra de los clientes y trabajadores; el saldo del ataque fue de12 muertos y tres personas heridas de gravedad. En lo que va del año, en Guanajuato, se han registrado 29 masacres, de acuerdo con el registro de medios locales, e Irapuato se coloca como la segunda ciudad más insegura para vivir en todo México.
Irapuato es la segunda ciudad más insegura de todo el país, de acuerdo con las cifras de INEGI que publicó a través de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) correspondiente al tercer trimestre del 2022. El organismo explicó que mientras el promedio nacional de inseguridad fue del 64.4 por ciento, en este municipio el 93 por ciento de los habitantes se sienten inseguros, lo que representa más de 26 puntos arriba de la media nacional.
Las otras dos ciudades en el estado, con porcentajes altos, son León y Guanajuato con 80 y 70 por ciento en percepción de inseguridad, respectivamente. No hay duda, la situación de violencia e inseguridad en Guanajuato, están desgastando considerablemente al gobierno del estado, que de no corregirse a la brevedad será utilizado por Morena como bandera política en el siguiente proceso electoral en la entidad. Y ha esto también hay que sumarle la contracción económica, un segundo ciclo agrícola malo y una reducción sensible en la inversión publica, aunado a la baja calificación de los alcaldes panistas en la mayoría de los municipios.
Ante la ola de violencia en el estado, llama la atención la reciente declaración del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien señalo que “Guanajuato, Jalisco y Michoacán que están hoy convertidos en el paraíso de la incidencia delictiva”, con una clara connotación política, olvidando que estados gobernados por la Cuarta Transformación tienen porcentajes más altos de inseguridad. Y tampoco es aislado que, la diputada por Morena, Irma Leticia González, ande promoviendo la desaparición de poderes en el estado. “Es urgente que el Congreso del Estado solicite un proceso de desaparición de poderes en Guanajuato, tierra de nadie”, sentenció.
No se debe perder de vista que, de acuerdo co cifras oficiales, durante septiembre hubo un incremento tanto en homicidios dolosos y feminicidios en el país, 90 y 86 por día, respectivamente, mientras que en el número de secuestros la cifra es de 50 personas privadas de su libertad por mes. Y los estados más violentos por el número de habitantes son Colima, Zacatecas, Baja California, Sonora y Morelos que son gobernados por Morena y sus aliados.
Si bien es cierto que, sí el partido Acción Nacional pretende mantener el poder en Guanajuato, entre muchas otras cosas, debe atender a la brevedad y garantizar diligentemente la seguridad de los guanajuatenses, lo cierto es que ningún partido político, en todo el territorio nacional, a pesar de haberse comprometido en atender el problema, ha cumplido, una vez estando en el poder. En general, todos los mexicanos somos victimas del incremento de la violencia y la delincuencia todos los días y ni los gobiernos estatales y menos el gobierno federal han logrado pacificar al país. Y la medida de mantener al ejercito en las calles no es la solución, como pretenden hacernos creer.
El problema de la inseguridad, no es un problema nuevo. Al contrario, es un tema pendiente desde hace muchos años y no se ha avanzado por falta de interés político para impulsar un proyecto de largo alcance que atienda todas las debilidades en materia de combate a la inseguridad. Pero lamentablemente, continuaremos escuchando discursos y condolencias de funcionarios de los tres niveles de gobierno, mientras el poder de la nación, siga en manos de la clase política que hoy nos gobierna. Y aunque muchos lo duden, solo un gobierno verdadero del pueblo trabajador terminará con esta lacra y muchas otras que carcomen a nuestra sociedad.
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