La situación de los mexicanos que carecen de acceso a los servicios básicos indispensables es una preocupación que afecta a una parte significativa de la población, es un problema que ha persistido en el país durante muchos años. Además, es alarmante ver cómo los recursos públicos, que podrían destinarse a mejorar la vida de los ciudadanos, se desvían hacia campañas políticas inútiles.
La falta de obra social es un problema que afecta a millones de familias mexicanas, quienes se ven obligados a enfrentar enfermedades y emergencias médicas sin la protección necesaria. Esto casi siempre resulta en una terrible crisis financiera, ya que las facturas de los centros médicos pueden ser abrumadoras y ponen en peligro la estabilidad económica de millones de familias.
A raíz del informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el que, según sus datos, 8.9 millones de personas dejaron de ser pobres; el propio presidente lo ha presumido, sin embargo, análisis más aterrizados a la realidad por parte de investigadores como Julio Boltvinik y Aracely Damián indican que “en México, existe hoy un aproximado de 100 millones de personas que padecen algún grado de pobreza, o sea 8 de cada 10 mexicanos”.
Los especialistas señalan que uno de los factores que provocaron este aumento en la pobreza se debió a que el incremento en los salarios mínimos, implementado a inicios del presente año, quedó sin efecto.
Este hecho representa otra prueba más de que decisiones aisladas, que no forman parte de un planificado conjunto de medidas implementadas paralelamente, aunque parecen beneficiar a los trabajadores, en realidad no es así, por el contrario, en realidad no resuelven nada, se convierten en un elemento que refuerza la política demagógica característica del gobierno actual.
El problema se agrava aún más cuando se destinan los recursos públicos en gastos inútiles. En lugar de invertir de manera prioritaria en la mejora de los servicios básicos y obra social, hemos visto cómo los partidos políticos, gastan sumas exorbitantes en sus campañas rumbo a la Presidencia la República en 2024
Además, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señala que la Población Económicamente Activa (PEA), en el segundo trimestre del presente año, es de 60.2 millones de personas de 15 años y más, de las cuales, 58. 5 millones estuvieron ocupadas en alguna actividad laboral; si tomamos en cuenta a los 33 millones que trabajan en la informalidad, veremos que se trata de más de la mitad de las personas que tienen empleo.
Otro fracaso más del gobierno de la 4T es que no ha generado los empleos formales para todo aquel que lo necesite y no lo hará en lo que resta de su sexenio; lo más urgente para él, es asegurar su continuidad en el poder; por eso le destina cuantiosos recursos y esfuerzos a la promoción de sus candidatos, dinero que podría ayudar a resolver, en alguna medida, la agobiante situación del pueblo trabajador. Para este gobierno los pobres no importan.
El problema se agrava aún más cuando se destinan los recursos públicos en gastos inútiles. En lugar de invertir de manera prioritaria en la mejora de los servicios básicos y obra social, por ejemplo, en la expansión de la cobertura médica, hemos visto cómo los partidos políticos, Morena en primer lugar, gastan sumas exorbitantes en sus campañas con rumbo a la Presidencia la República en 2024.
En lugar de gastar grandes sumas de dinero en campañas políticas, el gobierno debe recordar que su principal responsabilidad es servir al pueblo, esto incluye garantizar la obra social para todos los mexicanos, para mejorar su vida. Con Morena nunca será realidad, pero se debe exigir siempre, gastar nuestro dinero en nuestro beneficio.
Tarde o temprano el pueblo tendrá el poder y demostraremos con hechos cómo es que se debe gobernar un país. La gente ya está harta de tantas mentiras y de que solo se lucre con la necesidad de ellos. Es por eso por lo que todos nos debemos organizar y luchar por un mundo mejor. Solo un cambio verdadero es posible con Antorcha.
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