En México y en el mundo, la vivienda constituye una base para la estabilidad de los individuos y de las familias, pues es el centro de nuestra vida social. Una familia debe tener un pedacito de patria donde tenga un hogar, un lugar donde vivir, dormir, estar segura; donde pueda vivir en paz.
Por ello, quizá, reza el artículo cuarto de la Constitución mexicana que toda persona tiene derecho a disfrutar de una vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo.
El derecho a una vivienda digna sigue siendo una promesa incumplida para las familias oaxaqueñas, desplazadas por el aumento de costos y la indiferencia gubernamental.
Sin embargo, a pesar de sonar coherente esta, como muchas otras leyes, ¿se hace valer?
Para los oaxaqueños, parece que día con día el poder contar con una vivienda —ni siquiera digamos digna— cada vez se aleja más, porque datos recientes confirman que hoy, no solo se enfrentan a rentas caras que los desplazan a la periferia en la capital, sino que además, construir y hacerse de una vivienda es cada vez un sueño lejano. Veamos.
Los precios de vivienda en Oaxaca siguen subiendo, y el estado ya se posiciona como uno de los que ha visto el mayor incremento en este año. Según el Índice de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), Oaxaca es el quinto estado con el mayor aumento en el costo de vivienda en el tercer trimestre de 2024, con una variación del 11.7 %, muy por encima del 9.2 % promedio nacional.
Los estados que encabezan la lista de mayores aumentos son Baja California Sur (13.9), Quintana Roo (12.5), Baja California (12.4) y Puebla (11.8), mientras que, en contraste, las entidades con menos incremento fueron Ciudad de México (5.8), Guerrero (6.8), Michoacán (6.9), Zacatecas (7.8) y Estado de México (8.0).
Dentro del territorio mexicano, son diecinueve los estados que presentaron variaciones mayores al promedio nacional, mientras que trece registraron variaciones menores. Lo que refleja, va ganando la batalla, lo malo, el hecho que más familias mexicanas seguirán sufriendo de contar con una vivienda, puesto que, de enero a septiembre de 2024, el precio promedio de una vivienda en México se ubicó en 1 millón 734 mil 535 pesos, con un precio mediano de 1 millón 058 mil 196 pesos.
En este contexto, Oaxaca parece estar alineándose con una tendencia de aumento en el costo de propiedades. Este aumento es notable si se compara con el último trimestre de 2023, cuando el incremento fue de 9.1 %, colocándolo en ese momento entre los diez estados con menor alza.
Por otra parte, basado en la Estimación Oportuna del PIB publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el informe de SHF explica que el aumento de precio de las viviendas se da en un entorno macroeconómico en el que el Producto Interno Bruto (PIB) creció 1.5 % en términos reales en el tercer trimestre de 2024, al compararlo con el mismo periodo del año anterior.
Además, agrega que el número de trabajadores permanentes registrados en el IMSS creció 2.1 % en el comparativo entre septiembre de 2023 y septiembre de 2024, mientras que la inflación medida por el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) fue de 4.6 %.
Asimismo, de acuerdo con el Banco de México, la tasa hipotecaria promedio en el tercer trimestre de 2024 fue de 11.43 %.
En 2020 Oaxaca era una de las catorce entidades del país en donde la ciudadanía presentaba mayor dificultad económica para adquirir una vivienda.
El 55 % de la población vivía en espacios rentados, pero esto último se comenzó a complicar a últimas fechas también, sobre todo en la capital, donde los jóvenes oaxaqueños llegan para seguir sus estudios de licenciatura en la “Máxima casa de estudios”, puesto que habitar en el casco de la ciudad, para quienes no cuentan con vivienda propia, se volvió un lujo porque las rentas de espacios familiares rebasan los siete mil pesos mensuales y llegan a alcanzar hasta los 28 mil.
El encarecimiento de las rentas en Oaxaca también ha sido señalado como una de las consecuencias de la gentrificación que ha ido desplazando poco a poco a sus habitantes hacia la periferia, en donde el acceso a servicios de transporte, educación o fuentes de trabajo es más difícil.
Ello, de acuerdo con el informe Gentrificación Turística realizado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) del Congreso del Estado, que refiere que en las últimas dos décadas, la residencia de extranjeros en Oaxaca creció en 403 %.
Hasta el año 2022 se tenían contabilizados 22 mil 659 inmigrantes extranjeros viviendo en la entidad; el 0.55 % de la población total del estado, sentenció dicho informe.
Todo lo anterior se agrava porque quienes deberían velar por que los preceptos constitucionales vigentes se concreten en la vida de los mexicanos, siguen siendo una lista de buenas intenciones o letra muerta para gran parte de mexicanos y oaxaqueños.
Eso quedó demostrado en el Segundo Informe de Gobierno del morenista Salomón Jara, quien, por cierto, se llevó su informe al Istmo de Tehuantepec para evitar hacer frente a las manifestaciones que se le juntaron en la capital.
En su discurso, Jara pregonó la “gobernabilidad” y el combate a la “corrupción”, pero de los problemas graves que aquejan a los oaxaqueños, como es el caso de la vivienda, inseguridad, educación, no dijo nada.
Tal hecho es lamentable porque el gobierno de la Primavera Oaxaqueña, por una parte, está dejando ver que será la copia chafa del gobierno de AMLO y la 4T y, por otra, seguirá dejando en desamparo a quienes, en su protesta tras tomar el poder, dijo defendería.
Ante ello, al pueblo mexicano y oaxaqueño sólo le queda una alternativa eficaz: organizarse y luchar por una vida digna. La liberación del pueblo sólo puede ser obra del mismo pueblo, como ya lo dijo Marx.
Este es el momento de llamar a los mexicanos a aglutinarnos en una organización firme, con un proyecto integral de nación. Es decir, es un llamado a que obreros, campesinos, profesionistas, estudiantes y amas de casa se acerquen a las filas del Movimiento Antorchista Nacional para que juntos emprendamos el camino hacia una patria en la que existan mejores condiciones para los más vulnerables. Que así sea.
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