Han pasado cuatro años del triunfo tan alardeado de Morena y Andrés Manuel López Obrador, años que han sido suficientes para darnos cuenta de que el Plan Nacional de Paz y Seguridad que propuso ha fracasado.

Hasta ahora, los únicos resultados que ha traído son muertos, enfrentamientos, ataques y victimas jóvenes presas de los males de este país, porque la eficacia de los remedios propuestos tampoco estaba fundada ni procedían de expertos.

En la entidad, la noche del pasado viernes 07 de octubre, en redes sociales, explotó la noticia de que en Bochil, decenas de adolescentes se habían desmayado, presentaban vómito, cuadros de crisis nerviosa, dolor de cabeza, mareos y muchos habían convulsionado. Luego de una semana de investigaciones, la verdad en su totalidad aún no sale a la luz, sobre las causas que originaron que 110  alumnos resultaran intoxicados por presunta cocaína que consumieron a través de agua y alimentos en una cafetería de la escuela secundaria “Juana de Asbaje”, ubicada en el municipio de Bochil, Chiapas; pese a que existen pruebas particulares de los padres de familia de que algunos de los menores salieron positivos al estupefaciente, la Fiscalía General del Estado (FGE) los declaró negativos.

Pero medios de comunicación locales informaron que esta es la tercera ocasión que en Chiapas se presenta un caso de este tipo; tan sólo el pasado 23 de septiembre en la Secundaria Federal “Constitución”, de Tapachula, se dio una situación similar,  en donde los síntomas fueron casi los mismos, pero las pruebas de lo que realmente pasó nunca fueron presentadas por las autoridades de educación, salud y de la fiscalía, y todo quedó en que se trató de una intoxicación masiva por fuga de gas de un taque estacionario que estaba en desuso.  

El otro caso, tuvo registro en la Telesecundaria 388 “Ricardo Flores Magón”, en Tapachula, en donde 10 alumnos también se habrían intoxicado por alguna sustancia o estupefaciente, y las autoridades no dieron una explicación fehaciente. 

De acuerdo con la directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Tapachula, Ana Lidia Ovando Gordillo, hay un aumento de drogas sintéticas como la cocaína, fentanilo y metafentaminas, sustancias que están de moda dentro de su consumo a nivel mundial y son altamente peligrosas. 

Pero, qué sucede con las autoridades, a quién o quiénes cubre qué se comporta tan indiferente ante la salud de menores de edad. Tristemente la educación de los jóvenes nunca había estado tan mal pues no solo se trata de la baja del aprovechamiento escolar a causa de la pandemia o de la deserción creciente por la caída del ingreso familiar, sino que a hora, peligrosamente, se encuentra inmiscuida la delincuencia sin que el gobierno lo evite. 

Por ello, los estudiantes de las escuelas antorchistas y egresados de estas mismas buscaremos e invitaremos a todas las familias a la organización del pueblo, estrictamente pacífica y defensiva, pero no casual ni de corta duración, sino absolutamente consciente y permanente, lista y dispuesta a actuar siempre que sea necesario.

Los bloqueos y ataques infundados por el gobierno en contra de organizaciones populares como Antorcha Campesina no nos han debilitado porque lo que debemos entender es que este es lo último que le queda para terminar con la delincuencia, la marginación y la pobreza.