Alentado por su falso populismo que lo ha llevado a cometer graves atentados en contra de los mexicanos e implementar políticas absurdas con las que piensa que todo lo que hace está bien hecho, poniendo oídos sordos a los reclamos justos de sus compatriotas, se observa al presidente Andrés Manuel López Obrador.
López Obrador está cada vez más enterado de sus fracaso y ha condenado a las familias del país al abandono en el aspecto de salud, porque tanto él como sus corifeos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), han borrado de un plumazo el derecho a curar sus enfermedades y orillando a las clases pobres a sucumbir por no tener acceso a médicos y medicinas, en un desamparo total que debería ser considerado como un grave atentado en contra de quienes llegaron a confiar en él y de los que no lo hicieron, afirma el dirigente de antorcha en Coahuila, Pablo Pérez García.
Haber mutilado o cortado la vida del Seguro Popular en México, bajo el pretexto de poner fin a la corrupción en ese sentido, resultó un rotundo fracaso, mismo que se ha convertido en atentado para la nación entera, donde los reemplazos de esa institución creadas para proteger la salud de los mexicanos, sobre todo de las clases pobres, a decir del famoso Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) o el IMSS-Bienestar, han dejado mucho que desear y no han cumplido siquiera con la atención que se brindaba anteriormente a los ciudadanos.
Pero la necedad del promotor de la 4T persiste, cuando se le ha dicho que su política de salud es errónea y ha fracasado, se envuelve en su túnica de omnipotencia y acusa, piensa que se trata de grupos del pasado que están en su contra, que lo quieren ver como un fracasado, que son antipatriotas y enemigos de la Cuarta Transformación, indeseables y enemigos de México.
La reportera Mariana Campos, ha sido muy certera cuando refiere que el IMSS-Bienestar, ha servido sencillamente para maquillar el fracaso en salud, coincidiendo con expertos en la materia, médicos y enfermeras o enfermeros, con pacientes y enfermos, que anteriormente eran atendidos en el Seguro Popular y que hoy se han quedado a la deriva, sin nadie que les brinde la atención médica que requieren, vaya pues, ni siquiera los medicamentos que les eran suministrados.
Ella advierte que la transición del Seguro Popular al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) prometía resolver los problemas eternos en los servicios de salud: falta de medicamentos, cobertura limitada, pocas consultas, etcétera. Sin embargo, la atención en salud no mejoró, sino que empeoró. Con apenas pocos años de vida, ya se ha dado por muerto al Insabi.
En los últimos años, el IMSS-Bienestar ha sufrido un declive en sus indicadores operativos, como número de consultas, equipamiento e infraestructura. Así, la transición entre los sistemas de salud requerirá ampliar la cobertura del IMSS-Bienestar, el cual hoy sólo tiene presencia en 19 estados; deberá también “adoptar” a un gran número de pacientes provenientes del Insabi y, sobre todo, deberá repararse a sí mismo.
Porque ahora que el Gobierno federal se ha percatado de su tontería, pretende reemplazar al Insabi con un sustituto que ni siquiera opera por completo a nivel federal ya que el IMSS-Bienestar trabaja solo en mil 328 municipios que representan un 54 por ciento del total y sólo en 19 estados.
En resumen, la infraestructura y equipamiento del IMSS-Bienestar han ido a la baja, lo cual obligará al gobierno a destinar más recursos para poner a punto a este sistema, llamado a asumir la administración de la atención en salud en México. Incluso con los incrementos en el presupuesto para 2022, se ve muy complicado revertir el declive de años.
Lo cierto en todo esto, es que el gobierno de la 4T, emanado de los reductos de Morena, ha fracasado en su intento por brindar salud de primera a los mexicanos, esa salud que se ha convertido en algo así como ellos mismos lo promueven… salud de cuarta categoría.
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