En varias colaboraciones he sostenido, con hechos comprobados, que el gobierno de Miguel Barbosa Huerta, en Puebla, es un verdadero desastre. Los plumíferos al servicio del gobernador han tomado estas denuncias y estas críticas fundamentadas, como respuesta al hecho de que el gobierno del estado, ha dejado de dar “trato preferencial” al Movimiento Antorchista, y como una prueba de que por fin ha arribado al poder un hombre que sabe lo que está haciendo. Hemos ripostado aclarando que, nunca, ningún gobierno ha dado algún trato preferencial al Movimiento Antorchista; que las obras logradas para los diferentes grupos de diferentes lugares son producto del pleno ejercicio constitucional que nos concede el derecho de gestión y a la libre manifestación, herramientas que usadas honrada y limpiamente, sin claudicar ni vender el movimiento, han permitido la consecución de obras trascendentes para los pueblos, que benefician a ciudadanos organizados y no organizados.
Hemos dicho (cosa que se puede comprobar consultando cualquier hemeroteca) que la crítica la hemos practicado con los gobiernos de diferentes signos, a todo tiempo, siempre y cuando haya razón y argumentos sólidos para hacerlo, así como también hemos reconocido los aciertos del gobernante en turno. Nunca hemos estado al servicio de los poderosos, lanzándoles loas, para obtener canonjías o prebendas, ni hemos ocultado al pueblo los desaciertos, errores y perjuicios, que las diferentes acciones de gobierno traen para los más necesitados de este país.
Ahora bien, que las mayores tonterías, desaciertos, mentiras y falsedades contra el pueblo, las cometa Morena y, por tanto, sea la más criticada, no es culpa del Movimiento Antorchista, sino de la torpeza, ignorancia, incapacidad, soberbia y vanidad de los gobernantes de la cuarta transformación.
Veamos si no: telediario.mx cabeceó: “Guillermo Aréchiga renuncia a la Secretaría de Movilidad y Transporte”. En el cuerpo de la nota se dice que “A través de su cuenta de Twiter dio a conocer que dejó la titularidad de la dependencia gubernamental, pero mencionó que continuará trabajando por la transformación del país, y ‘…agradeció al gobernador de Puebla, Miguel Barbosa’ (quizá que lo haya corrido)”. La misma nota reseña en su parte final que “momentos antes de que Aréchiga Santamaría anunciase su renuncia, algunas unidades de la Policía Estatal llegaron a las instalaciones de la dependencia en la Avenida Rosendo Márquez, en la colonia la Paz, de la capital poblana... por lo que aparentemente fue desalojado, a reserva de que el funcionario. o las autoridades desmientan la versión… Entre renuncias, enroques y ajustes del propio gobernador, este es el décimo cuarto funcionario del primer círculo de Barbosa Huerta que abandona el cargo en 19 meses de gestión”.
Esta nota deja perfectamente claro que, en Miguel Barbosa, hay una incapacidad innata para gobernar. Decir esto no es ser enemigo de Barbosa, es dar a conocer al público lector las acciones y el tipo de gobernante que tenemos, para que, en próximas ocasiones, medite el ciudadano de mejor manera a la hora de emitir su voto, y elija a una persona capaz de conducir al estado y al país, por los caminos de justicia y bienestar que merece el pueblo.
En su columna ‘Trascendió’ de milenio.com se dice: “…A un año del primer caso de coronavirus en Puebla, el saldo es trágico para el estado… pues… 10 mil poblanos han perdido la vida y 75 mil se han contagiado, sólo de acuerdo con las cifras oficiales de las autoridades sanitarias”. Aceptando, sin conceder, que las cifras manejadas por las autoridades sanitarias sean verídicas, es una verdadera tragedia la muerte de 10 mil personas por coronavirus. Hay que agregar la actitud absolutamente irresponsable e indiferente del gobernador para valorar en su justa dimensión la gravedad de la pandemia, cosa nada difícil por la experiencia vivida en otros países. Además, lo que no sólo es una ignorancia total, sino también una irresponsabilidad criminal, fue el ponerse a decir que los pobres no tenían de que preocuparse, porque a ellos no los atacaría la pandemia, cuando la realidad mostraba ya, que ellos serían las víctimas mortales mayoritarias del coronavirus.
En uno de sus tantos desplantes que lo exhiben como un tipo soberbio, prepotente, vanidoso y con aires de perdonavidas, declaró, sin rubor de ninguna especie, que era “un experto en seguridad” y por tanto los problemas de inseguridad en el estado se acabarían como por arte de magia.
Citaremos casos que han sucedido en estos quince días del mes de marzo, sucesos graves que demuestran que al “experto en seguridad”, sus medidas no le están dando resultados y que por tanto no es tan experto como presume.
En “Trascendió Puebla”, columna de milenio.com, del 8 de marzo dice: “Los primeros hechos de violencia política por el control del ayuntamiento en el estado ya costaron la vida de dos personas, derivado de un enfrentamiento de grupos rivales en Eloxochitlán. El alcalde Honorio Hernández y su hermano acudieron el viernes pasado a la comunidad de El Tepeyac, donde convocaron a uno de los grupos de transportistas de la región para pedirles apoyo en la elección municipal. Sin embargo, al lugar llegó el grupo rival y se generó una trifulca que terminó en una balacera, causando la muerte a dos personas y lesiones a otros tantos”.
En su columna ‘La Cúpula’, Javier Arellano Pérez, comenta: “En San Miguel Eloxochitlan el ex-edil, Leoncio González Mendoza, era cacique y terror de la región. Pero desde marzo de 2020 está prófugo, por lo que el actual alcalde, Honorio Hernández y su hermano Delfino tomaron el control de la región. Los pobladores acusan la presencia de pistoleros al servicio del edil, sujetos encapuchados y armados, que recorren el municipio”. Dos notas que se complementan y que dan una idea precisa del clima de violencia que se vive en San Miguel Eloxochitlán.
“Texto 4 ultimahora.com” informa: “Comando armado asesina a dos policías estatales en Jolalpan. Un grupo armado atacó con rifles de asalto a la patrulla 1156 de la policía estatal donde fallecieron los oficiales, Pedro Sánchez Lima y su compañero Oscar Norberto Ríos; habían acudido a una mesa de trabajo a la población de Huachinantla, junto con dos empleados de la Secretaria de Gobernación Estatal.”
Como antecedente a este hecho, y que prueba que el problema de inseguridad es grave en esta región, corren insistentes rumores que el mes pasado se registró un enfrentamiento casi similar, entre un grupo de civiles armados y elementos de la agrupación Fuerza Territorial, donde hubo un intercambio de más de 400 disparos, y dos personas fallecidas de Izúcar de Matamoros. En la semana que pasó, trascendió que en el mismo lugar donde se dio el enfrenamiento, un grupo armado con rifles de alto poder asesinó a Zenón N, propietario de la mina de fierro “Águila Real”, ubicada en el municipio de Jolalpan, cerca de Izúcar de Matamoros.
Por lo hasta aquí compendiado se puede concluir, sin forzar mucho la lógica, que hay elementos de sobra para estar inconformes con la gestión gubernamental de Miguel Barbosa Huerta. Y hay infinidad de argumentos para concluir que es necesarísima la invitación que hoy refrendamos, para que la ciudadanía en elecciones próximas emita reflexivamente su voto, y arriben al poder ciudadanos que mediante su programa de acción nos demuestren que están comprometidos con la verdadera y única causa por la que vale pena, si es necesario, dar la vida: el bienestar de los pobres de Mexico.
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