México cerró septiembre con la tasa inflacionaria de 8.7%, la más alta del último siglo, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y que ha ido aumentando desde 2020, encareciendo, sobre todo, los productos de la canasta básica.
Esta situación, como siempre, está afectando gravemente los bolsillos de las familias más pobres, a quienes les alcanza cada vez menos para surtirse de los productos básicos, y por lo tanto la ha vuelto casi inaccesible.
Los estados del norte del país la están resintiendo mayormente, pues su inflación está por encima de la media nacional. Durango es la tercera entidad con el porcentaje más alto en el país, con el 10.3 por ciento; en el sexto puesto se encuentra Zacatecas con 9.9%, en octavo Coahuila con 9.8% seguido de Nuevo León y Chihuahua, ambas con 9.4%.
Estados que dependen en buena medida de las importaciones de Estados Unidos, cuya inflación ronda los8.3%, al cierre de agosto.
Por lo que las familias han demandado acciones y medidas eficaces por parte del Gobierno federal para detener los incrementos inflacionarios, ya que los discursos del presidente Andrés Manuel López Obrador distan mucho de la realidad de estas familias, pues las medidas emprendidas, como el Paquete contra la inflación y la carestía (PACIC), no han dado los resultados esperados y han sido un rotundo fracaso, debido a que son medidas que de origen ignoran la causa del problema y, por lo tanto, no han tenido ningún impacto entre los mexicanos de cualquier parte del país.
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